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viernes, 10 de septiembre de 2010

Dìa del maestro
















En 1943, la Conferencia Interamericana de Educación (integrada por educadores de toda América) se reunió en Panamá y estableció el 11 de septiembre como Día del Maestro, en consonancia con el 55º aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento.

"Ninguna fecha es más oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día en que pasó a la inmortalidad Domingo Faustino Sarmiento. Por tanto se declara día del maestro en todo el continente americano el 11 de septiembre", fue el argumento de la Conferencia.

Cabe resaltar, que Domingo Faustino Sarmiento fue una de las personalidades más importantes de nuestra historia. Su figura despertó admiración, resistencia y oposición desde las más diversas posiciones políticas en su época e incluso posteriormente.

Fue docente, periodista, militar, estadista, promotor de avances científicos, político y escritor. Como hombre de acción, soñó un rol protagónico para nuestro país en el grupo de las grandes naciones del mundo.

El 11 de septiembre de 1888 muere, en Asunción del Paraguay, Domingo Faustino Sarmiento. Lo prolífico de su obra no deja de asombrar y generar debate.

La versión oficial de su biografía lo muestra como un autodidacta que luchó de forma inclaudicable desde la gestión pública contra el analfabetismo y en pos del progreso de la nación, y que creyó ciegamente en la educación del pueblo como motor fundamental del progreso. Es el Sarmiento pedagogo, creador de escuelas e institutos de formación docente, entre otros.

Sarmiento es además de un maestro un político de ideas fervorosas. Su apuesta política por la civilización lo llevó a pelear contra lo que consideraba bárbaro. El modo en que se desarrolló esta lucha nos permite entender parte de lo que somos hoy como país.

En nuestra Argentina actual, vivimos una gran crisis de valores, en donde parece que todo està al revès. Y por eso es muy importante destacar el rol del maestro en nuestra sociedad. Los maestros pueden realizar un gran aporte para que los niños de hoy sean el dìa de mañana hombres y mujeres de bien. Por eso es fundamental, invertir en la educaciòn.
No es malo ignorar algo, lo malo es negarlo. No debemos caer en la soberbia de creer que lo sabemos todo. No es superior alguien por saber màs cosas que otro.
Quiero leerles algunas de las frases que dijo un gran educador brasileño, Paulo Freire, en uno de sus libros denominado: Pedagogìa del oprimido:
- No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión
- Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
- Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa
- El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación
- El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas
- Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre
- La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio"
- Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra
- La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la HUMANIZACIÓN del hombre.
Deseo recordar en este dìa a Carlos Fuentealba, un educador neuquino, que fue asesinado, hace tres años por reclamar, mejores condiciones de trabajo, por las òrdenes impartidas a la policìa por el ex Gobernador Sobisch, quien sin embargo, hasta hoy en dìa sigue gozando impunemente de libertad.
Nosotros como argentinos y habitantes de este suelo, tenemos un desafìo. Transformar nuestra patria. Hagamos algo, cada uno desde nuestro lugar, para que Argentina, sea una naciòn como la soñaron nuestros pròceres. Luchemos para que Argentina sea un paìs justo, libre y soberano. Ese es el desafìo que debemos plantearnos como ciudadanos. La educaciòn tiene un papel insoslayable, en ese cambio, que debemos lograr entre todos.
Salgamos de la cultura del silencio, seamos valientes, y busquemos la verdad, como un compromiso irrenunciable.
La mejor manera de enseñar es con el ejemplo. Por ello unamos el pensamiento a la acciòn y comprometàmonos para transformar nuestra sociedad desde nuestro trabajo cotidiano en pos de un paìs mejor.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

VIRIDIANA - LUIS BUÑUEL - AÑO 1961






Viridiana (1961)

México/España Blanco y Negro

Una producción de:
Gustavo Alatriste [México]; UNINCI Films 59 [España]
Género:
Drama psicológico
Duración:
90 min.
Sonido:
Monoaural
Dirección:
Luis Buñuel
Asistentes de Dirección:
Juan Luis Buñuel y J. Puyol
Producción:
Gustavo Alatriste y Pedro Portabella; productores ejecutivos: Pedro Portabella y Ricardo Muñoz Suay; productor delegado: Ricardo Muñoz Suay; jefe de producción: Gustavo Quintana
Guión:
Luis Buñuel y Julio Alejandro
Fotografía:
José Fernández Aguayo
Escenografía:
Francisco Canet
Edición:
Pedro del Rey y Luis Buñuel (sin crédito)
Sonido:
A. García Tijera
Música:
Obras de Mozart, el Mesías de Händel y la novena sinfonía de Beethoven, seleccionadas por Gustavo Pittaluga
Reparto:
Silvia Pinal - Viridiana
Francisco Rabal - Jorge
Fernando Rey - Don Jaime
Margarita Lozano - Ramona
Victoria Zinny - Lucía
Teresa Rabal - Rita
José Calvo - Don Amalio
Luis Heredia - El Poca
Joaquín Roa - Don Zequiel
José Manuel Martín - El Cojo
Lola Gaos - Enedina
Juan García Tienda - José El Leproso
Sergio Mendizábal - El Pelón
Maruja Isbert
Joaquín Mayol
Palmira Guerra
Milagros Tomás
Alicia J. Barriga

Sinopsis:
La novicia Viridiana, a punto de tomar los hábitos, debe abandonar el convento para visitar a su tío don Jaime, quien le ha pagado los estudios. Durante su visita, don Jaime intenta retenerla. Al no lograrlo, el hombre se suicida, provocando que Viridiana renuncie a ser monja y se quede en la mansión a practicar la caridad cristiana. La llegada de Jorge, hijo natural de don Jaime, cambiará definitivamente el destino de la joven.

Comentario:
La decisión de rodar Viridiana en España provocó que Buñuel fuese duramente criticado por los republicanos españoles en el exilio. Ante los ojos de muchos de sus compatriotas, el cineasta había claudicado ante el poder del régimen franquista.
Lo cierto es que la nostalgia se había apoderado del realizador aragonés. Alejado de su tierra natal desde 1937 y nacionalizado mexicano, Buñuel había visitado varias veces a sus familiares en la frontera franco-española hasta que, en 1960, se decidió a solicitar un visado de entrada en el consulado español en París. Para su sorpresa, el cónsul no puso ninguna objeción y el cineasta pudo regresar a España en calidad de turista.
Fue precisamente en esa visita cuando conoció al singular Gustavo Alatriste, entonces casado con la actriz Silvia Pinal. Alatriste le propuso a Buñuel algo que ningún otro productor le había ofrecido jamás: libertad absoluta. Ni siquiera le impuso -como se cree comúnmente- la condición de que su esposa protagonizara el filme.
Cuando Buñuel y Julio Alejandro terminaron el guión, Alatriste sugirió rodar la película en España. Buñuel puso como condición que Alatriste se asociara con la compañía productora de Juan Antonio Bardem, actor, director y productor hispano conocido por su espíritu de oposición al gobierno del general Franco. Aún con esto, la polémica se desató y los ataques a Buñuel aumentaron de intensidad a medida que el rodaje se avecinaba.
Viridiana fue filmada en Madrid en los estudios de Bardem y en una hermosa finca de las afueras. El rodaje transcurrió sin problemas ya que Buñuel contaba con suficiente presupuesto y con un equipo técnico y artístico de gran calidad.
La censura franquista objetó el final original de la cinta en el que Viridiana llamaba a la puerta de su primo, él abría y ella entraba cerrando la puerta detrás de ella. Obediente, Buñuel propuso un final diferente que terminó siendo más pernicioso (yo no dirìa pernicioso, sino provocador o transgresor) que el primero y que, irónicamente, fue aceptado por los censores sin reparos.
El escándalo que siempre persiguió a Buñuel volvió a hacerse presente con Viridiana. En un alarde de audacia, el Director General de Cinematografía designó a la película como representante de España en el Festival de Cannes. La cinta obtuvo la Palma de Oro, máximo galardón del festival, y la ovación unánime de público y jurado. Sin embargo, un artículo muy hostil publicado en el periódico oficial de El Vaticano, provocó su inmediata prohibición en España y la destitución del osado funcionario.
El incidente reivindicó la figura de Buñuel ante sus críticos y convirtió a Viridiana en una más de las películas prohibidas de este polémico cineasta.

Fuente: http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/viridiana.html

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Cuentos completos de Juan Carlos Onetti


Cuentos completos, Juan Carlos Onetti
Introd. Antonio Muñoz Molina. Alfaguara, Madrid, 2009. 536 pp. 22 €

Juan Pablo Heras

Supongo que no he sido el único que se inició en el Onetti cuentista a través de Jacob y el otro, un relato vibrante y devastadoramente irónico que esconde un drama de un valor incalculable, un oculto conflicto de potencia shakesperiana en un ambiente miserable y polvoriento. Un cuento que por sí solo justificaría toda una vida de dedicación a la literatura.
Y resulta que sólo era uno más.
En la estupenda introducción que dedica a este volumen, Antonio Muñoz Molina se recuerda a sí mismo con veinte años, leyendo a las tres de la mañana obras maestras como El infierno tan temido o Bienvenido, Bob y amaneciendo a la mañana siguiente «como con olor a ginebra mala y a ceniza fría y a sábanas sucias y sudadas en la ropa». De la lectura de los Cuentos completos de Juan Carlos Onetti, uno sale condenado a cadena perpetua. Condenado a no olvidar que hay ciertas formas de felicidad que sólo se encuentran en lo más hondo de la tristeza. Condenado a volver gozoso una y otra vez a sus páginas para beber con avidez la sarta de desengaños que Onetti nos regala con afectuosa crueldad. Tras la lectura de todos los cuentos de Onetti, nos queda la certeza de que nadie podrá superar el talento de un narrador siempre nuevo y siempre cervantino, capaz de enroscar el lenguaje hacia curvas desconocidas y al mismo tiempo dejar a la intemperie las vértebras del artificio. Nadie como Onetti para elaborar una poética inconfesada del narrador como testigo (por ejemplo).
El recorrido que nos propone este libro nos permite encontrarnos con preciosas curiosidades: relatos policíacos de juventud a modo de pasatiempos de periódico (El fin trágico de Alfredo Plumet), auténticas anécdotas de taberna elevadas a monumentos a la desgracia (Matías el telegrafista), incursiones a rincones desconocidos de Santa María, por la gloria de Brausen, y versiones distintas de relatos únicos: estudiar a fondo cómo transformó Onetti el confuso La larga historia de 1944 en el extraordinario La cara de la desgracia de 1960 vale por un año entero de asistencia a talleres literarios. La lectura continuada de los relatos que componen este libro es un apasionante testimonio de años de constante perfeccionamiento en las armas privadas de la literatura, una lección de cómo colocar cada palabra para hacer elocuentes los silencios: como dice Muñoz Molina, Onetti «posee como nadie la suprema virtud de escribir no escribiendo».
Esta nueva edición de la recopilación que ya publicara Alfaguara en 1994 nos ofrece respecto a aquella una cubierta menos atrevida pero más elegante, y unos pocos papeles hasta ahora inéditos; algunos tan curiosos como Eva Perón, especie de boceto revelador de los engranajes ocultos de Ella, relato malvado acerca de los últimos días de la diva argentina.
Para terminar, vuelvo al principio. Si en Jacob y el otro encontraba yo un perfecto drama secreto, otros han visto una película formidable: el director uruguayo Álvaro Brechner lo acaba de trasladar al cine con el título Mal día para pescar. Qué duda cabe. Abrir un libro de Onetti es tender caminos, vías aparentemente muertas que nos llevan a ese lugar lejano y desconocido en el que nos acabamos encontrando a aquella parte de nosotros que nos empeñamos en esconder.
Fuente: http://latormentaenunvaso.blogspot.com/2010/03/cuentos-completos-juan-carlos-onetti.html