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martes, 28 de diciembre de 2010

Asuntos pendientes - Dir.: Olivier Marchal - 2004
















"Asuntos pendientes", de Olivier Marchal

Una banda de ladrones se maneja con total impunidad y con una violencia pocas veces vista. La guerra se desata cuando el director de la Policía promete un ascenso para quien logre frenarlos.

Sinopsis

París. Hace varios meses que una banda de atracadores funciona con total impunidad, haciendo gala de una violencia poco habitual.

El director de la Policía Judicial, Robert Mancini, no puede ser más claro con dos de sus comisarios, Léo Vrinks, jefe de la Brigada de Investigación e Intervención, y Denis Klein, jefe de la Brigada de Represión de la Delincuencia: el que consiga atrapar a la banda le sustituirá y se convertirá en el gran jefe del 36, Quai des Orfèvres, sede de la Policía Judicial.

La guerra queda declarada entre los dos policías, antaño amigos, pero a los que ahora separan sus vidas, sus métodos, sus equipos y una mujer, Camille Vrinks.

Entrevista con el director

¿Cómo tuvo la idea de "Asuntos pendientes"?
Siempre había tenido ganas de rendir un homenaje a Dominique Loiseau contando su historia. Dominique era miembro de la BRI (Brigada de Investigación e Intervención), ex Brigada Antidelincuencia Organizada, que participó en el desmantelamiento de la "Banda de los Postizos" (Bande des Postiches). El 14 de enero de 1985, llaman a la BRI: acaban de atracar una sucursal del BNP en la calle Docteur Blanche en el distrito siete de París. Los Postizos rompían las cajas mientras retenían a varios clientes y miembros del personal como rehenes según era su costumbre. La BRB (Brigada de Represión de la Delincuencia) también estaba detrás de la banda.

Se colocó un dispositivo policial compuesto por dos brigadas alrededor de la sucursal bancaria. Como pasa siempre durante un atraco, tenían la orden de no intervenir, de dejar salir y seguir a los ladrones y detenerlos fuera de la zona urbana, cuando cambian de coche y la adrenalina empieza a bajar.

Pero el jefe de la BRB decidió intervenir él solo para ganar puntos. Cuando los Postizos salieron del banco, este policía, del que no diré el nombre, empezó a disparar sin previo aviso, lo que dio pie a un nutrido intercambio de disparos. Un primer grupo de atracadores ya se había ido. Al oír los disparos, dieron media vuelta para ayudar a sus compañeros. Cogieron a un policía de rehén. Murieron dos hombres, un ladrón y un policía de la BRI, Jean Vrindts. La mitad de la banda consiguió escapar. Un auténtico fiasco.

Después de la “metedura de pata”, tuvo lugar un movimiento rebelde en la sede de la Policía Judicial en el 36, Quai des Orfèvres. Los policías presentes durante el tiroteo exigieron que el jefe de la BRB responsable de la operación fallida fuera objeto de una sanción disciplinaria.

¿Como sucede en su película?
Sí, desde luego. Pero en esa época, acabábamos de pasar por otro asunto que había saltado a la primera página de los periódicos: el del grupo de los corruptos. Un equipo de policía del "36", la mayoría perteneciente al grupo nocturno de la BRB, fue acusado de extorsión, robo, secuestro. Un asunto muy grave en el que estaban implicados varios miembros de una de las más prestigiosas brigadas del 36, Quai des Orfèvres, la sede policial, y que había provocado un gran alboroto en el seno de la jerarquía y del "establishment" policial. Más aún porque la Prefectura de Policía, considerada un Estado dentro del Estado, se encontraba de pronto en el punto de mira de la magistratura y del poder central que llevaban tiempo buscando una excusa para desestabilizarla. El asunto de la calle Docteur Blanche ocurrió justo entonces.

Ante la rebelión y la huelga inminente en el "36", el prefecto de policía decidió intervenir. Reunió a los miembros de las principales brigadas centrales y les amenazó con sanciones para los que armasen jaleo. También volvió a hablar del asunto de los policías corruptos, añadiendo que "el expediente todavía no estaba cerrado y que quedaban nombres en la lista..."

Consiguió ahogar la rebelión, pero los policías del "36" seguían enfadados. La situación empeoró cuando empezaron a correr rumores acerca de Jean Vrindts, el policía abatido durante el tiroteo. También se le acusaba de corrupto. Los periódicos publicaron artículos ensuciando su memoria, avergonzando a su familia. No tuvo un entierro oficial. Los policías de la BRI no pudieron soportarlo. Pensaron que la administración intentaba tapar la metedura de pata dirigiendo a los medios hacia otro asunto. Para ellos, era como matar a su compañero por segunda vez.

Todos estaban hartos, el "36" se había convertido en una bomba de relojería. Dominique Loiseau, que estaba de vacaciones con su familia, se entera de que su nombre está en la famosa lista de "los corruptos". Vuelve a París y va directamente a la IGS (Inspección General de Servicios) para pedir explicaciones. Ante el cariz que toma la conversación, exige que le arresten si de verdad hay cargos contra él. Un juez ordena que se le encarcele en Bois d’Arcy sin la menor explicación. Condenado a doce años de reclusión criminal, le liberan al cabo de seis y medio.

¿Dominique Loiseau era uno de sus compañeros?
Era un amigo y policía al que admiraba. Cuando ingresé en la Escuela de Policía, tenía veinte años y él, veintiséis. Había ingresado por concurso interno; era uno de los alumnos que ya había sido policía antes de sentarse en los bancos de la Escuela de Inspectores. Concretamente, había sido investigador de las Brigadas Territoriales de París. Tenía experiencia y una madurez que yo admiraba.

Pero, sobre todo, era una persona de gran humildad y humanidad. Cuando le condenaron, ya me habían destinado a la Sección Antiterrorista del Ministerio del Interior. Nunca creí que fuera parte de este asunto de policías corruptos. Pagó el pato en nombre del "orden establecido" por culpa de un jefe de servicio al que la administración quiso proteger por alguna oscura razón y que, como pasa en la película, acabó por ser subdirector de la Policía Judicial. Fue un auténtico ajuste de cuentas, y Dominique sirvió de cabeza de turco. De hecho, en cuanto ingresó en la cárcel, los ánimos se serenaron y todo volvió a su ser.

Dominique fue víctima de un juez parecido al que sale en "Asuntos pendientes", un juez infame de los que, desgraciadamente, hay unos cuantos, un antipolicía de pura cepa que le prohibió recibir visitas durante meses, incluso de su familia, así como recibir cartas, tratándole como si fuera el peor de los criminales. Lo más preocupante es que los auténticos corruptos, los que estaban en la lista, nunca tuvieron problemas. El policía del IGS que se encargó del expediente de Dominique era más que dudoso. Había sido miembro de la Segunda Brigada Territorial. Durante una pesquisa, se había quedado con 300.000 francos, con los que se compró una casa en la isla de Rê.

Mientras tanto, Dominique se pudría en la cárcel. Le amenazaron de muerte, a él y a su familia. Pidió a su mujer que le dejara, que no le esperara durante doce años. Sus padres se arruinaron en su intento de demostrar que era inocente. Intentó colgarse en su celda. Todo en nombre del orden establecido. Lo que le pasó hubiera podido ocurrirle a cualquier policía, incluso a mí.

¿Ha trasladado este acontecimiento a "Asuntos pendientes"?
Sí, claro, he trasladado la historia. Pero lo que le pasa a Léo Vrinks (el personaje interpretado por Daniel Auteuil) es tan tremendo, tan monstruoso como lo de Dominique Loiseau.
Dominique lo perdió todo en la cárcel, su mujer, sus amigos, su profesión, que era su razón de ser, su dignidad, y muchas otras cosas de las que no puedo hablar. Podría haberse llenado de odio, pero prefirió olvidar todos los años perdidos. Trabajó en la película como conductor para los actores. Tanto el equipo artístico como el técnico pudieron apreciar su amabilidad y profesionalidad. Se ha sacado el carné de capitán de barco, pero no dejan de acosarle. A pesar de que Mitterrand le indultara, no fue amnistiado. Sus antecedentes penales le impiden trabajar donde le gustaría. Por ejemplo, le está prohibido pilotar barcos con pabellón francés. Se le considera una "vergüenza" para el país. Vergüenza deberían tener los que le condenaron y apoyaron el montaje administrativo.

La película está dedicada a él y a Christian Caron, “Kiki”, un policía que murió en un tiroteo el 31 de agosto de 1989 durante una intervención del RAID (Unidad de Búsqueda, Asistencia, Intervención y Disuasión). Había sido miembro de la Brigada Antidelincuencia Organizada, amigo de Dominique Loiseau. Caron era una de las figuras del "36". Era jefe de grupo del RAID y me formó durante las prácticas de preselección para dicha unidad de élite. Casado, con tres hijos, había decidido dejar el RAID y optar a un puesto más sedentario. Un loco le mató una semana antes de que le trasladaran. Le tenía mucho cariño. Era un gran policía además de ser una persona muy humana que amaba la vida.

¿Decidió escribir "Asuntos pendientes" después del éxito de "Gangsters"?
Llevo pensando en la historia desde 1994. Se me ocurrió cuando era actor en un telefilm en el que interpretaba a un miembro de la Brigada Antidelincuencia Organizada con auténticos policías de la BRI aunque sólo fueran figurantes. Me hice amigo de uno de ellos, Didier Maury, que conocía a Dominique Loiseau, y que había participado en la operación de la sucursal bancaria, además de ser uno de los rehenes de los Postizos. Incluso había visto a un compañero recibir un tiro en la cabeza.

Por suerte, la bala no penetró en el cráneo del policía y se salvó milagrosamente. También vivió los acontecimientos que siguieron a la metedura de pata (la rebelión, la campaña de denigración contra Jean Vrindts, la detención y encarcelación de Dominique Loiseau) y decidió dejar la policía. De hecho, nunca consiguió superar este asunto. Actualmente, es dueño de una empresa. Aceptó ser figurante en la película por amistad y también en recuerdo de los dramáticos acontecimientos que nos unen. Estaba muy emocionado el día que rodamos la secuencia de la metedura de pata en Saint-Ouen porque volvió a vivir la misma situación. Era conmovedor verle en la toma de rehenes y en la muerte de Valence (interpretado por Daniel Duval).

Escribí "Gangsters" porque quería hacer una película de bajo presupuesto. Venía de la televisión y sabía que no tendría la menor posibilidad si presentaba un guión que requiriese una preproducción y un rodaje caros. Debía hacer una película más intimista, enfocada hacia los actores y sin muchos decorados. De ahí esa confrontación a puerta cerrada y los dos policías que se ofrecen voluntarios para ser detenidos sin cargos e incomunicados durante 48 horas en un intento de desenmascarar a policías dudosos.

Siempre he pensado en la violencia que puede estallar en cualquier momento de la noche durante estas detenciones; en la atmósfera que se crea en los despachos con individuos totalmente opuestos y que se ven obligados a convivir durante dos días y dos noches, sin contacto con el exterior. Puede surgir cualquier cosa de esta promiscuidad malsana entre polis y chorizos, pueden pasar del odio a la amistad. Es una relación exacerbada por la búsqueda de la verdad y la premura del tiempo.

Además, siento cierta fascinación por los policías corruptos. Durante los doce años que estuve en la policía, conocí a cuatro jefes que “cayeron”. Dos amigos míos fueron encarcelados. Uno de ellos, con el que había trabajado seis años de noche, se colgó en la celda. Nunca sospeché que llevara una doble vida.

Durante la preproducción de "Gangsters" entregué una primera sinopsis de "Asuntos pendientes" a los productores Jean-Baptiste Dupont y Cyril Colbeau-Justin. Les expliqué que quería hacer una película acerca del descenso a los infiernos de uno de los grandes jefes del 36, Quai des Orfèvres. Una especie de "Montecristo" moderno con el universo de la policía de telón de fondo y los grandes temas trágicos: amistad, amor, traición y venganza. Tenía la ambición de hacer un Heat a la francesa. Michael Mann, con Sergio Leone, Mike Figgis y Michael Cimino, es uno de los directores que más admiro. Por eso Heat es una película que veo a menudo. Lo considero un modelo no sólo por el trabajo de dirección de actores, sino también por la estética y el virtuosismo de la puesta en escena.

También quería provocar un duelo entre dos personajes muy fuertes y se me ocurrió oponer a dos grandes policías, a dos dinosaurios del 36, Quai des Orfèvres, interpretados por dos monstruos sagrados del cine francés, Daniel Auteuil y Gérard Depardieu. La aureola de los dos actores, sus carreras, sus caras y su experiencia contribuyeron en gran medida a garantizar la credibilidad de los personajes. Están espléndidos.

Los productores presentaron el proyecto a Franck Chorot, de Gaumont, que aceptó coproducir y distribuir la película. Así empezó la aventura. Después de dos años y diez versiones (la primera contaba con casi 200 páginas), y con la inestimable colaboración de Julien Rappeneau para la versión final, entregamos el guión con varios meses de retraso. Estoy muy agradecido a Gaumont por la confianza que demostró y el apoyo que me prestó durante el proceso de escritura, preproducción y rodaje. Saben respetar al autor y siempre me apoyaron. Es importante recordarlo, sobre todo en un proyecto de una amplitud como éste.

¿Se inspiró en hombres que conocía para describir a los dos personajes principales, Vrinks y Klein?
El personaje de Léo Vrinks se llama así en recuerdo a Jean Vrindts, el policía abatido en la calle Docteur Blanche. No se escribe igual pero casi se pronuncia igual. Su itinerario dramático es el de Dominique Loiseau, pero me inspiré en uno de mis jefes en la Quinta División de la Policía Judicial, que llegó a ser el segundo de la BRI antes de que le encarcelaran por haber protegido a un confidente en un asunto de drogas. Otra oscura historia de rivalidades entre dos servicios en la que el jefe pagó los platos rotos. Le habían puesto un mote, "Fifi el elegante". Era un poli con clase, un guaperas que había crecido en el barrio de Belleville con delincuentes.

Era un habitual de los bares de putas y conocía el mundo del crimen. Supo resolver asuntos muy importantes gracias a sus contactos nocturnos. Tenía un estilo muy particular; funcionaba a la antigua, le bastaba con dar su palabra, usaba métodos de delincuentes. Los mismos métodos que utiliza Vrinks en la película y que acabarán por perderle.

En la vida real, "Fifi el elegante" fue condenado a cuatro años; en la película, Vrinks, a siete. Dos víctimas de un sistema judicial cada vez más estancado, de una jerarquía policial que ya no tolera a los policías marginales ni "originales".

"Fifi el elegante" era de esos policías que molestan, que indagan donde no se debe. Era orgulloso, estaba muy seguro de sí mismo y sus hombres le querían. Al igual que Vrinks, era un personaje complejo, bastante reservado, que sabía hablar en el momento oportuno. Era un policía que conocía el terreno, sabía correr riesgos, y al que abandonaron la primera vez que se equivocó. La película también toca este tema: ¿Debe un policía estar dispuesto a todo para conseguir resultados?

Daniel Auteuil y yo hemos trabajado mucho en la complejidad del personaje, en su lado oscuro, encerrado sobre sí mismo, al margen del sistema que acabará por destruirlo. También en su lado brutal, aunque despierte cierta antipatía. Pero sabía que con Daniel podíamos arriesgarnos. Es de esos actores que el público quiere en cuanto sale en pantalla. Pero trabajamos el lado oscuro del personaje, los puntos recónditos que todos tenemos y que muchos policías nunca sacan a la luz hasta que explotan. Daniel consigue mucha intensidad en la película.

¿Y en cuanto a Denis Klein, interpretado por Gérard Depardieu?
Me inspiré en el famoso comisario de la BRB responsable de la metedura de pata en el atraco a la sucursal bancaria. Era un hombre ambicioso, dispuesto a todo por su carrera, con reacciones brutales y sin escrúpulos. Era muy valiente y se había forjado una reputación en la Policía Judicial después de dirigir operaciones importantes en barrios conflictivos. Era un ser impulsivo al que le gustaba actuar y arriesgarse. Por eso era peligroso.
A pesar de todo, quise que Klein fuera un personaje más romántico.

Klein es un hombre roto, que ha entregado su vida a su profesión y vive a la sombra de "ese gran policía que nunca llegará a ser" tal como le dice su mujer (interpretada con gran sensibilidad por Anne Consigny). Es un ser solitario y desdichado, consciente de que se ha equivocado de camino. Bebe porque sabe que es demasiado tarde, aunque intenta desesperadamente agarrarse a lo único que le permite sobrevivir: su profesión.

Tampoco quería que el público le odiara, a pesar de que hace cosas horribles en la película. Pero las hace a pesar suyo, porque es víctima de su propia desgracia. Quería que el espectador se conmoviera ante su desamparo y su soledad. Necesitaba a Gérard Depardieu para el papel. Supe que tenía a Klein en cuanto empezamos a rodar, que sería sublime. Ya me había dado cuenta la primera vez que conocí a Gérard. Habíamos comido en la barra de su restaurante. Cocinó él mismo, me trató de maravilla.

Pero me sorprendió su mirada triste, llena de melancolía. La mirada de un perro viejo que sabe que va al veterinario por última vez. Gérard es un actor increíble. Supo dar una dimensión trágica que sólo un gran actor es capaz de conferir a un personaje como éste.

Amistad, traición, venganza... y amor. Hay una mujer (Camille), interpretada por Valeria Golino, entre los dos hombres.
El duelo entre Vrinks y Klein no podía limitarse a una simple rivalidad profesional. Era necesario que hubiera una mujer de por medio. Una mujer a la que uno de ellos amó pero que escogió al otro. Me vino la idea viendo la película Melodía de seducción, con Al Pacino, exactamente durante la escena del principio cuando Al Pacino examina un cadáver con su compañero que ahora vive con su ex mujer. Mientras estudia el cadáver, Al Pacino se vuelve hacia el otro y le pregunta "si se lo pasa bien en la cama con su mujer". El tono de la conversación sube y los dos polis casi se pelean delante del muerto. La escena me pareció realista. Desmitifica la profesión de policía al mezclar lo cotidiano (que no tarda en ser banal) y los problemas personales.

En "Asuntos pendientes", Camille es más que un problema personal. Es la mujer que Klein amó profundamente y a la que probablemente sigue amando a pesar de saber que jamás volverá con él. Camille se fue porque le tenía miedo. Empezó una nueva vida con Vrinks. Klein no puede soportarlo. Tampoco he hecho demasiado hincapié en el tema, me limito a sugerirlo dos o tres veces en la película mediante una frase, una mirada.

La rivalidad amorosa no lo explica todo. La segunda clave del enfrentamiento está en la rivalidad de dos hombres y los departamentos a que pertenecen. La guerra entre departamentos policiales siempre ha existido, lo sé por haberla vivido. Cuando estaba en la Sección Antiterrorista, todos los departamentos encargados de luchar contra el terrorismo se boicoteaban mutuamente. La Policía Judicial, el RG (Servicios de Información), la DST (Dirección de Vigilancia del Territorio), la Gendarmería. Nos mandaban circulares, celebrábamos reuniones en las que nos pedían que trabajáramos juntos, no servía de nada.

Cada departamento se guardaba la información para ponerse medallas gracias a una detención o a una operación de éxito. En el asunto del atraco de la calle Docteur Blanche, el jefe de la BRB actuó por vanidad, a pesar de las órdenes. Quería demostrar su valor y que podían detener a la banda de los Postizos gracias a su heroísmo. Sólo pensó en su foto en el periódico, no en las consecuencias de un acto irresponsable y suicida.
Vrinks y Klein son dos policías que han estudiado juntos, que han ascendido juntos y que han alcanzado las mismas cimas, uno en la BRI, otro en la BRB.

En ese momento, sus caminos se separaron. En mi época, los policías de la BRI despertaban envidias por su estatuto de superpolis. Salían mucho en la prensa, se les reservaba para operaciones espectaculares y su porcentaje de éxito era excepcional. Disponían de armas y técnicas más modernas. La prensa les rodeaba de un aura muy especial. Muchos soportaban mal una situación que daba pie a celos y rivalidades internas.

Ahora las cosas han cambiado. Los dos departamentos se han acercado gracias a dos jefes que se respetan y se aprecian. De hecho, el actual jefe de la BRB estuvo mucho tiempo en la BRI.

¿Conoció a los otros policías que describe, me refiero a Eddy Valence, interpretado por Daniel Duval?
Para el personaje de Valence, me inspiré en policías que conocí al principio, los comisarios adjuntos, los formadores natos. Hombres sólidos, sin fisuras aparentes, con los que siempre se podía contar. Ya que el personaje desaparece a mitad de la película, necesitaba a un actor con un gran físico, mucho carisma. Por eso pensé en Daniel Duval. Es más policía que un auténtico policía. Lleva escrito en la cara sus treinta años de carrera. La pareja que hace con Daniel Auteuil es perfecta. Me encanta la secuencia de la comida al principio de la película en la que se inclina a cámara lenta sobre la placa del Quai des Orfèvres que sus compañeros acaban de ofrecerle. Todo lo que quería sacar del personaje está allí. La emoción y el pudor de ese gran policía que deja atrás una parte de su vida, todos los años entregados a la Policía Judicial y al "36".

También existió Titi Brasseur, al que interpreta de maravilla otro formidable actor, Francis Renaud, al que conocí en la serie "Police District" donde hacía el papel de mi compañero policía. Luego le contraté para el papel de Rocky, el policía violento y cocainómano de "Gangsters". En "Asuntos pendientes" está genial. Es un actor intuitivo, lleno de emociones. Es el mejor de su generación. Espero sinceramente que su interpretación en "Asuntos pendientes" le permita por fin acceder a primeros papeles tal como se merece.

¿Es verdad que el auténtico Titi Brasseur orinó sobre su jefe para dejar claro lo disgustado que estaba por ese nombramiento? Esas cosas no se inventan.
La anécdota es real. No la protagonizó el auténtico, sino otro policía borracho perdido que lo hizo tomando copas con unos compañeros. Obviamente, le despidieron. Otra anécdota real, la historia de la placa del "Quai des Orfèvres" desmontada de la pared para regalarla a un policía que se jubilaba. Como la competición de tiro contra el ratón en un bar.

Ocurrió como en la película, durante una comida bien regada, en una época en que los policías todavía se permitían ese tipo de "excesos". Me lo contó Eric Yung, ex miembro de la Brigada Antidelincuencia Organizada, actualmente periodista y escritor. Él también acabó en la cárcel por culpa de la "razón de Estado". Luego escribió una novela genial, La tentation de l’ombre (La tentación de la sombra), donde cuenta su vida de policía y su descenso a los infiernos.

La escena en que los policías, enfurecidos por la vileza de Klein, se dan la vuelta como un solo hombre en el patio principal de la prefectura cuando se adelanta para rendir un homenaje póstumo a Valence, es realmente impresionante. ¿La ha vivido?
Personalmente no, pero sucedió. Unos chicos de los suburbios que iban en un coche robado se saltaron un control. Murió un agente y el conductor del vehículo. El comisario responsable de la operación fue a dar el pésame a la familia del conductor, un delincuente muy conocido por la policía, pero ni siquiera se molestó en visitar a la familia del policía muerto en acto de servicio. Los demás policías no apreciaron este gesto de "mal gusto". Cuando el comisario se presentó al entierro de su subordinado, todos le dieron la espalda.

¿Conoció a Christo y sus tatuajes artísticos? Personaje al que ha interpretado con gran entusiasmo.
Me lo pasé muy bien interpretando ese personaje, a pesar de que sólo tenga una secuencia en toda la película. Pero nadie puede rechazar rodar una secuencia con Daniel Auteuil. Mi mujer Catherine (interpreta a Eve Verhagen en la película), se encargó de dirigirme. Su mirada y sus indicaciones fueron de gran ayuda. De hecho, no me gusta interpretar en mis películas. Me baso en el principio de que un director debe ocuparse ante todo de los actores. Si además tiene un papel importante, debe concentrarse en el personaje y deja de lado el trabajo de los demás. Al menos, es mi opinión. Hace falta tener el genio de Orson Wells o la seguridad y experiencia de Clint Eastwood para ser protagonista y director de una película.

Si hubiera escogido un papel más importante, no habría acabado el rodaje. Después de dos años trabajando en el guión, seis meses de preproducción con jornadas de quince horas, un rodaje agotador de 14 semanas, si hubiera escogido un papel importante, no habría sido la misma película. Sobre todo porque estaba sometido a mucha presión. Debía estar a la altura del proyecto, del talento de los actores que participaban en esta aventura y de la confianza que me mostraban financieros, distribuidores y productores.

Pero volviendo al personaje de Christo, me inspiré en un chorizo con el que simpaticé durante una detención incomunicada de 48 horas. Había estado 20 años en la cárcel. Hacía poco que había salido del trullo y le trajeron de noche, después de un control. Era muy pequeño, estaba cubierto de tatuajes, llevaba un pantalón de chándal roto y tenía un bigote tipo Errol Flynn. Era un auténtico delincuente y pertenecía a una banda de los extrarradios del sur, todos ellos ladrones expertos. Le caí bien y me contó su vida. Me dijo que se había retirado y que había abierto una pizzería con su mujer. Un par de meses más tarde, me enteré de que estaba reuniendo un equipo y que la BRI le buscaba. No sé qué habrá sido de él, pero recuerdo al típico "titi" parisino con mirada cansada por tantos años de cárcel y un humor al estilo de Audiard.

Quizá sea una fascinación enfermiza, pero siento mucho respeto por los ladrones chapados a la antigua. Los hombres como Christo, a los que llamábamos "guaperas" o "elegantes", están en peligro de extinción. Uno de los momentos más bonitos del rodaje tuvo lugar durante la comida de la brigada. Todos los presentes son policías auténticos. (Basta con fijarse para reconocer a Simon Michael, Michel Alexandre y Philippe Isard, tres ex miembros de la Policía Judicial convertidos en conocidos escritores y guionistas).

Para que la ambientación de la secuencia fuera realista, le pedí a Olivier Crespin, el encargado del atrezo, que pusiera whisky y vino de verdad en los vasos. Al cabo de dos horas, todos estaban muy animados y decidieron improvisar y cantar. Habíamos colocado tres cámaras en el restaurante (dos fijas y una en mano rodando las caras). Conseguimos una escena que me gusta mucho, con momentos inolvidables: la entrega de la placa con dedicatoria y el número de bailarina oriental que hace Groluc (interpretado por Guy Lecluyse, el John Goodman francés).

Ese día, Michel Vaujour vino a saludar a su amigo Dominique Loiseau con el que le une una profunda amistad desde que se conocieron en la cárcel. Recibió una bala en la cabeza durante un atraco frustrado. Ingresó en prisión después de salir de un largo coma que le dejó graves secuelas físicas. Loiseau y Vaujour coincidieron en el mismo patio y se hicieron amigos. El delincuente tenía grandes dificultades para hablar como consecuencia de su herida y Dominique le reeducó pacientemente. Una bella historia de las que hay pocas en el universo carcelario.

Michel Vaujour, con 27 años de prisión a las espaldas, vino a ver a su amigo durante el rodaje el día que, casualmente, trabajaban como figurantes algunos policías que le habían detenido. Al principio había cierta tensión, pero al final de la jornada, todos parecían felices y sentir un profundo respeto mutuo. No olvidaré nunca aquel día. Los chorizos y la pasma confraternizando gracias al cine.

También enseña a la nueva generación de delincuentes, auténticos salvajes que no temen a nada ni a nadie.
Sí, Horn y compañía. Hay bandas así actualmente. Son tipos de los extrarradios que se unen a delincuentes muy duros. Ladrones carentes de compasión que disparan por placer, que no respetan la vida y que utilizan armas muy sofisticadas (algunos disponen de armas de energía solar que, por suerte, no saben usar).

He dado el papel de Horn a mi amigo Alain Figlarz. Es un especialista y un actor de mucho talento. Experto en artes marciales y en el manejo de las armas, se ha encargado de formar a la mayoría de actores de la película. Hizo un trabajo notable con su equipo, encabezado por Oumar Diaouré. Alain se encargó de diseñar las coreografías de las peleas y de los tiroteos, respetando mi punto de vista, y con la colaboración de Richard Mvogo, el diseñador del storyboard, que enseguida se metió en mi universo y realizó un trabajo espléndido. Quería que la acción fuera rápida y brutal, como en la realidad.

Sin embargo, estaba empeñado en rebajar el aspecto más violento de estas situaciones. En primer lugar, para evitar la censura y, en segundo lugar, porque no era mi intención hacer una película hiperrealista, sino más bien una especie de "ópera trágica". De ahí los planos a cámara lenta alternando con planos a velocidad real, sobre todo para la muerte de Valence. De hecho, durante el rodaje de esta secuencia, Alain Figlarz fue herido en el bajo vientre por un fragmento metálico. No quería llevar protección para tener mayor libertad de movimientos. El médico le recomendó una semana de baja, pero Alain no le hizo caso y se presentó en el rodaje al día siguiente para rodar la secuencia en que toma a Eve como rehén durante el tiroteo.

Apenas podía andar, cada movimiento le producía un dolor insoportable, pero aguantó y la secuencia es increíble. Catherine, que interpreta a Eve, también se hizo daño durante el rodaje. Se torció el pulgar, pero siguió trabajando hasta desmayarse de dolor. Fue un día muy duro para mí. Además de ser mi mujer, me sentó muy mal tener que "maltratar" a los actores por culpa del ritmo impuesto por el plan de trabajo. Sin embargo, el resultado es formidable. Es creíble y eso es lo que cuenta.

Vrinks nunca le cuenta nada a su mujer cuando vuelve a casa. Además, no pasa mucho tiempo con su familia. ¿La vida de un policía es así?
Un policía no cuenta lo que hace. Puede ser una cuestión de pudor, pero también le ayuda a olvidar antes lo que ha visto o lo que ha hecho. Camille sospecha, pero no sabe nada. Y no quiere saberlo. Vrinks es policía antes que marido y padre de familia. Ama profundamente a su mujer y a su hija, pero su profesión es una auténtica obsesión. Está dispuesto a lo que sea para sacar la verdad a la luz y pillar a los delincuentes. También es un policía chapado a la antigua, que utiliza métodos poco ortodoxos. Es un personaje complejo, entregado a la ley y a su trabajo, al que persigue el recuerdo de asuntos pasados (un sentimiento recurrente en mi caso y muy presente en la obra del novelista estadounidense Joseph Wambaugh, ex agente de la Policía Criminal de Nueva York). Cada policía tiene un pasado distinto. El de Vrinks está poblado de cadáveres y de pesadillas (las mías, por cierto). Antes de estar en la Brigada Antidelincuencia Organizada, fue jefe de la Policía Criminal, algo que deja secuelas. Nada de todo esto sale en la película, pero Daniel Auteuil lo sabía para poder componer el personaje.

Vrinks está en la cárcel después de haberlo perdido todo, pero usted se limita a filmar los muros de la prisión. Sobre la imagen, se oye su grito de desesperación. Vrinks es el conde de Montecristo.
Desde luego. La escena es mucho más terrible con esos edificios desnudos rodeados de vallas y ese grito desgarrador que surge detrás de los muros.
Se siente la desesperación del personaje, su terrible aislamiento y su impotencia. Su mujer ha muerto y no ha podido hacer nada.

Para la escena del entierro me inspiré en una situación que presencié siendo un joven policía. En esa época, estaba en la Brigada Criminal del SRPJ (Servicio Regional de la Policía Judicial) de Versalles. Nos dieron la orden de escoltar a un delincuente desde la cárcel al cementerio para que asistiera al entierro de su hija. Le aseguro que ese día no tuve ganas de ser policía. Me dio vergüenza estar allí, al lado de ese pobre hombre que sollozaba, esposado delante del ataúd de su hija, mientras su mujer le miraba con un asco que jamás olvidaré. Como si él tuviera la culpa.

Dejó la policía porque ya no soportaba el sistema, era demasiado duro. Pero sus películas sólo hablan de eso. ¿Se trata de una terapia, de un exorcismo, o simplemente de un testimonio?
Tengo un problema con el bien y el mal. No me he librado de él. Leo muchas novelas policiacas y veo muchas películas de este género. Me fascina la capacidad que tiene el ser humano de hacer el mal bajo todas sus formas. Sin embargo, ya no puedo ver las noticias en la tele, no leo la prensa. Lo que ocurre a mi alrededor me asusta. Es posible que realizar películas sea una forma de hablar de las muchas cosas horribles que he visto. De vaciar, al sublimarlas, el excedente de imágenes negativas que me quedan de esa profesión.

En "Asuntos pendientes", como en "Gansgters", ha cuidado mucho los diálogos. Esta vez escogió la sobriedad, casi la economía.
Crecí con los diálogos de Prévert, de Jeanson y de Audiard. Conocí polis al estilo de Jean Gabin, que usaban el argot y tenían réplicas tan buenas como en las películas de los años cincuenta. Soy fan de Blier, Frankeur, Biraud, Pousse y demás. Está claro que influyen en los diálogos que escribo.

El personaje de Mancini, interpretado con maestría por André Dussollier, está en la onda. Está copiado de Michel Guyot, director de la Policía Judicial en los años setenta y ochenta, cuyo mote era "Michel los tirantes". Había empezado desde la parte más baja del escalafón y tenía mucho contacto con sus hombres. Era muy autoritario y famoso por sus cabreos. Me gustaba mucho la idea de proponer un papel así a André. Un director de los de antes, trajeado, con chaleco, y con réplicas que matan a cualquiera: "La administración es una solterona, Léo... No le gusta que la monten como a una galga". Una frase así, dicha por André, merece oírse.

Hace mucho que no se ha visto a Depardieu interpretar así, comedido. Auteuil es todo sobriedad y delicadeza. ¿Le pareció difícil dirigirles?
Para nada. Me trataron como si ésta fuera mi décima película. Confiaron en mí. Luego es cuestión de respeto y de amor. La mejor forma de dirigir a un actor es demostrarle que se le quiere, que el director está contento de tenerlo. Fue un rodaje de mucho trabajo, pero también lo pasamos muy bien. Gérard es un actor intuitivo, animal, que entra en una escena como un perro en misa. Eructa, bromea, ríe, hace el gilipollas y te lo echa todo de golpe. El realizador debe apartar lo que sobra hasta llegar a lo que busca en el personaje o en la escena.

Daniel es más cerebral, llega al rodaje con "las maletas llenas". Trabaja desde lo más profundo. Leyó el guión decenas de veces, habló mucho de la policía conmigo, quiso conocer a policías, se pasó días enteros observando la entrada del "36". Hace un recorrido y llega al plató con la cabeza llena, pero deja que el realizador le guíe. Son dos formas muy diferentes y me gustó mucho trabajar con ambos, y con todos los demás actores.

Mandé el guión a Auteuil para que hiciera el papel de Klein, me parecía una posibilidad muy interesante. No tardó en llamar para decir que estaba de acuerdo. Luego, los dos actores que queríamos para el papel de Vrinks lo rechazaron y le pregunté a Daniel si él lo haría. Aceptó inmediatamente. Empezamos a buscar a Klein. Al cabo de un tiempo, surgió el nombre de Depardieu, pero no me parecía posible. Era mi segunda película y conseguir la pareja Auteuil-Depardieu me parecía del todo inimaginable. Sin embargo, reescribí el papel de Klein en diez días pensando en Gérard. Lo leyó y enseguida aceptó el papel. Me dijo: "El personaje está entre el Mangin de Police, de Pialat, y el Léopold de Uranus, de Claude Berri". Había dado en el clavo.

Quería que la interpretación de ambos fuera algo "pesada", como en las películas de Melville. Por ejemplo, la secuencia del bar entre los dos se inspira en gran parte en la secuencia entre Alain Delon y Gian Maria Volonte en Círculo rojo. Una atmósfera pesada, grandes silencios antes de hablar, las miradas. Todo esto sirve para reforzar el aspecto trágico de la película. Al principio del rodaje, les conté lo que Sergio Leone dijo a los actores cuando rodó Érase una vez en América: "Interpretad como si fuera vuestro último aliento". Me pareció magnífico. De hecho, nada más empezar "Asuntos pendientes", los actores se ven empujados por ese aliento que les llevará a lo irremediable.

"Asuntos pendientes" es una historia de hombres, pero hay dos personajes femeninos muy fuertes, encarnados por Valeria Golino y Catherine Marchal, su esposa.
Valeria llegó por la coproducción italiana. Es una actriz guapa, que desprende mucha sensualidad. Pero también es muy creíble como mujer de policía. Hablamos mucho de su posición en la historia. Era necesario, desde el principio, dejar claro que ama profundamente a su marido y que intuye la desgracia que se aproxima. Quería que el público la viera feliz y, al mismo tiempo, desamparada al lado de ese hombre del que desconoce el lado oscuro. Me parece que Daniel y ella forman una pareja magnífica. Está conmovedora en la película.

En cuanto a Catherine, mi mujer en la vida real, primero la vi en el papel de Camille. Su lado "madona", la dignidad y dulzura que desprende encajaban a la perfección con el personaje. Pero me ayudó con el guión, sobre todo en algunas secuencias, y sentía una gran simpatía por el personaje de Eve. Después de leer la versión definitiva, me preguntó si podía hacer una prueba para el papel. No estaba nada convencido porque veía a un personaje mucho menos femenino, un poco como la caricatura de la policía que pone a todos los hombres a cien con sus andares de macho. Pero Catherine insistió y demostró tener razón. La pureza y la serenidad son la fuerza de Eve.

Camille y Catherine están muy por encima de los hombres en la película. Son mujeres rectas, honradas, lúcidas, valientes, que no hacen concesiones. Eve es la única que no se presta a las manipulaciones de Klein, aunque signifique volver a empezar. Cuando estaba en la policía, mis compañeras siempre me dejaban impresionado. Los hombres jugábamos a ser vaqueros, con andares muy machos, convencidos de que éramos superhéroes, pero sicológicamente las mujeres eran mucho más fuertes. No necesitaban ahogar sus penas en alcohol. Podían llevar vidas normales, mientras que los hombres estaban destrozados. La mayoría se mantenían lúcidas y decididas cuando los hombres se desmoronaban. De hecho no hay, ni nunca ha habido, mujeres corruptas en la policía.


Filmografía del director

"Asuntos pendientes" (2004)
"Gangsters" (2002)
"Un bon fli"c (1999)


Ficha técnica

Francia - 2004
Título original: 36 Quai des Orfèvres
Dirección: Olivier Marchal
Productora: LGM Productions, Gaumont
Productor: Franck Chorot, Cyril Colbeau-Justin, Jean-Baptiste Dupont
Guionista: Dominique Loiseau, Frank Mancuso, Olivier Marchal, Julien Rappeneau
Fotografía: Denis Rouden
Vestuario: Nathalie du Roscoat
Música: Axelle Renoir, Erwann Kermorvant

Ficha artística

Daniel Auteuil (Léo Vrinks), Gérard Depardieu (Denis Klein), André Dussollier (Robert Mancini), Roschdy Zem (Hugo Silien), Valeria Golino (Camille Vrinks)

Fuente: www.comohacercine.com

El sèptimo sello - Dir.: Ingmar Bergman - 1957






















El séptimo sello

Ficha técnica
Dirección Ingmar Bergman
Producción Allan Ekelund
Guión Ingmar Bergman
Basada en su obra teatral Trämålning
Música Erik Nordgren
Fotografía Gunnar Fischer
Montaje Lennart Wallén
Reparto Max von Sydow
Bibi Andersson
Gunnar Björnstrand
Bengkt Ekerot
Nils Poppe
Gunnar Björnstrand
Inga Gill
Gunnel Lindblom
Åke Fridell
Maud Hansson
Bertil Anderberg
Anders Ek
Erik Strandmark
Benkt-Åke Benktsson
Inga Landgré
Datos y cifras
País(es) Suecia
Año 1957
Género Drama, fantasía
Duración 96 minutos
Compañías
Productora Svensk Filmindustri (SF)
Distribución Svensk Filmindustri (SF)
Ficha en IMDb

El séptimo sello es una película sueca de 1957, dirigida por Ingmar Bergman. Protagonizada por Max von Sydow, Bibi Andersson, Gunnar Björnstrand, Bengkt Ekerot y Nils Poppe en los papeles principales.

Galardonada con varios premios cinematográficos europeos.

Argumento
Antonius Block, un caballero cruzado, regresa con su escudero a su pueblo natal, en Suecia, después de 10 años de ausencia en las Cruzadas. Se encuentra con una comarca diezmada por la peste. La figura de la Muerte aparece, para reclamar la vida de los habitantes de su pueblo. Antonius decide retar a la Muerte a un juego de ajedrez, y con ello ganar tiempo para así encontrar un acto, cuya ejecución le dé sentido a su vida antes de morir.

Comentarios
La escena de la partida de ajedrez está inspirada en un mural del pintor medieval de iglesias Albertus Pictor ("Albert Målare"), quien también aparece como personaje en la película.

Reparto
Max von Sydow – Antonius Block, caballero cruzado
Bengt Ekerot – La muerte
Nils Poppe – Jof, actor
Bibi Andersson – Mia, actriz
Gunnar Björnstrand – Jöns, escudero
Inga Gill – Lisa, esposa del herrero
Gunnel Lindblom – Mujer sin nombre
Åke Fridell – Herrero
Maud Hansson – Mujer acusada de brujería
Bertil Anderberg – Raval
Anders Ek – Monje conductor de los flagelantes
Erik Strandmark – Jonas Skat
Benkt-Åke Benktsson – Hombre en el hostal
Inga Landgré – Karin, esposa del caballero
Gunnar Olsson - Albertus Pictor, pintor de iglesias

Premios
Premio especial del Jurado 1957, del Festival de Cine de Cannes (compartido).
Premio Fotogramas de Plata 1962, al mejor intérprete de cine extranjero. (Max von Sydow).
Premios Sant Jordi de Cine 1962, a la mejor película del año, y al mejor director extranjero.
Premio CEC 1962, al mejor director extranjero, y a la mejor película extranjera.
_________________
El Séptimo Sello-1957

Por Sara Rodríguez Mata

El miedo nos hace buscar una imagen salvadora y esa imagen es Dios.

El universo cinematográfico de Bergman es uno de los más complicados. Sus películas son ejercicios de pura introspección, en los que el director sueco plantea cuestiones y reflexiones que no sólo le afectan a él como ser humano sino que son temas universales que todas las personas nos hemos planteado en algún momento de nuestra vida. Desde muy temprano fue conocido en Europa como un "autor complicado, atormentado y oscuro". Su cine -salvo contadas excepciones- se preocupa por tratar problemas humanos como la soledad, la incomprensión de la pareja, el final de la vida (el hombre ante la muerte), la existencia de Dios…

Beng Ekerot (la Parca) y Max Von Sydow (el Caballero Cruzado): El Séptimo Sello
Como no podía ser menos, la muerte y todos los interrogantes que lleva consigo es la gran pregunta que religiosos y ateos pretenden responder. ¿A dónde vamos cuando morimos? ¿Qué hay más allá de la muerte? Estas preguntas torturan la mente del caballero Antonius Block (Max Von Sydow), quien a la vuelta de las cruzadas se encuentra con una Suecia asolada por la peste, y La Muerte que lo espera… Con la intención de alargar el tiempo de vida y encontrar un sentido a lo que ha sido su existencia, el joven caballero reta a La Muerte a jugar una partida de ajedrez: si gana, ésta lo dejará irse; pero si pierde, lo llevará consigo.

El título de esta obra moral de Ingmar Bergman -extraído de su propia obra teatral Pintura en madera- fue tomado del libro del Apocalipsis de San Juan. "Pintura en madera" fue una obra dramática que escribió para trabajar con sus alumnos de interpretación. Bergman -que en esta obra aludió a las pinturas medievales que trataban la danza de la muerte y los días del Apocalipsis- recuerda que escucha de fondo, para inspirarse, Carmina Burana de Carl Orff. De su faceta como director teatral surgió, por tanto, esta película.

En palabras del propio director, esta película surgió «contemplando los motivos de pinturas medievales: los juglares, la peste, los flagelantes, la muerte que juega al ajedrez, las hogueras para quemar a las brujas y las Cruzadas. Esta película no pretende ser una imagen realista de Suecia en la Edad Media. Es un intento de poesía moderna, que traduce las experiencias vitales de un hombre moderno en una forma que trata muy libremente los hechos medievales. En el Medioevo los hombres vivían en el temor de la peste. Hoy viven en el temor de la bomba atómica. El séptimo sello es una alegoría con un tema muy sencillo: el hombre, su eterna búsqueda de Dios y la muerte como única certidumbre».

Es cierto, esta película está en plena vigencia: los protagonistas son unos cruzados que vuelven de la guerra a un mundo atacado por el terror, la peste, la angustia permanente de la muerte…Hoy, en pleno siglo XXI, la gente sigue sintiendo terror a las guerras, al exilio, al dolor, y también hay soldados que vuelven de las guerras, que se confunden en el anonimato –si pueden- o se quedan trastornados para siempre.

Aunque Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens Leende, 1955) le hizo internacionalmente conocido, no es sino a partir de El séptimo sello, cuando el nombre de Ingmar Bergman aparece en todos los países como el de un autor de peso. Esta película se revelaba como uno de los títulos míticos de la década, ratificando a su autor como uno de los más originales del panorama mundial.

Si bien El séptimo sello triunfó por la originalidad de su argumento, era, en realidad, la muestra de madurez de un estilo edificado a lo largo de once años. En los dieciséis films anteriores, Bergman tuvo la ocasión de ensayar sus obsesiones, planteando respuestas estéticas adecuadas.

El film de 1957 es en blanco y negro, lo que hace mucho más interesante el juego simbólico de todos los elementos que componen esta magistral obra. El negro (la muerte) contrasta con el blanco que caracteriza a los elementos más puros y nobles: los caballeros (negro), los juglares, el niño pequeño y el joven matrimonio (blanco). También el tablero de ajedrez y con sus fichas blancas y negras intensifican la relación entre el blanco y negro, la vida y la muerte.

Asimismo, La Muerte -que es un hombre- se nos presenta como algo terrenal, que afecta al cuerpo, pero no al alma… El cuerpo es el que muere, se deshace poco a poco hasta convertirse en polvo; pero ¿y el alma? ¿Qué sucede con esa energía?

Dios aparece enunciado y puesto a prueba en esta película y en Fresas salvajes (Smultronstället, 1957). La relación entre ambas películas es profunda pues en ambas un hombre se descubre a sí mismo, así como el sentido o el absurdo de la vida.

Hemos dicho que este film está cargado de símbolos y alegorías; analicémoslos. El caballero y su escudero, son dos personajes antagónicos. Diremos que se contraponen y se complementan. El caballero está preocupado por encontrar a Dios, por saber qué hay detrás de la muerte, quiere estar preparado para ese momento; por el contrario, su escudero es más terrenal, quiere vivir la vida y disfrutar.

Algo que no deja indiferente al espectador y que le hace pensar son los nombres del matrimonio de juglares: simbólicos son Jöf (José), Mia (María) y Mikael (Miguel).

La capacidad para dotar de volumen a los ambientes es, en Bergman, muestra de su capacidad para dar respuesta física al mundo de los sentimientos: islas desnudas, espacios erosionados, playas amplias, son espacios habituales del Bergman más intimista.

Otros símbolos dignos de mencionar serían las fresas. Recordemos que Mia le ofrece al caballero que se quede a comer algo; ella le ofrece lo poco que tiene: fresas y leche. Las fresas, elemento recurrente en el universo bergmaniano, significan juventud y erotismo, y contrastan con el peso de la muerte que se cierne sobre todos ellos. Pero las fresas en cada film significan una cosa distinta. Por ejemplo, las fresas que se encuentra el doctor Borg en Fresas salvajes indican que la vida se ha terminado.

Una curiosidad: en el cuenco de leche del que todos beben, no hay leche: hay un fondo de color blanco para dar luminosidad cuando se lo acercan para beber.

Si hay que destacar algo del film es la reflexión que nos muestra al final: sólo la muerte es certera en la vida y ella es la única que nos hace iguales. Ricos-pobres, nobles-plebeyos, todos vais a morir y ante ella no existe distinción.

A raíz de esta película, críticos y aficionados comenzaron a especular con al idea de un Bergman como director de cine religioso. Sin embargo, y a pesar de que la preocupación por la idea de la muerte ocupa una extensa parte de su filmografía, lo que caracteriza al sueco es por tratar la actitud del hombre ante una muerte inevitable que condiciona toda la vida.

Y resulta curioso y paradójico que Bergman, que adquirió una cultura nórdica y por lo tanto, de apariencia laica se sienta obsesionado por cuestiones puramente religiosas como la existencia de Dios o a dónde va el alma cuando morimos. La influencia que ejerció su padre (un pastor luterano) se deja sentir en sus primeras obras de teatro, donde el joven expone sus atormentados conflictos místicos y existencialistas. Y para alimentar esa disputa entre lo racional y lo espiritual, Bergman no hizo otra cosa mejor que empaparse de la obra de filósofos como Heidegger, Kierkegaard, Sastre y Camus, cuyas obras -existencialista, amargas y caóticas- fueron la fuente de la que bebió.

El cine de Bergman es imposible de entender si no se conoce su vida, su infancia y la relación de amor-odio que mantuvo con sus padres, quienes les inculcaron una educación basada en conceptos como el pecado, la confesión, el castigo, el perdón… Y aunque recuerda que fue educado de manera rígida, pero no desprovista de cariño: «Había una carencia de diálogo, y como consecuencia yo vivía en un mundo privado, hecho de sueños».

Ya lo hemos dicho es difícil comprender la obra de Bergman. Además de conocer el ambiente en el que fue criado, se hace necesario contar previamente con una cultura cinematográfica amplia (tanto visual como teórica) para adentrarse en el mundo Bergmaniano. De toda su producción cinematográfica El séptimo sello es la más simbólica porque está llena de alegorías y metáforas que hay que ir desgranado poco a poco.

Sin duda, ésta es una película aconsejable de ver, para los tiempos que corren, en los que los visionarios y fanáticos vuelven a la carga con el Apocalipsis.

Fuente:

- http://es.wikipedia.org

- http://www.cinefania.com/movie

lunes, 27 de diciembre de 2010

 
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Os Tan


 
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Anime Sobre Sistemas Operativos?
Es increible lo que puedes encontrar si deambulas un rato por internet, y es que esta semana me tope con estas interesantes chicas anime:
Se les conocen como OS-tan y son hechas por artistas (y usuarios) aficionados que buscan plazmar las características de los sistemas operativos que utilizan en sus chicas animadas, normalmente representando los requerimientos como atributos físicos de estas chicas.
Por ejemplo el tamaño del pecho usualmente indica la cantidad de memoria que el S.O. requiere, por ejemplo, se tiende a dibujar a la chica XP como una chica con super busto debido a que consideraban a XP como un mega gloton de memoria.
A veces, otra forma de indicar los requerimientos de un sistema operativo es a través de su apetito, otra vez, por ejemplo, a la chica XP se le tiende a dibujar junto con un platón de arroz vacío y pidiendo más.
Al paracer estas chicas se han ido haciendo tan famosas que incluso tienen un entrada bastante descriptiva en la wikipedia, que puedes checar aqui para más info.
Yo aquí les dejo un par de imagenes que encontré y que me gustaron mucho (^_^):
La OS-tan más reciente, la chica Vista: (con unos requerimientos de memoria bastante excuberantes ... ¬¬)

Fuente: http://lachozadeltiotux.blogspot.com/2008/07/anime-sobre-sistemas-operativos.html

domingo, 19 de diciembre de 2010

Desalojo en la Comunidad Las Pailas - Territorio Diaguita















- Las familias tratando de salvar sus vidas y su patrimonio.

- El destrozo producido por las maquinas de la Empresa Noroeste SA en complicidad con la policìa.

- Las familias Diaguitas con sus casas destruidas.

El día 17 de diciembre de 2010 a las 8,00 hs, 30 policías al mando del comisario Laínez y la oficial Milena López ingresaron de manera violenta al Territorio ancestral de la Nación Diaguita en la Comunidad de Las Pailas (departamento Cachi – SALTA), con el objeto de llevar adelante una orden de desalojo emitida por el juzgado correccional y de garantías Nro 8 a cargo de la Jueza Mónica Graciela Faber a favor del terrateniente Robles quien dice ser el dueño del territorio de la comunidad.

El hecho se concretó desalojando violenta e ilegalmente a las familias de Osvaldo Liquín, Gerardo Mamaní, Quintina Prieto, Quintín Cruz y de Andrés Mamani quienes habitan en el territorio desde siempre, con el agravante de que sobre el desalojo forzoso de las familias Diaguitas por parte de los policías, maquinas de la empresa NOROESTE SA comenzaron a destruir de manera salvaje las viviendas, el patrimonio arqueológico y la biodiversidad de la comunidad, sus sembradíos, huertas frutales, cercos, corrales y cada bien de los comuneros.


Esta violación a los derechos de los pueblos indígenas cuenta con la complicidad de jueces que pretenden desconocer el derecho a la preexistencia de los pueblos originarios a favor de sus intereses particulares pues en muchos casos son juez y parte.

Estos hechos constituyen una violación flagrante a nuestros derechos territoriales como pueblos originarios, consagrados en la Constitución Nacional Art. 75. Inc. 17. Convenio 169 de la OIT (Ley 24.071), Declaración Universal de los Derechos Pueblos indígenas de la O.N.U., Derechos Consuetudinarios como Pueblos preexistentes. Desconociendo la ley 26160 y 26554 que suspende todos los desalojos en los Territorios Indígenas y previendo un relevamiento territorial de los territorios de los Pueblos y sus comunidades.

Responsabilizamos al Estado Provincial de SALTA por la inoperancia de sus órganos facultados para dar respuestas concretas de políticas públicas para los pueblos indígenas, como lo es el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas – IPPIS – órgano preocupado en ver como elude las causas judiciales y como disimula su incapacidad en cumplimentar el convenio firmado con el INAI para llevar adelante el relevamiento territorial de la ley 26160, donde sobre 500 comunidades indígenas (RENACI) que posee la provincia, solo se han podido presentar 6 carpetas para su evaluación en 2 años de ser el órgano ejecutor del relevamiento.

La Sub-secretaria de Pueblos Originarios quien debe tener una gestión acorde a los tiempos de los pueblos y de las sociedades que se proyectan en un mundo de igualdad y equidad y no contar en su gestión con personajes sacados de la historia más repugnante del país donde su conocimiento sobre los pueblos lo han tomado de la escuela de Sarmiento y Roca.

La Dirección Provincial de Personas Jurídicas quien debe cumplimentar de manera inmediata el reconocimiento de los pueblos indígenas y sus instituciones representativas.


La Secretaria de Gobierno de la Provincia de Salta quien debe hacer cumplir efectivamente los Derechos de los Pueblos Indígenas.


La Secretaria de Derechos Humanos que debe velar por todos los derechos humanos y cumplir con sus objetivos fijados. “…la protección de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales, comunitarios y los derechos de incidencia colectiva en general.”


Exigimos a los organismos nacionales responsables como el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas-INAI- Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la Secretaría de DDHH; el INADI, a intervenir de manera urgente para dar cumplimiento efectivo de los Derechos de los Pueblos Originarios y brindar soluciones políticas necesarias e inmediatas, los pueblos no seremos una vez más los relegados y los olvidados de siempre.


Solicitamos a las Organizaciones Territoriales Indígenas, a las Organizaciones Sociales y Políticas que acompañan con lealtad, hermandad y respeto la lucha de los pueblos a enviar sus adhesiones en repudio a este avasallamiento de nuestros derechos y comunicarse con el Juzgado Correccional y de garantías Nº 0387-4258022/8000 interno 1720. Comisaría: 03868-491048 comisario Héctor Leinen


Contactos: uniondiaguitasalta@gmail.com TEL: 0387-154046787
Comunicación UPND-SALTA
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Fuente: http://upndsalta.blogspot.com/?zx=1684fbd072eb99a7

DESALOJO EN LA COMUNIDAD LAS PAILAS EN SALTA

TODO EL TERRENO FUE ARRASADO POR TOPADORAS
Sábado, 18 de Diciembre de 2010 14:31



(AW) En un acto conjunto la Policía provincial de Salta y la Gendarmería Nacional arrasaron con los sembradíos y casas de la comunidad Diaguita-kalchaqui Las Pilas. Los terrenos se los adjudica un terrateniente llamado Rubén Robles, sin embargo los desalojos son violatorios de la ley Emergencia de propiedad comunitaria indígena.
La comunidad de las pilas denuncia la inoperancia del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) como en el IPPIS (Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta)






Hoy viernes 17 de diciembre en horas del mediodía se produjo el desalojo de la comunidad indígena Diaguita-kalchaqui LAS PAILAS en el departamento Cachi en la provincia de Salta, y actuaron en la misma, efectivos de la policía provincial de las localidades de Cachi, Payogasta, La Poma y Ceclantas.
En horas de la noche se hicieron presente fuerzas de Gendarmeria Nacional junto a maquinas que arrasaron todo a su paso tanto sembradios como casas.
Este desalojo se produce estando vigente la Ley 26160 de EMERGENCIA DE PROPIEDAD COMUNITARIA INDIGENA, que prohíbe los desalojos por el termino de la emergencia,(prorrogado hasta 2013). La comunidad ya había denunciado otros intentos de desalojo por parte del terrateniente Rubén Robles que se quiere adjudicar la titularidad de estos territorios, cuando los comuneros vivieron en estas tierras desde siempre.
Estas denuncias fueron hechas tanto al INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) como en el IPPIS (Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta) y una vez mas, vemos la total inoperancia del INAI para cumplir los objetivos por lo cual fue creado.
No sorprende esta actitud teniendo en cuenta el papel de este organismo en el desastroso Relevamiento Territorial, y en las muertes de los hermanos Qom en la masacre de Formosa, por lo que solicitamos la URGENTE SOLIDARIDAD DE TODAS LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS, ORGANIZACIONES SOCIALES E INDIGENAS a repudiar estos hechos y exigir a las autoridades nacionales y provinciales a que cumplan con la ley.


CONTACTOS:
uniondiaguitasalta@gmail.com
TEL: 0387-154046787
http://www.agenciawalsh.org
Fuente:

domingo, 12 de diciembre de 2010

"Yo no entiendo por qué la policía en vez de estar defendiendo a la gente se dedica a perseguir y matar a sus hermanos".















Derechos Humanos - Vivienda - CARTA

Sábado, 11 de Diciembre de 2010 06:44

(AW) Eso reflexionaba Mónica, alumna de 5to grado de la Escuela 15, ubicada en la zona donde la ferocidad de los intereses y de los grandes negociados dispara con balas de plomo a los más pobres, a los más desprotegidos. Horacio es el maestro de ese grado, de esa escuela. Tres de sus alumn@s y sus familias están ahí, en el parque reclamando la vivienda que por derecho les corresponde. Publicamos a continuación la sentida carta que este docente nos hizo llegar.


Buenos Aires, 10 de diciembre de 2010.-


Hola a todos.
Con infinita rabia y profundo dolor quiero compartir algunas palabras sobre lo que está pasando a pocas cuadras de la escuela donde trabajo.

No puedo hacer análisis macroestructurales ni quiero despotricar contra el fascista infradotado, simplemente contar que allí están, bajo toldos deshilachados y tapados por los mosquitos y el fango, las familias de tres alumnas mías.

Melanie reaparece hoy en la escuela, después de una semana, y me cuenta que
su mamá y su papá, costureros de 20 horas por día, decidieron ir por un pedazo de tierra porque ya no aguantan más pagar el alquiler de $800 por las dos míseras piezas del hacinamiento donde viven con sus 5 hijas en la Villa Cildáñez. Dice
que el dueño les cobra además $10 por cada día que se atrasan en la renta. "Y encima dice que es cristiano", sentencia.
Mónica me cuenta que su madre resistió todas las tinieblas de la noche desde el viernes en la precaria carpa que se armó con sus manos de obrera. Ayer no durmió bajo la lona: se la prestó a otra madre que aguantaba el viento con su niña aferrada al pecho. Y hoy en la clase Mónica nos pregunta a todos, juro que textual: "yo no entiendo porqué la policía en vez de estar defendiendo a la gente se dedica a perseguir y matar a sus hermanos".

Aylén ya no tiene miedo. Está acostumbrada porque los domingos recibe el amanecer en La Salada, contando las monedas que le dejó el fin de semana. Siempre callada, hoy se desviste las vergüenzas para explicarnos que no hay robo y sí necesidad.

Melisa cuenta que en esos terrenos del Parque hace años que hay olor a muerto.
Suele ella encontrar algunos huesos y más de una vez tuvo que escapar del horror de los cadáveres. Varios dicen que sí: todos saben que allí descartan los fiambres chorros y yutas. Ese baldío, cementerio del fin del mundo, es el "espacio público" que los hipócritas dicen defender.

Kevin nos cuenta, casi entre lágrimas, que desde su terraza de la villa 20 quiso ver, pero no pudo: lo cegó el humo de la furia y la represión.
Los demás escuchan, preguntan, comprenden porque viven igual. En medio de la intensa charla, Nicole se hace una pregunta sincera: "Yo no sé si esa es la manera de conseguir una casa". Y Ariana impecable, vocera de muchos, comparte: "Yo tampoco sé si es la manera, pero lo que es seguro es que no lo hacen porque les gusta si no porque no les queda otra. ¿Qué harían ustedes si no tienen lugar donde vivir con sus familias?". Y vuelvo a jurar que el parlamento es casi
textual.
Esto es algo de lo que pasó en el aula de quinto de la escuela 15 hoy por la mañana.
Y esto es también algo de lo que no pasó: ninguno le echó la culpa a los bolivianos, ninguno se quejó porque sí paga sus impuestos, ninguno temió porque le vayan a ocupar también el Parque Avellaneda, ninguno pensó que hay "vecinos" por un lado y "usurpadores" por el otro, ninguno pidió la policía para sentirse más tranquilo.

Eso es todo. Gracias por dejarme compartirlo.
Fuente: http://www.agenciawalsh.org
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CRISTINA KIRCHNER XENÒFOBA
















Pueblos originarios cortarán la 9 de julio el próximo martes

(AW) Organizaciones de pueblos originarios realizarán el próximo martes 14 de diciembre un corte total de 9 de Julio y Av. de Mayo ante la decisión del gobierno de cortar el díalogo. Los organizadores reclaman sus derechos ancestrales sobre sus territorios y el castigo a los responsables de las muertes de los hermanos asesinados recientemente.


El gobierno nacional cortó el diálogo con los pueblos originarios.
(Buenos Aires, 11 de Diciembre de 2010). Los pueblos originarios, ante los hechos recientes de toma de tierras de hermanos latinoamericanos en capital federal, y la posterior represión, que derivó en la decisión del Gobierno Nacional de otorgar tierras y planes de vivienda, manifestamos que:



La usurpación de nuestras tierras, que habitamos en armonía ancestralmente y de manera preexistente a la conformación del Estado, no ha sido resuelta hasta la actualidad. Los usurpadores de nuestras tierras son terratenientes, empresas mineras, petroleras, corporaciones sojeras y los gobiernos provinciales. Ante esta situación, optamos por manifestarnos pacíficamente en reclamo de nuestros derechos, y aún así somos salvajemente reprimidos, como es el caso de los hermanos Qom en Formosa.
El gobierno nacional, lejos de aportar una solución, nos deja afuera de todo diálogo y nos ignora. Durante todo este período de gobierno de Cristina Kirchner, buscamos el diálogo, sin obtener respuesta alguna.
Por lo tanto, y a raíz de su último discurso por cadena nacional, en el que jamás se refirió a la muerte de nuestros hermanos, ni a la solución de nuestros propios conflictos territoriales y nuestros muertos en represión, damos como un hecho concreto el cierre de todo diálogo por parte del gobierno hacia nosotros. El actual gobierno demostró una vez más carecer de una política territorial y de ser xenófobo y discriminatorio al intentar invisibilizarnos y no considerarnos parte de esta sociedad.
Si, dada la actual situación, se entregan tierras a los hermanos bolivianos y de otros países luego de que éstos debieran ocupar terrenos ante su total carencia de un derecho humano fundamental, estamos ante un mensaje claro de que debemos optar por éste método de lucha: toma de parques nacionales, territorios ancestrales enrejados, etc. Tal vez así, sí nos escuchen. Agudizaremos en todo el país nuestro plan de lucha.

CONVOCAMOS A UN CORTE TOTAL DE LA 9 JULIO Y AV. DE MAYO EL MARTES 14 DE DICIEMBRE.

Báez Luis -- Pueblo Mocovi
Díaz Felix - Pueblo Qom
Jorge Nahuel -
Mamani Jorge -- Pueblo Kolla
Quispe Sixto - Pueblo Omaguacas
Choque Carolina - Pueblo Tilian
Tolay Policarpio - Pueblo Ocloya
Cruz Flora - Pueblo Guarani
Guanuco Eustaquio - Pueblo Diaguita
Miranda Tito - Pueblo Guarini
Vega juan - Pueblo Tapiete
Duarte Jose - PUEBLO Mbya Guarany
Salteño Anselmo - Pueblo Mocovi
Guala Oscar - Pueblo Rankel
Ángel Alfredo -- Pueblo Qom
Morales Sergio - Huarpe
Chico Juan - Pueblo Toba
Toledo Filemón - Pueblo Toba

ADHIERE: CENTRAL DE TRABAJADORES DE LA ARGENTINA (CTA)

Fuente: http://www.agenciawalsh.org
Imàgenes de Google.

The Doors | The End (Apocalypse Now)

No Amarás - Director: Krzysztof Kieslowski - 1988









“NO AMARÁS” (1988)
Sexto mandamiento del Decálogo de Krzysztof Kieslowski [por Enrique Perea]
Escribió sobre ello Gabriel García Márquez en su épico libro tres años después de recibir el Premio Nobel. Lo vimos en “Robin y Marian” (1976, Richard Lester), con un Sean Connery y una Audrey Hepburn esplendorosos, sobre todo Audrey demostrándonos que la vida sin ello no es vida. La muerte sólo es un paso hacía delante de nuestros dos amantes, al igual que en “De fosa en fosa” (2005, Jan Cvitkovic). Vale la pena esperar 100 minutos para llorar por ese seiscientos enterrado.

Amor, Amor, Amor ¿Qué es? ¿Dónde lo puedo encontrar? ¿Cómo se busca? ¿Quién lo posee? Todo eso es “No amarás” de Krzysztof Kieslowski. Premio Especial del Jurado en San Sebastián 1988.



Bajar hasta los infiernos, muerte, humillación del propio ser, es una peste que no te puede aliviar. No hay cura posible. Es el estado más solitario y menos comprendido que existe, tú y sólo tú posees la verdad y sin embargo no la puedes compartir porque nadie te va a comprender. Entonces, ¿Por qué amamos? ¿Por qué deseamos la muerte cuando nos alcanza de lleno? No sería mejor vacunarse y vivir alejado de este mal.

Kieslowski era ya un director consagrado en su país cuando le propusieron escribir y luego dirigir “El Decálogo”, 1988-1989. Fue a partir de este trabajo cuando su carrera a nivel internacional dio un giró radical para convertirse en uno de los directores con más reconocimiento de los noventa. Murió de un ataque cardiaco en marzo de 1996 a la edad de 54 años. Año y medio antes había anunciado su retirada de la dirección cinematográfica. Curiosamente estaba escribiendo junto a su guionista Krzysztof Piesiewicz una nueva trilogía: Cielo, Infierno y Purgatorio inspirada en la “Divina comedia” de Dante, cuando su corazón dijo basta.

Extraño premio para uno de los grandes.

Sólo a través del amor llegamos a entender vida y la muerte. Al igual que Gabo, Kieslowski nos enseña que amar es sufrir, es tristeza, es depresión y sin embargo no descansamos en su empeño, no hay tregua hasta conseguir la dicha. Allí nos espera el paraíso aún a costa de la propia muerte, pero, qué importa, eso es lo que piensa nuestro protagonista guiado por el afán de seguir sus propios sentimientos, de conseguir lo único que sabe que es real, para él.



Todo amor es una Odisea, un imposible en el corazón de los desdichados, un viaje onírico sin fin que nos lleva hasta los confines del alma en busca de lo irreal, porque amar es buscar la nada. Luchar por ser correspondido sin esperanza, es la peor de las luchas, la más solitaria, la más incomprendida, “…es darlo todo sin esperar nada…”. El amante es el mayor de los perdedores, pone su vida en juego sin tener ningún as en la manga. Morir es su única salida, el último rincón donde refugiarse, pero entonces por qué nos dirigimos al precipicio, a qué es debido ese sufrimiento, esa sin razón. Coincidencia esa fue una de las palabras que dijo Kieslowski cuando se le pidió que nombrara las diez palabras con que se quedaría si todo el resto le fueran arrancadas. El resto fueron: Amor, odio, soledad, miedo, inocencia, dolor, ansiedad, Dios, responsabilidad.

Y fue el destino quién reunió en una tarde de lluvia y frío a Kieslowski y su coguionista Piesiewicz, quien le sugirió la idea de filmar una película sobre los diez mandamientos a través de la vida cotidiana de la Polonia de los ochenta. Cuentan que en un principio Kieslowski no se lo tomo en serio y no llegó a comprender el proyecto porque tenía mucho frío al haber perdido uno de sus guantes.



La idea de representar los diez mandamientos fue pensada como diez historias cortas e independientes pero con el nexo común de un edificio del barrio de Stowski en Varsovia durante los años ochenta. El proyecto fue vendido a la televisión polaca como una serie de bajo presupuesto, en la que se reflejarían las relaciones humanas entre los personajes.

Kieslowski pensó en un inicio en que fueran diez directores jóvenes quienes llevaran a cabo cada una de las historias, pero al tener terminados los borradores decidió cambiar de opinión al comprobar la dimensión que podría tener. Decidió dirigir él mismo El Decálogo y darle ese toque universal que el paso del tiempo ha consagrado como obra maestra.

Junto a “No amaras”, “No matarás”, Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 1988 y Premio a la mejor película del año por la Academia de cine europeo, fue el otro capítulo de la serie que fue alargado hasta un metraje de película.

Curiosamente lo que sí cambió en cada uno de los capítulos fue el director de fotografía. Con ello consiguió un ahorro económico y de tiempo considerable. Al utilizar la misma localización cada equipo preparaba su escena, se hacían las tomas y dejaba paso al siguiente equipo, simplemente genial.



Ese mismo método lo utilizó años después para rodar de forma casi simultánea su trilogía “Tres colores”: Azul, Blanco y Rojo, (1993-1994). De hecho tres de los directores del Decálogo volvieron a trabajar con Kieslowski en la trilogía.

Esto nos da una idea del detalle del guión y nos demuestra que ante una gran variedad de visiones, el mensaje final de cada uno de los capítulos sigue siendo el mismo. ¡Ave guión!

No es cine social, no se ven reflejadas (o se intenta) las miserias de la Polonia de los ochenta, no es político, no hay mítines ni slogans. Recordemos que por aquellos tiempos Lech Walessa(cofundador del sindicato Solidaridad) luchaba por unas elecciones libres en Polonia. Llegó a ser presidente de Polonia entre 1990 y 1995. Son sólo miserias humanas, almas desnudas entre grises edificios que luchan por seguir vivos, por hacerse entender. Seres incomprendidos que se buscan mutuamente en un mundo que estaba cambiando a pasos agigantados.



Nuestro protagonista, Tomek, es un huérfano que vive en una casa ajena. Está viviendo una vida prestada en uno de esos edificios stalinistas sin colores, sin vida. Con esa cara de tristeza y sumisión tan típica de las personas que vivían detrás del telón de acero. Viste con camisas abotonadas hasta el cuello y largas gabardinas que hacen de él un buen camarada, buen ciudadano excepto por su gran secreto: su metódica y doble vida. Trabaja en la oficina de correos por el día y como voyeur aficionado por la noche.

A las ocho y media de la tarde suena su despertador y comienza su ritual, aparta el trapo que cubre su otro ojo, un telescopio robado del instituto, y observa a su víctima. Una mujer madura y liberal que lleva a sus diferentes amantes a la casa para hacerles el amor. Ella es un ser perdido, una máquina devoradora de hombres que ya no espera nada. Amar son sólo esos treinta minutos de placer, es una persona decidida pero vacía en el fondo, sin sentimientos, sin alma.

La película comienza con el final, será por ello que Kieslowski nos dice que todo en la vida es un círculo que va y viene. Que la vida es la vida de nuestros vecinos y que todos somos mirones y exhibicionistas deseando ver y ser vistos por nuestros semejantes. La película es un sinfín de miradas donde resaltan más las imágenes que la narrativa, buscando lo que les falta a cada uno para seguir vivos. Al igual que James Stewart en “La ventana indiscreta” (1954, Alfred Hitchcock), que busca entre sus vecinos un pasatiempo en su vida, sin darse cuenta que acaba convirtiéndose en un voyeur profesional.



Tomek es el gran perdedor de la historia, es el que peor acaba porque ya ha quedado demostrado que amar es un suicidio al alcance de muy pocos, los que son capaces de darlo todo sin esperar nada. Y a diferencia de nuestro protagonista su gran amor, Magda, es la gran beneficiada, la que acaba entendido el sufrimiento y la que consigue redimir sus pecados, como María Magdalena.

Es al final cuando los papeles se tornan y ella se convierte en mirona, observando al otro lado, buscando una señal de su conquistador y comprendiendo el sacrificio de vida que ha realizado Tomek. Desde el telescopio observa ahora su propia casa y su antigua vida, una vida vacía que ahora tiene un nuevo futuro porque él se lo ha dado, ella es la gran ganadora, la mujer que lo sabía todo y sin embargo no entendía lo que era amar, pero ¿Qué ha recibido Tomek? ¿Qué le queda a nuestro joven protagonista? No nos lo dice Kieslowski, tal vez no le interesaba conocer el futuro de nuestro protagonista ó prefirió no enseñárnoslo para no hacer más triste la historia. Como ya he comentado el contexto del Decálogo es pieza fundamental de nuestra historia. Es una época convulsa en Polonia en el que el futuro era incierto, había mucha tensión, falta de esperanza y miedo de que las cosas se pusieran peor.

Tomek, al igual que posiblemente el resto de Polonia en aquella época, es un soñador, pero que acaba siendo víctima de su propio engaño. Ni siquiera el clavarse las tijeras en un dedo, el frío hielo en sus orejas o el suicidio consiguen mitigar el dolor de su corazón, un castigo auto impuesto y que se agrava conforme más se enamora. Él es feliz en su mundo hasta que le demuestra su amor y es en ese momento cuanto más la ama y más sufre dirigiéndose hacía el abismo sin retorno.

“El Decálogo” y “No amarás” en este caso, es una obra imprescindible para cualquier amante del cine, una película de detalles que conviene visionar más de una vez porque vas descubriendo y ahondando más en la psicología de los personajes, unos seres grises como la Polonia de la época que buscan la felicidad más allá de cualquier contratiempo y obstáculo.

Y qué mejor ejemplo del amor de Tomek que un fragmento del guión de la película: Tomek se ha peleado con uno de los amantes de Magda y va al apartamento de ella a repartir la leche.

Magda: Dime chico, ¿por qué te dedicas a espiarme?

Tomek: Porque te quiero.

T: Te quiero de verdad.

M: ¿Me quieres? ¿Por qué me quieres?

T: No lo sé.

M: Acaso quieres besarme.

T: No.

M: ¿Quieres que vayamos…? (ríe)

¿Quieres hacer el amor?

T: No.

M: Te gustaría hacer un viaje conmigo, a los lagos Masurian, a Budapest.

T: No.

M: ¿Qué es lo que quieres?

T: Nada.

M: ¿Nada?

T: Nada.

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No Amarás (Krótki film o miłości, en la versión original en polaco) es la versión fílmica ampliada del sexto episodio, una variación sobre el sexto mandamiento "No cometerás adulterio", del drama para la televisión compuesto de diez episodios llamado El Decálogo, del director polaco Krzysztof Kieślowski, del año 1988.

El filme, que se desarrolla en un complejo de edificios de apartamentos en Varsovia, trata sobre la obsesión, explorando los tópicos del amor y del voyeurismo a través de la relación entre el joven Tomek (Olaf Lubaszenko) y la adulta Magda (Grażyna Szapołowska). Esta relación comienza cuando él espía y observa la vida sexual de ella por medio de un telescopio. Obsesionado con ella, el joven inventa razones para poder verla y hablarle hasta que lo consigue y finalmente confiesa su conducta y sus sentimientos. Esto da lugar a problemas psicológicos para él y para ella mostrando cómo el bien y el mal cambian de ida y de vuelta.

Aviso: En lo que sigue se cuenta el final del argumento

La película es similar a la versión original para la televisión de El Decálogo, con algunas modificaciones y ampliaciones al guión. El cambio más significativo es el final, que fue reescrito debido a la petición de la actriz Grażyna Szapołowska, quien deseaba que la película tuviese un final distinto. La versión original termina con Tomek de vuelta en su trabajo diciéndole a Magda que ya no la espía más. No Amarás termina con Magda en el apartamento de Tomek, después de que él regresa del hospital tras un intento de suicidio, cuando ella imagina verse a través del telescopio en su propio apartamento, llorando en su cocina mientras Tomek la acompaña y reconforta.

Este filme fue plagiado en Hindi en el año 2002 como Ek Chhotisi una historia de amor.

Contenido
1 Elenco
2 Premios
3 Véase también
4 Enlace externo


Elenco
Grażyna Szapołowska - Magda
Olaf Lubaszenko - Tomek
Stefania Iwińska - madrina de Tomek
Piotr Machalica - Roman
Artur Barciś - hombre con la maleta
Małgorzata Rożniatowska - jefa de la oficina de correos
Stanisław Gawlik - cartero Wacek
Rafał Imbro - amante de Magda
Jan Piechociński - amante de Magda
Krzysztof Koperski - controlador del medidor de gas
Tomasz Gradowski
Hanna Chojnacka
Jaroslawa Michalewska - empleada de la oficina de correos
Emilia Ziólkowska - anciana en la oficina de correos
Anna Gornostaj - enfermera

Premios
XIII Festival de Cine Polaco de Gdynia (1988):
Mejor Actriz: Grażyna Szapołowska
Mejor Actriz Secundaria: Stefania Iwińska
Mejor Fotografía: Witold Adamek
Mejor Guión: Krzysztof Kieślowski y Krzysztof Piesiewicz
León de Oro: Krzysztof Kieślowski
Festival Internacional de Cine de San Sebastián (1988):
Premio Especial del Jurado
Premio OCIC (Organización Católica Internacional de Cine)
Premio de los Periodistas
Festival Internacional de Cine de São Paulo (1989):
Premio del Público
Premio de los Críticos de Cine
Premios de los Críticos de Cine de Chicago (1989):
Mejor Actriz (Premio Hugo de Plata): Grażyna Szapołowska
Mejor Película en idioma extranjero
Festival de Cine de Venecia (1989):
Premio FIPRESCI (Federación Internacional de Prensa Cinematográfica): Krzysztof Kieślowski

Fuente:
1) http://www.twakan.com/numero26/pelisecreta.htm
2) www.wikipedia.org
3)http://www.canaltcm.com/peliculas/no-amaras