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sábado, 9 de octubre de 2010

FRANCOIS TRUFFAUT Y EL ROMANTICISMO
















Por Juan José Alsinet


Introducción

El propósito de este trabajo es poner en relación la obra del director de cine François Truffaut con los postulados del Romanticismo. Es decir, buscar que puntos en común hay entre el cineasta francés y el movimiento artístico e intelectual que se desarrolló principalmente en Europa desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX.

Primero estableceremos una serie de características generales de la obra de Truffaut con relación al Romanticismo y luego pasaremos a un análisis separado de cada una de sus películas.

El novelista y director de cine francés Alexandre Astruc afirma en el documental François Truffaut: Retratos robados que sólo en La Piel dulce Truffaut decidió apartarse de la tradición francesa de mesura representada en la figura de Voltaire. Este trabajo, así como también Sebastián Peroni, intentará refutar este concepto y demostrar la íntima relación entre Truffaut y el Romanticismo.

¿Por qué elegimos a Truffaut? Simplemente porque se trata de uno de los principales referentes de la nouvelle vague, el movimiento francés que revolucionó la concepción del cine a fines de los años cincuenta y principios de los sesenta, y del cual Truffaut fue uno de sus fundadores.

Cabe aclarar que el cine no existía cuando el Romanticismo estaba en su esplendor. Por lo que no puede hablarse de un cine romántico en esencia. Existe sí el género romántico, que se asocia a las películas que tratan una historia de amor. En lo que a este trabajo concierne, no bastará para que un film sea considerado romántico con que relate una historia de amor. Tendrá que ajustarse a una serie de postulados que son propios del Romanticismo. De no ser así hubiéramos elegidos a otros directores, mucho más emblemáticos del genero cinematográfico romántico como George Cukor, Nora Ephron o, en el ámbito francés, Claude Lelouch.

Una última aclaración. La principal relación la estableceremos con el Romanticismo literario. Por aquello de la correspondencia entre cine y literatura. Pero aquí no consideraremos en lo más absoluto la denominada novela popular romántica. Ese género hecho por y para mujeres, que en el fondo, nada tiene que ver con el Romanticismo.



Características generales de un estilo

La primera relación que surge entre el Romanticismo y Truffaut es el concepto de ruptura. El Romanticismo aparece para colocarse frente al Clasicismo. Representa la exaltación del espíritu, en oposición al frío precepto estatuido de antemano que ponía ante todo la gracia, armonía, medida, ritmo y ponderación. Supone una ruptura con una tradición, con un orden anterior y con una jerarquía de valores culturales y sociales.

La aparición de François Truffaut y de todos los representantes de la nouvelle vague (Jean Luc Godard, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette, Alain Resnais) marca un quiebre con el denominado cine clásico e inicia la modernidad para el séptimo arte. Se trata de un cine reflexivo, liberado de la rígida estructura de producción y, en consecuencia, más flexible respecto a las categorías estéticas que vertebran los filmes.

Por otra parte se ha dicho que todo el arte moderno deriva del Romanticismo ya que el concepto de libertad artística, originalidad y la auto expresión fueron los estandartes de los románticos. Este individualismo proclamado ve su correlato en la política de los autores que Truffaut sostuvo, primero como crítico en las páginas de Cahiers du Cinema, y luego en su carrera. La cual afirma que el director es el único responsable del filme, el verdadero autor de la obra de arte. Tal es así que Truffaut aseguraba que no existen películas buenas y malas, sino directores buenos y malos; y que la peor película de un buen director iba a ser siempre mejor que la mejor de un mal director.

El individualismo también lo podemos notar en los claros tintes autobiográficos de la obra de Truffaut que tiene en la serie Antoine Doniel, el personaje que se convertiría en el alter ego del director, su ejemplo más radical. Esto lo podemos relacionar con la tendencia de los autores románticos a desviar la mirada hacia sí mismos. El protagonista frecuentemente es el doble del autor, el cual penetra en su interior y describe sus sentimientos, como se ve claramente en la obra del escritor inglés Walter Scott.

Otra característica que podemos mencionar es el amor a la naturaleza que sentían los románticos. El placer que proporcionan los lugares intactos. Sin ser un paisajista como John Ford, Anthony Mann, Akira Kurosawa, Henry Hathaway o David Lean, Truffaut mostró una principal inclinación por los rodajes en exteriores, en contraposición con el cine de qualite que prefería los estudios y que él criticaba desde Cahiers du Cinema.

Para el Romanticismo es común la angustia. Es decir, ese sentimiento que jamás puede alcanzar su objetivo, porque no lo conoce y ni puede ni quiere conocerlo; se trata del mal del deseo. No por azar los personajes de las películas de Truffaut se mueven tendiendo a una meta tan absorbente como inalcanzable.

Párrafo aparte merecen las historias de amor que rodó Truffaut. Su concepción del amor es eminentemente romántica por su decidida asociación entre amor y muerte. Prevalece la idea de que el amor, de que el verdadero amor, conduce fatalmente a quienes lo padecen a un destino trágico. Si no acaba trágicamente, le sucede el desengaño o la desilusión. En el Romanticismo muy poco frecuente fue el amor erótico, que se complace en el gozo sexual y en su descripción. A esta tendencia también se sumó Truffaut.

Por último mencionaremos una característica aplicable tanto a Truffaut como a lord Byron, el poeta inglés y uno de los escritores más versátiles e importantes del Romanticismo. La clave de su popularidad es que cualquiera podía identificarse con sus héroes, desde el muchacho desilusionado en sus esperanzas hasta la joven desengañada en sus amores. Esta identificación entre el receptor de la obra y el héroe fue uno de los principios de sus éxitos.

Las películas

Los cuatrocientos golpes (Les quatre cents coups, 1959)

Ópera prima de Truffaut y carta de presentación de Antoine Doniel, el personaje que luego vería su historia continuada en un cortometraje y tres largometrajes más. Se trata de uno de los filmes emblemáticos de la nouvelle vague. Narra la historia de un chico, interpretado por Jean-Pierre Léaud, ignorado en su casa y con problemas en la escuela, pero en realidad remite a la propia infancia y adolescencia del director. La tesis principal del film a la Truffaut hace referencia: "La adolescencia deja un recuerdo placentero sólo a aquellos adultos que son incapaces de recordar" se ve reforzada por marcados contraste entre una existencia sometida y algunos bellos momentos, como las escapadas del protagonista con su amigo por las calles de Paris.

Los cuatrocientos golpes trata uno de los temas románticos por excelencia: la libertad. El romántico se concibe como un ser libre, el cual se manifiesta como un querer ser y un buscador de la verdad. No puede aceptar leyes ni sumisión a ninguna autoridad. Por eso Antoine Doniel luego de pasar por la cárcel y un establecimiento correccional por un delito insignificante, logra escaparse y cumplir su deseo de ver el mar. Sin embargo no se trata de un final feliz. Una vez que el protagonista mira a la cámara y la imagen se congela nos damos cuenta que su futuro es sumamente incierto y que está sujeto a múltiples interrogantes. Esta decisión por un final abierto se corresponde con el individuo romántico de los dilemas, que nunca trata de resolverlos.

Disparen sobre el pianista (Tirez sur le pianiste, 1960)

Adaptación de una novela de David Goodis, Disparen sobre el pianista, narra la historia de un pianista que toca en un bar y es perseguido por unos matones que buscan a su hermano. Además de ser un homenaje al policial negro americano de serie B, estamos en presencia de uno de los filmes más rupturistas de la carrera de Truffaut. Encontramos en él una mezcla de estilos y tonalidades que van desde el thriller y el film noir hasta la comedia y el romance. Esta fusión de géneros es una de las características del Romanticismo en literatura. Como también lo es, particularmente en poesía, la elección de dejar volar libremente la fantasía sin sujetarse a modelos ni normas. Lo importante es ser original y dejarse llevar por la inspiración y no imitar o elaborar trabajosamente las formas. En la película esto queda de manifiesto en el largo flashback que se introduce a mitad del metraje, en el insert de la muerte súbita de la madre del matón mentiroso o en la canción cuya letra aparece escrita mientras se canta.

Por último hay que decir que el protagonista se perfila como un antihéroe trágico, marcado por la fatalidad y la culpa. La relación entre amor y muerte está de manifiesto en el hecho que pierde fatalmente a dos amadas.

Jules y Jim (Jules et Jim, 1961)

Primera adaptación de Truffaut de la obra de Henri-Pierre Roché. Esta especie de triángulo amoroso entre dos amigos y una mujer a principios de siglo XX supone el primer filme de época para el director. Una revisión del pasado que repetirá varias veces en su carrera. Es rica en matices, como la presencia en el medio de la primera guerra mundial, y en sutilezas, como las miradas captadas casi al azar. Pero se destaca sobre todo la habilidad de Truffaut para transformar una historia de amor dulce e inocente en enfermiza y dolorosa.

Con respecto al Romanticismo podemos mencionar varias características. La idea de singularidad o peculiaridad fue poderosamente subrayada por los románticos por lo que respecta a los individuos. Todos los hombres son únicos e incompatibles. A este respecto es conveniente rescatar la crítica de esta película de Silvia Schwarzbock: "Es probable que exista un romanticismo y otro femenino y que los dos desdibujen por igual al sexo opuesto. Jules y Jim, entre otras cosas, aporta al cine una visión romántica sobre lo que es una mujer, un enigma indescifrable. En el filme, ese enigma se llama Catherine.(...) Es un enigma porque es única. Para los románticos, la mujer es inasible porque cada una es ella. Una mujer no se reemplaza con otra. (...) Pocas veces el cine logra mostrar lo concreto, lo singular, lo irrepetible, en lugar de algo abstracto y universal. Truffaut lo logró y se merece toda la gloria del mundo sólo por eso".

A su vez la figura que adopta la mujer para la literatura romántica también esta representada en la protagonista del filme, interpretada por Jeanne Moreau. Por un lado es vista como un ángel de amor, inocente, hermosa, fuente de ilusiones para el corazón del hombre; y, por el otro, puede ser un demonio, perversa, criminal y vengativa, que arrastra a la muerte y a la destrucción.

Por último hay que mencionar la relación con la célebre novela de Goethe Las desventuras del joven Werther, que exalta los sentimientos hasta el punto de justificar el suicidio por un amor no correspondido.

La piel dulce (La peau douce, 1964)

Aquí nos encontramos con una historia de amor y adulterio entre un escritor casado y una joven azafata que conoce en un viaje a Portugal. Es, a la vez, un retrato de un hombre simple y de conflictos simples. Con una leve desviación a la comedia, en lo que tiene que ver con todo el pasaje en el cual el protagonista se escapa con su amante a un pueblo donde va a dar una charla y trata de no ser descubierto. Truffaut reconoció que "da una idea muy antipoética del amor, como si fuera de alguna manera el reverso de Jules y Jim, su respuesta polémica".

Pero el destino trágico tampoco escapa al protagonista. "La secuencia final en apariencia abrupta y excesiva cierra sin embargo con una férrea lógica interna el más agudo y virulento análisis que haya realizado el director sobre la hipocresía de los comportamientos burgueses". Agregaríamos el único, ya que Truffaut no se especializó particularmente en la crítica de la burguesía, como si lo hizo su compañero generacional Claude Chabrol.

Fahrenheit 451 (ídem, 1966)

Faherenheit 451 es el primer filme en color de François Truffaut y el único que realizó en habla inglesa. Está basado en la novela homónima de Ray Bradbury. Describe una sociedad del futuro en la cual los libros son prohibidos. Los bomberos trabajan sólo para encargarse de quemarlos. El protagonista, interpretado por Oskar Werner, el Jules de Jules y Jim, es precisamente uno de ellos. El descubrimiento del placer de la lectura lo obligará a replantearse su situación. El filme posee excelentes ideas como los créditos recitados al principio, ya que no se puede leer; o las personas libros que han memorizado cada una un libro diferente para así asegurar la supervivencia de la literatura y que le dan al final un tinte lírico.

Se trata del único acercamiento de Truffaut a una temática fantástica, algo común para los románticos. Aunque aquí estemos más cerca de los postulados de la ciencia-ficción pesimista con 1984 de George Orwell como máximo exponente. Tal vez la película muestre el costado más oscuro de Truffaut. Pero también puede interpretarse como un acto de amor hacia los libros.

La novia vestía de negro (La mariée était en noir, 1967)

Nueva colaboración entre Truffaut y Jeanne Moreau, La novia vestía de negro, que parte de la novela de William Irish, cuenta la historia de una mujer que se dedica a asesinar a los hombres que mataron accidentalmente a su esposo el mismo día de su boda. Es un thriller y, a la vez, el más claro homenaje de Truffaut a Alfred Hitchcock, por quien sentía una profunda admiración. Las cinco víctimas son hombres comunes que intentan seducirla incapaces de prever su destino. El suspense está dado por saber de qué forma los va a matar. Es la única película de Truffaut en que la violencia ocupa un papel destacado, aunque está más sugerida que mostrada.

Nuevamente encontramos una latente relación entre amor y muerte. La protagonista de La novia vestía de negro mata, pero mata por amor. Esto da pie a "una misantropía feroz, el fondo de un pozo negro en el que se adivina que la soledad es irreversible y el amor un fruto demasiado precioso para ser real".

Besos robados (Baisers volés, 1968)

Tercer capítulo en la vida de Antoine Doniel, el protagonista de Los cuatrocientos golpes, ya que en el medio Truffaut realizó el cortometraje Antoine y Colette (Antoine et Colette, 1962) que era un segmento en el filme de episodios El amor a los veinte años (L’amour a vingt ans, 1962) y que narraba la primera historia de amor de Antoine. Aquí nos encontramos con el protagonista a los venticipico recién echado del servicio militar, buscando trabajo y cortejando a Christine. El tono de Los cuatrocientos golpes está totalmente olvidado, estamos en presencia de una comedia romántica que analiza la relación trabajo-amor y la irracionalidad del amor.

Como rasgo romántico podemos mencionar el gusto por lo grotesco y lo absurdo, dado en los extravagantes trabajos que el protagonista consigue: portero de edificio, detective privado (sic) y reparador de televisores; y las desgracias que en cada uno de ellos sufre. También la figura de Antoine Doniel se condice con la del héroe romántico, expresado principalmente en la configuración byroniana: apasionado, orgulloso, enamorado, perseguido por la fatalidad, escéptico, caballeroso y noble.

La sirena del Mississippi (La siréne du Mississippi, 1969)

Nueva adaptación de una novela de William Irish, La sirena del Mississippi narra una historia de amor enfermiza y dolorosa entre el dueño de una compañía de tabaco que vive en una isla, interpretado por Jean-Paul Belmondo, y una mujer que conoció por correo y con la cual se casa, pero que en realidad no es quien dice ser. Se destaca la progresión dramática, es decir, cómo el discurrir de las acciones pone de manifiesto los más oscuros sentimientos. La resolución es impactante, no por un acto de la muerte, sino por un acto de amor.

Nos encontramos ante otro estudio de la pasión por parte de Truffaut. Pero ante una pasión absolutamente irracional, ya que el protagonista sabe que su amada le mintió, lo engañó y lo estafó, pero aún así no deja de amarla. Ella, interpretada con la habitual belleza y frialdad de Catherine Deneuve, representa esa mujer perversa, criminal y vengativa que también aparecía en Jules y Jim.

El niño salvaje (L’enfant sauvage, 1969)

Segundo filme de época de François Truffaut y primero basado en una historia real. A su vez, significa un regreso al blanco y negro. Es la historia de un niño privado de todo contacto con la sociedad que es encontrado en un bosque y sometido a un proceso de educación en la Francia de fines del siglo XVIII. Como dato curioso, el propio Truffaut interpreta al doctor que toma bajo su cuidado al niño y lo somete al procedimiento de enseñanza y aprendizaje, que sin embargo deja de manifiesto las insalvables dificultades del lenguaje y la abstracción.

En esta película se toma de forma explícita la admiración hacia el primitivismo del buen salvaje, concepto heredado de Jean Jacques Rousseau. Y de alguna forma Truffaut se burla del privilegio de la razón ilustrada como más tarde lo haría Werner Herzog en un filme de temática parecida, El enigma de Kaspar Hauser (Jeder fur sich und Gott gegen alle, 1974).

Domicilio conyugal (Domicile conjugal, 1970)

Cuarto capítulo de la serie Doniel. Nuestro protagonista, siempre a las corridas, ahora está casado con Christine y sigue con sus extraños trabajos. Primero como vendedor de flores y después como controlador de modelos a escala de barcos que están en la maqueta de un puerto de una empresa constructora norteamericana. Mientras tanto nace su primer hijo. La película es un desfile de personajes y situaciones tan o más disfrutable que el capítulo anterior, no exenta de genialidad. También tiene un fondo dramático bastante profundo, ya que narra la historia de una infidelidad.

Prosigue el gusto por el absurdo y lo grotesco. Aquí representado en el excéntrico vecino del que todos sospechan que es un asesino hasta que lo ven en la televisión como cómico o en el exótico romance que tiene Antoine con una mujer japonesa. También está representada la idea del deseo de lo que no podemos tener, que el protagonista sufre más de una vez.

Como dato curioso podemos apuntar una frase de Antoine Doniel ante el nacimiento de su hijo con respecto a su futura profesión: "Va a ser escritor, será el próximo Victor Hugo". Como todos sabemos Victor Hugo es el principal referente de la literatura romántica francesa.

Las dos inglesas y el amor (Les deux anglaises et le continent, 1971)

Segunda adaptación que hace Truffaut de una novela de Henri-Pierre Roché, el autor de Jules y Jim. Estas historias de amor entre un joven francés, interpretado por Jean-Pierre Léaud, y dos hermanas francesas suponen una especie de corrección del filme anterior. Se impone ante todo un tono contenido, carente de adornos y florituras. Pero no exento de belleza y sentimiento. Por otra parte representa pasaje del siglo XIX al siglo XX respecto a la sexualidad. Por eso el énfasis en la perdida de la virginidad. Las escenas de sexo, bastante explícitas para Truffaut, están sin embargo lejos de los estándares de la época marcados por filmes como El último tango en Paris (Ultimo tango a Parigi, Bernardo Bertolucci, 1972) o Pasión obsesiva (Turks fruit, Paul Verhoeven, 1973).

Persiste la idea trágica del amor. Aquí representado en la enfermedad que cobra la vida de una de las hermanas. También está presente la noción de que el sujeto del deseo romántico inextinguible padece una fiebre fatal, pues el deseo nunca alcanzará su objetivo de fusión con el objeto.

Una chica linda como yo (Une belle fille comme moi, 1972)

Esta comedia, adaptación de una novela de Henry Farrell, narra la historia de un sociólogo que prepara una tesis y para ello entrevista a una mujer que está en prisión. Mezcla de Disparen sobre el pianista, con sus bares y canciones y La novia vestía de negro, con el retrato de una mujer criminal, Una chica linda como yo intenta ser graciosa y alegre. No podemos decir que lo logra porque su humor es más bien negro y satírico.

Como único rasgo romántico podemos distinguir la admiración a tipos marginales y rebeldes que no se integran. Se intenta entender al criminal. Toda esta actitud es fruto del respeto al individuo, a la persona.

La noche americana (La nuit américane, 1973)

Con este filme Truffaut ganó el Oscar a la mejor película extranjera. Puede interpretarse como un acto de amor hacia el cine ya que narra los avatares de la filmación de una película. El propio Truffaut interpreta al director que siempre responde preguntas. Jean-Pierre Léaud encarna a un enamoradizo actor. Lo cierto es que La noche americana es un conjunto de citas y referencias cinéfilas que van desde el conjunto de libros que pide el director donde aparecen nombres como Buñuel, Lubitsch, Godard, Hitchcock, Hawks y Bresson, hasta el sueño del propio director del niño que roba los afiches de El Ciudadano (Citizen Kane, Orson Welles, 1941).

La película funciona mejor en su primera parte, cuando adopta una de las formas típicas de la literatura romántica, la tragicomedia, con todos los problemas que aparecen durante el rodaje, que en su segunda parte cuando se centra en las aventuras amorosas del equipo.



La historia de Adele H. (L’histoire d’Adele H., 1975)

Isabelle Adjani interpreta la heroína más decididamente romántica de toda la carrera de Truffaut. El filme cuenta la verdadera historia de la mismísima hija de Victor Hugo que siguió a un hombre por medio mundo para que se casara con ella a mediados del siglo XVIII, para recibir a cambio desprecio e indiferencia. Estamos en presencia de otro estudio de la pasión y obsesión. Mezclando partes iguales de locura y orgullo. Pero nunca condenándola por ello.

En primer lugar hay que destacar la voluntad por el sufrimiento y esa complacencia por la enfermedad que constituye una característica importante del alma romántica. La salud y la felicidad eran consideradas aburridas y triviales, mientras que la enfermedad y la desgracia eran un sigo de personalidad genial. La protagonista parece enferma de amor. Por otra parte, en el amor romántico hay una aceptación de la autodestrucción, de la tragedia, porque en el amor se deposita la esperanza en un renacer. En la película el amor no correspondido funciona como camino a la degradación física, material y espiritual. Para terminar acotar que la resolución no es para nada complaciente.



La piel dura (L’argent de porche, 1976)

La vida de un grupo de niños en un pequeño pueblo francés, entre la escuela, la familia y los amigos, es retratada de forma magistral en esta historia que reúne drama, comedia y fantasía. Truffaut hace uso de una sutileza y delicadeza en el trabajo con los niños poco habitual. El resultado es un filme simple y bello.

La película no duda en tomar por asalto el verosímil fílmico en la mágica secuencia en que un bebé cae desde la ventana de un piso alto y no se hace el menor rasguño. Esto se puede vincular con la tendencia irrefrenable a escaparse fuera de las realidades, característica de toda la obra de Truffaut, para quien las películas son más armoniosas que la vida.



El amante del amor (L’homme qui aimait les femmes, 1977)

Esta comedia, sobre un hombre que recuerda sus aventuras amorosas con el propósito de escribir una novela, arranca con el funeral del protagonista, al que extrañamente concurren una gran cantidad de mujeres. Se destaca el ejercicio meta discursivo cuando los editores de la novela que ha escrito discuten sobre las contradicciones del protagonista. La película tiene un tono alegre y festivo al comienzo que va dejando lugar a otro más triste y melancólico en la última media hora.

El título no deja dudas, es toda una declaración de principios. El filme es un acto de amor hacia la mujer. Pero también lo atraviesa ese sentimiento trágico tan característicos de los románticos y de Truffaut. El motivo de la muerte del protagonista termina siendo anecdótico, lo importante es que muere.

La habitación verde (La chambre verte, 1978)

Adaptación de los relatos El altar de los muertos, Los amigos de mis amigos y La bestia de la jungla de Henry James, La habitación verde supone el tercero de los filmes de Truffaut protagonizado por él mismo, esta vez en la piel de un periodista viudo que vive una triste existencia por el recuerdo de los muertos en pequeño pueblo francés a fines de la década del 20 del siglo XX. Se trata de un estudio sobre la necrofilia, sobre el amor y miedo a la muerte. Es uno de los filmes más oscuros y góticos de Truffaut. Algo en lo que tiene que ver el director de fotografía Néstor Almendros por su particular tratamiento del color y la imagen.

Una de las caras del Romanticismo fue una zambullida en lo oscuro, lo bajo, lo lúgubre. El tema de la muerte estuvo siempre presente. Rechazaron ver en ella una satisfacción o una solución. Trataron de rebelarse contra ella. Por eso el protagonista "no entendía la necrofilia como una práctica pasiva, debida primordialmente a temas religiosos, tampoco como una obsesión fetichista, sino como la búsqueda de un ideal absoluto que confunde la vida con la muerte, y entender la misma como un acto de amor a los seres que le abandonaron".

El amor en fuga (L’amour en fuite, 1979)

Quinto y último capítulo de la vida de Antoine Doniel. Ahora divorciándose de Christine, de novio con Sabine y reencontrándose con Colette, su primer amor. La película está construida a partir de flashbacks de los cuatro capítulos anteriores cuya elección es inobjetable, está lo mejor de lo mejor. Sin embargo hay poco para contar, salvo que el protagonista pese al paso de los años no ha cambiado.

Podría interpretarse que el único rasgo romántico que tiene es la nostalgia que surge al observar todos los momentos más importantes de la vida de Antoine Doniel. Porque Truffaut no le reservó a su alter ego un destino trágico, como a la mayoría de sus héroes románticos.



El último subte (Le dernier métro, 1980)

Si La noche americana era un homenaje al cine, El último subte es un homenaje al teatro. En París ocupada por los nazis, un grupo de teatro intentara montar una obra. El director es un judío alemán que se esconde en el sótano del teatro. Truffaut no se destaca por los aspectos socio-políticos de sus historias. Por eso aquí su enfoque queda algo desdibujado. La historia de amor que nos ofrece es una de las más frías y desapasionadas de su carrera. Aunque esconde una sorpresa final.

Para resolver el triángulo amoroso en el que se ve envuelto la actriz que interpreta Catherine Deneuve, Truffaut opta, como en Los cuatrocientos golpes, por el final abierto. Pero a parte de eso, tal vez sea uno de sus filmes menos románticos ya que "la Deneuve representa un personaje de mujer burguesa que el romanticismo de otras películas de Truffaut no terminaría de asimilar"

La mujer de la próxima puerta (La femme d'à côté, 1981)

Esta historia de amor fou entre un entrenador de navegación y una escritora de libros para niños que se reencuentran como vecinos luego de años, ambos ya casados, tal vez sea la película más romántica de toda la carrera de Truffaut. Además de ser un categórico estudio de la pasión, que no excluye la violencia y la locura, es un filme rico en simbolismos y metáforas visuales a partir de pequeños detalles, que confirma la depuración de la técnica narrativa por parte del director.

El romántico ama el amor por el amor mismo, y este le precipita a la muerte y se la hace desear, descubriendo en ella un principio de vida, y la posibilidad de convertir a la muerte en vida: la muerte de amor es vida, y la vida sin amor es muerte. La resolución del filme lo muestra claramente. A su vez, no estamos en presencia de un amor racional y sometido al control de lo conveniente, sino un amor desatado, furioso y ciego, que tiene poco que ver con la realidad y que se ha convertido en un fenómeno subjetivo, de carácter posesivo y neurótico.

Truffaut reconocía que "el obstáculo entre los dos amantes no es aquí el peso de la sociedad, no es la presencia de los otros, ni siquiera la disparidad entre dos temperamentos muy distintos, sino, bien por el contrario su similitud". Esto se ve en la escena en que ambos intentan comunicarse por teléfono para arreglar una cita, pero al hacerlo al mismo tiempo les da ocupado.

Confidencialmente tuya (Vivement dimanche!, 1983)

Último film de Truffaut y retorno al blanco y negro Confidencialmente tuya es un thriller basado en una novela de Charles Williams sobre un agente de propiedades acusado de un crimen que no cometió, que tiene en su secretaria la única ayuda para resolver la verdad. Aquí Truffaut juega sobre seguro con la referencia hitchcoiana y la combinación con la comedia. De hecho la mezcla de géneros puede ser el único rasgo romántico del filme. Ya que nos ofrece el final más conformista y feliz de toda su carrera.

François Truffaut murió en 1984 de un tumor cerebral. Tenía 52 años. Atrás dejó 21 filmes que lo confirmas como uno de los autores más distinguidos de su generación.

Conclusiones

Como quedó demostrado existe una profunda relación entre la obra de François Truffaut y los postulados del Romanticismo. En la carrera del director existen películas de un Romanticismo radical y extremo como Jules y Jim, La historia de Adele H y La mujer de la próxima puerta. Otras de características nada despreciables como Disparen sobre el pianista, La sirena del Mississippi o La habitación verde. Pero como hemos visto en todos hay algún rasgo romántico. Es cierto que los aspectos políticos y religiosos han sido tratados de forma más bien elíptica en su obra a diferencia de los autores románticos. De hecho en La noche americana, bromea con ello, cuando un agente artístico le pregunta al director interpretado por Truffaut: "¿Por qué no hace un filme político?" Pero la balanza se inclina más hacia el lado del Romanticismo que al de la mesura.

También podemos afirmar que su carrera ha sido irregular, derivado del movimiento pendular que buscaba: trataba de balancear las ficciones de cierta adustez en el tono con otras más ligeras. Que la voluntad rupturista después de Disparen sobre el pianista estuvo prácticamente ausente. Pero no por eso su obra deja de tener importancia y trascendencia. (*)

(*) Fuente: Trabajo realizado por Juan José Alsinet en el contexto de la materia Principales Corrientes del Pensamiento Contemporáneo de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires en el año 2002.

Bibliografía

-Berlin, Isaiah, Contra la corriente, Unidad 3 PCPC Casullo.

-Brunet, Domingo, El Romanticismo, Atecier de Artes Gráficas Futuras, Buenos Aires, 1937.

-De Paz, Alfredo, La revolución romántica, Unidad 3 PCPC Casullo.

-Riambau, Esteve, El cine francés 1958-1998, Ediciones Paidós, Barcelona, 1998.

-Schenk, H.G., El espíritu de los románticos europeos, Unidad 3 PCPC Casullo.

-Enciclopedia Microsoft Encarta 97 © 1993-1996

Artículos de Internet

-El Romanticismo literario en www.geocities.com/poeticarte

-El Romanticismo en www.bibliotecavirtual.com.do/Literatura/ElRomanticismo

-El Romanticismo y El Romanticismo español en www.ale.uji.es

-El tránsito entre el clasicismo y la modernidad en www.geocities/comunicacionymedios/Reflexion/cine

-Dossier nouvelle vague en www.filmonline.com.ar/dossier/42

Fuente: http://www.temakel.com/cinetruffaut.htm