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miércoles, 27 de octubre de 2010

El AMOR , EDUARDO GALEANO

Eduardo Galeano - La Mujer

Eduardo Galeano - Mundo al Revés

LOS NADIES - eduardo galeano

Relativismo cultural Ayoreo

Dictaduras y Dictadores. Por Isidora Neira

Dictadores latinoamericanos apoyados por EEUU

Kamino a la tierra sin mal

Ayoreo - Agonía y resistencia en el Chaco Paraguayo.mpg

'La Sirena del Mississippi'




Ficha tècnica:
Año de producción: 1969
País: Francia, Italia
Dirección: François Truffaut
Intérpretes: Jean-Paul Belmondo, Catherine Deneuve, Nelly Borgeaud, Martine Ferrière, Marcel Berbert, Yves Drouhet, Michel BouquetGuión: François Truffaut
Música: Antoine Duhamel
Fotografía: Denys Clerval
Distribuye en DVD: Sogemedia
Duración: 123 min.
Público apropiado: Jóvenes-adultos
Género: Romántico, Thriller

CRITICA DE LA SIRENA DEL MISSISSIPPI
Esposa a la fuga.
Louis Mahé, dueño de una gran plantación de tabaco, encuentra a su mujer ideal por las páginas de contacto de un diario. Enamorado locamente de ella le propone matrimonio, pero después de la boda ella desaparece llevándose todo el dinero. Decidido a encontrarla, contrata a un detective privado que la localiza en Niza bajo otra personalidad. Ahora, Louis debe decidir si quiere venganza o todavía está enamorado de ella.

La obra maestra del Truffaut imitador de Hitchcock, en un delirante cuento romántico basado en la novela 'Waltz into Darkness' de William Irish. Rodada en la isla de Reunion, el thriller alcanza por momentos un insano toque necrófilo digno de mayor análisis. Su pareja protagonista -la fría Deneuve y el ingenuo Belmondo- es digna de figurar entre las más intensas de la historia del cine, realizando ambos una admirable composición de sus personajes. Mutilada en su metraje en algunos países -entre ellos España-, su versión íntegra está cerca de la perfección. En su país recaudó 8 millones de francos.


Truffaut y el amor
Hablar de François Truffaut es hablar del amor. Pocos directores como él supieron hablar tan certeramente sobre ese sentimiento tan maravillosamante complicado, además de realizar a lo largo de su obra un exhaustivo estudio sobre el universo de la mujer, algo que siempre marcó la tormentosa vida personal del director (quizá por eso era tan “sabio” en estos temas).

Películas como ‘Los Cuatrocientos Golpes’ (que representó equivocadamente a ese movimiento de culturetas llamada la Nouvelle Vague, del que afortunadamente Truffaut se desenmarcó enseguida, provocando el enfado de su amigo por aquel entonces, el soporífero Godard), sus secuelas, ‘Fahrenheit 451’, ‘Jules y Jim’ o ‘Las Dos Inglesas y el Amor’ (a la que Scorsese rindió un sentido homenaje en su impresionante ‘La Edad de la Inocencia’), por poner unos pocos ejemplos, forman parte de una filmografía excelente. Es un pena que un cáncer cerebral se lo llevase con tan sólo 52 años de edad a principios de los 80, porque de no ser así, hubiéramos tenido Truffaut para rato.

‘La Sirena del Mississippi’ (‘Le Sirène du Mississipi’, 1969) es, para un servidor, una de sus mejores obras. Un canto sin concesiones al amor, como pocas veces ha habido. Una película que dedicó a su tan admirado Jean Renoir.
La historia nos narra una historia de amor entre un hombre (un rico cultivador de tabaco) y una mujer a la que conoce sólo por carta. Sin embargo, con quien llega a casarse es con una impostora que termina huyendo con la mayor parte de su fortuna. Dispuesto a vengarse, el hombre la persigue con la intención de matarla, pero cuando la encuentra se da cuenta de que la ama perdidamente. Por otro lado, ella demostrará no tener el más mínimo escrúpulo.
Una vez más en el cine de Truffaut, la mujer es un ser capaz de la abominación más grande cuando descubre que tiene a un hombre a sus pies. Esta constante en su cine alcanza su máxima expresión en otra cinta titulada ‘Una Chica tan Decente como Yo’ (película no recomendada a misóginos incurables). En ‘La Sirena del Mississippi’ se cristalizan todas las inquietudes con las que el director francés ha jugado a lo largo de su carrera, y que posteriormente seguiría desarrollando, pero fue quizá en esta película donde quedaron plasmadas con más perfección y autenticidad. Por un lado, tenemos la figura de un hombre que aún teniéndolo todo en su vida, tiene que recurrir a relaciones epistolares para conseguir casarse, y a la hora de amar es un auténtico pardillo*1. Sin embargo, cuando llega el momento de la verdad, no le importa ni lo más mínimo ser envenenado paulatinamente por la mujer de la que está enamorado.
Dicho personaje está interpretado por un muy ajustado Jean-Paul Belmondo, por aquel entonces toda una estrella en el cine francés. Parece casi una broma del director el haberlo emparejado con la bellísima Catherine Deneuve, que por aquel entonces estaba en la cúspide de su belleza, y también de su frialdad. Truffaut consigue lo increíble: hacer creíble a esta pareja totalmente imposible. A pesar de la corrección de sus interpretaciones, quizá el único punto flojo de la película, sobre todo en el caso de Belmondo, la historia es tan fascinante y está tan llena de matices, a la par que bien rodada, que uno no puede hacer otra cosa que rendirse ante la que es, sin duda, una de las películas más dolorosamente románticas que se hayan realizado jamás.
Y cuando hablo de romanticismo, no me refiero a las ñoñadas que no han querido vender como grandes historia de amor, haciendo únicamente que suban nuestros niveles de azúcar. Aquí no hay nada de eso. Tenemos a unos personajes solos frentes a una serie de circunstancias y el mundo que les rodea, el cual no parece comprender su relación. Una serie de infortunios que deberán vencer para conseguir lo que quizá todos perseguimos en esta vida. Y para Truffaut está muy claro: no hay amor sin dolor. Un dolor penetrante que consume por dentro, con la única esperanza de que afuera sólo quedará el amor, más que suficiente para sobrevivir a cualquier tipo de penuria. Así lo resaltan sus finales y maravillosa escenas. Después de haber asistido a la presentación de los personajes, todo va cuesta abajo, un descenso hacia el mismísimo infierno a cambio del único y verdadero amor. Al final, solos, sin nada como posesión, sólo ellos mismos, caminan bajo la nieve hacia un futuro incierto, que paradójicamente está representado con el color blanco, el de la pureza. Atrás quedan las riquezas, un asesinato, y demás desgracias. Casi podríamos decir que es una historia de amor al revés.

‘La Sirena del Mississippi’ es una película magistral, una rareza si se quiere ver así, con el sello característico de su autor. Hace años, uno de los críticos más famosos de este país dijo que era una de las pocas películas que demostraban que el amor existía. También puede verse de esa forma.
*1. Pardillo: Jugador que casi siempre pierde.
Fuente: www.blogdecine.com
www.decine21.com
www.fotogramas.es

El 28 de octubre no habrá clases

El 28 de octubre no habrá clases

jueves, 21 de octubre de 2010

Abrazos gratis en Buenos Aires

Abrazos gratis

AVRASOS GRATIS

Free Hugs Campaign - Official Page (music by Sick Puppies.net )

domingo, 10 de octubre de 2010

Poesía saharaui - Lucha y resistencia en el Sahara occidental












Nueva literatura hispano africana en castellano un ensayo y una antologia inedita en la argentina reflejan la actualidad y la obra de la “generacion de la amistad saharaui”
La poesía en lengua española del Sahara Occidental, antigua colonia española todavía en proceso de autodeterminación —que ha vivido azotada por la guerra durante más de tres décadas y aun pesa en los cajones de la sección de descolonización de las Naciones Unidas— constituye junto a la literatura de Guinea Ecuatorial, el más dinámico exponente de la nueva literatura Hispano Africana. La poesía Saharaui, poesía de lucha y resistencia en un sentido amplio, responde a una serie de necesidades y circunstancias políticas que han marcado la vida de aquellos antiguos beduinos españoles que bruscamente dejaron de serlo y fueron lanzados al vacío de la historia. >>>

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La nueva poesía Saharaui es una poesía que, desde los márgenes, lucha por construir su propia identidad. Es un arma cargada de futuro, como dijo Celaya, que nace de las gargantas doloridas, secas y sangrientas de un grupo de escritores forjados en el exilio de tres estaciones sin ocaso.

En 1976, mientras la dictadura española esperaba conmocionada la muerte de Franco, el último soldado español abandonó el Sáhara Occidental, sin dar la oportunidad de organizar el referéndum de autodeterminación que la ONU, y el pueblo saharaui, demandaban desde hacía años. Desde el norte y desde el sur, Marruecos y Mauritania respectivamente, ávidos por ensanchar sus fronteras, se aprovecharon de la debilidad de España para enviar sus ejércitos a ocupar un vasto territorio, desértico y poblado por menos de 100.000 saharauis, pero de enorme riqueza natural. La ONU se opuso a la ocupación pero no hizo nada para detenerla, y el flamante movimiento de liberación saharaui, Frente POLI- SARIO, no pudo detener el avance de sus poderosos vecinos. En pocos meses, miles de saharauis murieron o desaparecieron, y alrededor de la mitad de la población nativa fue desplazada. Hoy, más de tres décadas después, aquellos refugiados y sus familias, casi doscientos mil, aun viven en el duro exilio de los campamentos de Tindouf, en la vecina Argelia.

En 1982, como respuesta a las victorias del POLISARIO en el campo de batalla, con Mauritania ya retirada del territorio y Marruecos arrinconado en el norte, Rabat diseñó una nueva estrategia para ampliar su poder sobre la región: la construcción de seis muros militares con los que progresivamente fue ampliando su control sobre porciones mayores de desierto. En total, hoy hay 2.700 kilómetros de muros en el Sahara Occidental, que protegidos por 130.000 sol- dados marroquíes y rodeados de varios millones de minas, parten la antigua colonia española en dos. Al oeste, dos tercios de desierto bajo control marroquí. Y al este, un tercio bajo control del POLISARIO y su autoproclamada Republica Árabe Saharaui Democrática (RASD), estado hispanohablante exiliado en los campamentos de Tindouf y reconocido por la Unión Africana y la mayoría de países Latinoamericanos. Los campamentos de refugiados son más que campamentos de refugiados donde languidecen miserias y deseos; son la sede de un estado en exilio, de un nuevo proyecto de ciudadanía Saharaui, trazado para llenar el vacío que dejó apresuradamente España al abandonar sus responsabilidades como colonizador.
Dentro de los campamentos de refugiados, donde por necesidad los saharauis han construido una compleja estructura institucional, que incluye un sistema de educación y atención médica público y universal, el castellano ocupa una posición de mucha importancia. En contraste con sus vecinos francófonos, la República Saharaui se presenta como país hispanohablante, y promueve una identidad híbrida, de tradiciones hispanas, árabes, africanas, e islámicas. Es en este contexto único en el que surge la nueva poesía saharaui en español, una poesía que rompiendo con las formas literarias tradicionales saharauis, mira más al mundo Hispano que a la tradición árabe. De hecho, las relaciones entre la exiliada república y América Latina son de suma importancia; a fines de los 70 y a principios de los 80, miles de adolescentes saharauis atravesaron el océano para estudiar la secundaria en Cuba, en internados de la Isla de la Juventud, para después pasar a las universidades de la isla grande. Miles de niños y niñas saharauis crecieron y se educaron en el Caribe. Y los versos de Martí, y la Generación del 27, y Neruda, y Benedetti, y tantos otros, volvieron con ellos al desierto, a su segunda estación de exilio.





Los niños y adolescentes que fueron a estudiar en Cuba volvieron a los campamentos como una nueva tribu, casi como una nueva tribu urbana que amenazaba las rutinas hegemónicas que marcaban la vida diaria de los que habían quedado atrás. Los Cubarauis consiguieron empleo en el Gobierno Saharaui, en hospitales, en escuelas, pero la situación se volvió frustrante ante la falta de medios y, sobre todo, de progreso político: estancamiento del proceso de auto-determinación, negociaciones interminables e intentos por parte del gobierno de Rabat para influenciar el censo electoral que la ONU entonces elaboraba. La situación de ni guerra ni paz abierta con el alto de fuego oficial de 1991 fue minando progresivamente el ímpetu inicial.
La mayor parte de los poemas de esta selección fueron escritos por poetas que vivieron este contexto político. Bajo ese contexto surgió la “Generación de la Amistad”. Son hombres y mujeres que nacieron en los 60 y 70, y han conocido la guerra, el exilio, el desierto y el Caribe, frustraciones en los proyectos de construcción nacional y, recientemente, una segunda emigración a España, donde muchos viven y trabajan hoy en día.

Su poesía, recogida en las antologías Bubisher (2001), El Aaiún (2006), Un
Dreiga (2007) y en versión bilingüe (castellano — inglés) en 31. A Bilingual Anthology of Saharawi Resistance Poetry in Spanish (2007), retoma la larga historia de literatura oral del pueblo saharaui, pero entra en diálogo con la tradición en lengua española de intervención política y poética. Son escritores que se formaron con la poesía de José Martí y su modernismo con fines nacional- políticos. Sus estudios fueron contemporáneos con el auge de la poesía de compromiso social de poetas — también exiliados — como Mario Benedetti y Juan Gelman. Y se muestran conscientes de los debates y polémicas sobre la poesía política; por ejemplo, las palabras de Jean Paul Sartre en ¿Qué es la literatura? sobre la imposibilidad de una auténtica poesía comprometida y la respuesta crítica de Theodor Adorno, y su larga investigación de la potencia política del arte en su Teoría estética. Bajo esa tensión surgen sus versos.
Los lectores hallarán dos tendencias en la poesía de la Generación de la Amistad: poemas micro-políticos, que se enfocan en la vida, sufrimiento, y esperanza del/a poeta; y los macro-políticos, que representan más explícita- mente los reclamos nacionales, y en los cuales se vislumbra la función diplomática de la poesía. En otras palabras, en esta nueva poesía saharaui en español que aquí presentamos, se cruzan los ejes lírico y épico: el desarraigo, la frustración, el deseo, y la literatura, y la voluntad política para construir una nación se retuercen en unos versos que, a veces, queman como la arena del Sahara al mediodía.



Selección de poemas

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Ali Salem Iselmu




Tiris

Si llegas alguna vez
a una tierra lisa y blanca
acompañada de inmensas estatuas negras
y el andar pasivo de camellos y beduinos,
recuerda que existe una tierra sin amo y sin dueño,
espejo y alma de todo ser inocente.



M i e d o

Tengo miedo de tu miedo
Porque hace aflorar mis lágrimas
y me sujeta a tus pensamientos.
Tengo miedo de tu miedo
Porque es el otoño que vislumbra
las gotas espesas de mi cuerpo.
...Y en mis andares peregrinos
entendí,
que de la inspiración de mis versos,
nace tu miedo.



Translation

Poesía, poetry.
Le dije yo en inglés.
Él no me entendió.
Le dije University of Leeds,
Bubisher, versos fuego y esperanza.
Él no me entendió.
Le dije poetry in Spanish.
Translation in English.
Escuchó mis versos.
Y me dijo:
Welcome to the United Kingdom.



Ali Salem Iselmu nació en 1970 en Dajla-Villa Cisneros, en el Sahara Occidental. Tras la invasión marroquí y mauritana huyo a los campamentos de refugiados del Tinduf, donde pasó su niñez. Posteriormente fue a Cuba, donde se licenció en Periodismo por la Universidad de Santiago. A su vuelta a los campamentos se incorporó al departamento de español de la Radio Nacional Saharaui, donde trabajó varios años. Actualmente vive en España. Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Añoranza (Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, 2002), Bubisher (Editorial Puentepalo, 2003), Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006), Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno — Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007). Acaba de publicar su primer poemario en solitario: La música del siroco (Um Draiga, 2008).

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Bahia Mahmud Awah



Un poema eres tú

Una mujer entre rejas
gritó:
¿Qué es un poema?
Y un poeta desde su exilio
le respondió:
Eres tú.
Nosotros, la fuerza,
la razón
de un verso y un poema.



Los libros

Los libros me hablaron de nefastas
e injustas guerras.
También me enseñaron
cómo odiarlas,
cómo repudiarlas.
Los libros
me condujeron a las entrañas
de mi siglo.
Porque he visto
poetas jornaleros,
poetas jardineros,
poetas cristaleros.
Poetas
que avivan las letras
donde el cielo abraza
la inmensidad de los desiertos.
Pero también he visto
que la palabra
de un poeta jardinero
equivale al precio
de un tulipán en Constantinopla.



E s p erando en el camino

Más de treinta años saludando
el paso indiferente
de muchas caravanas
que no se fijaban
en mi rostro ya dilatado por los
años de espera.
Nadie dijo,
pobre confinado en la inmensidad
de su espera.
Tampoco supieron decirme
muerto
en el camino.
Al paso de sus caravanas les agito
mis firmes brazos
convencido
y seguro como una estatua de la libertad
que los tiempos no han podido derribar.



Bahia Mahmud Awah nació en 1960 en la región sur de Tiris, Auserd. Después de estudiar seis años en Cuba, regresó a los campamentos donde dirigió las programaciones en español de la Radio Nacional saharaui durante cuatro años. Hizo estudios de periodismo y teoría de la traducción en España y trabajó en proyectos de difusión de noticias y cultura. Participa en las actividades del grupo de cultura saharaui Suerte Mulana y es miembro fundador de la Generación de la Amistad saharaui.

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Chejdan Mahmud



Mi parto

Nací, y con orgullo, en el desierto.
Pero:
como carnada en un anzuelo.
...
en las quimeras de un reparto.
Y:
Morí al día siguiente sin nada.
Renací,
sobreviví al engaño.
A la otra mañana, mordí una alga,
¡Agh! me estremecí,
sentí que me sabe extraño,
mas, comí. Y,
lloré
quizás: para que el sol se detenga.
La sangre corría agitada
por mis venas traslúcidas.
El cordón umbilical ardía
como un brasero enojado.
Un vecino de corazón maligno,
vio un sedal y quiso llevarlo.
Yo me encogí. Tal vez
ya no seré dueño de mi legado.
Y no sé
si puedo serlo para luego



Todo lo transforma la poesía.

Yo hice poesía de mis indefinidos andares; con eso, tejiendo como pude, elaboré esta poesía que, no es más que el souvenir para un amigo. Aunque, sea aquel: infiel, traidor o, hermano.
Haciendo poesía se establece el vínculo necesario, humano y, se enlazan caminos que después pueden o no, divergirse y, eso, depende de la madre o de Dios.
Mi poesía es dulcemente amarga, que inevitablemente aró su camino.
Yo lo anduve descalzo y, por eso me detuve para escribir, porque ya me dolían las ampollas de los pies. Bendita atención. Ahora sé que no me he fijado en lo que había en los bordes de mi camino, pero eso me consuela, porque al menos, no me distraje.
Desde la piedra vencedora de los tiempos inmemoriales, se hace consciente la fuerza de la humildad. No me peguéis hermanos míos, que la guerra es descabellada desde siempre y, sé que seguimos invocando aún la tiranía de la ofensa.
Los caminos de Dios son infinitos: reza el Corán.



Chejdan Mahmud nació en el Sahara Occidental en el año 1972, y de niño tuvo que huir a los campamentos de refugiados de Tinduf. Realizó en Cuba sus estudios universitarios, licenciándose en Filología Hispánica. Desde 1997 vive en España.
Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Bubisher (Editorial Puentepalo, 2003) y Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006), Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno – Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007). Actualmente trabaja en un poemario provisionalmente titulado Espera, me han dicho.

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Ebnu (Mohamed Salem Abdelfatah).



Los colores de la espera

Una alfombra desvencijada
cubre el extraño suelo.
Un par de sandalias
esperan el largo viaje.
Y en la pared una bandera.
Colores comunes trazados
sobre una tela blanca.



Postrera blancura que nos devuelve

las ásperas caricias de la tierra.
La blancura de los huesos ausentes.
Sangre que se coagula en las voces
estremeciendo las piedras,
que nos separan de la oscuridad de los vivos.



Tormenta

Para ver
una tormenta
sólo tienes
que asomarte
a los ojos de un niño.
El siroco
se levanta
envistiendo
los cuatro costados
de su pequeño corazón.



Sobrevivir a La guerra

Quién dijo
que se terminó la guerra.
Quizá para los muertos.
Sobrevivir a la guerra
es llevar acuestas el cuerpo ausente.
Y el corazón emboscado en una batalla
lleno de gritos que nos congelan el alma.



Mohamed Salem Abdelfatah, Ebnu, nació en Amgala, Sáhara Occidental en 1968. Es licenciado en Lengua española y Literatura por el Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río, Cuba. Comenzó a escribir poemas a principios de los años noventa; La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha publicado, bajo el título Voz de fuego, sus poemarios Amgala, Versos de arena, y Los caminos que nos faltan. Acaba de publicar un nuevo poemario, Nómada en el exilio.

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Limam Boicha



Un beso

¡Qué enigma entre las aguas!
El apellido. (Nicolás Guillén)
Un beso,
solamente un beso,
separa
la boca de África
de los labios de Europa.



Yo bebí los versos de la madera

En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.
Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.
En su mano colocó
una lisa madera,
castaña de rostro bello.
Con tinta de carbón
empapaba su fina pluma.
Escribía versos
en la memoria de la madera.
Después de las lecciones
vertía agua en la poesía.
Un caudal de versos descendía.
«Tómatelo todo-dijo-
para que fecunde tu mente».
En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.
Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.



Limam Boicha nació en el Sáhara Occidental en 1972 y a los diez años fue a estudiar a Cuba, donde estuvo trece años, hasta acabar sus estudios de periodismo. Trabajó cuatro años en la Radio Nacional saharaui. En 1999 se fue a España y actualmente reside en Barcelona. Sus versos han sido incluidos en las antologías Bubisher, Añoranza, y Treinta y Uno — Thirty One. En 2004 publicó en Las
Palmas de Gran Canaria su libro de poemas, Los versos de madera.

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Luali Lesham



Rebelde

Un día cualquiera me revelaré
contra los oráculos,
que me asignan mañanas sin sol,
que se niegan a augurar mis huellas
en el próximo amanecer,
borran mi nombre de los atardeceres
del universo,
rifan mi corazón en una subasta de
vidas probables.
Un día cualquiera me revelaré contra
mi especie,
y volaré junto a los pájaros
y como los pájaros
me sacudiré en el cielo
este polvo condenatorio
que ahoga la vida.



El tiempo va

El tiempo va, siempre va
dejando callos en las manos
de la historia.
Los años se precipitan
como perlas de un rosario
sobre la ya longeva memoria
del exilio.
La providencia talla
nuestros pasos de mañana
en un camino sin brazos,
sin flores en los bordes,
y sin ti en el horizonte.
El tiempo va, siempre va
arrastrando las cicatrices del hacia un norte apoteósico.
Los días sobrevuelan, sin ruido,
como aves de rapiña,
el techo de este hogar sin raíz
donde anida el sueño de nuestros
El tiempo va, siempre va.



Luali Leshan nació a finales de 1971 en Aalb Ergad (Las dunas del sueño), en la región de Tiris. Su primera infancia está marcada por el estallido del conflicto del Sahara y la diáspora del exilio. Junto a su familia llegó en 1975 a los campamentos de refugiados de Tinduf. Continuó su formación en Cuba por imperativos del exilio. Después de 15 años de estancia ininterrumpida en Cuba, en 1997 se licenció en Letras. De vuelta a los campamentos trabajó como periodista en las emisiones en castellano de la Radio Nacional Saharaui durante varios años, antes de emigrar a España. Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Añoranza (Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, 2002), Bubisher (Editorial Puentepalo, 2003) Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006), Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno — Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007).

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Mohamed Ali Ali Salem



No olvido

No olvido, compañera, la inminente presencia
de días atrapados,
de amaneceres mutilados
en la lóbrega garganta
de las noches de exilio.
Ni mis años,
temprano vividos
y roturados en mis calles natales
añoradas hasta la demencia.
Mi tierra,
lugar de donde vengo,
a donde voy.
Encadenada nación,
razón de mi diáspora,
de mi lucha,
de mis pasos y mis alas
que no cesan:
porque se saben esperadas.



Venías

Venías...
venías enterrando pañuelos,
cerrando las llagas,
llenando los espejos de la noche
de rocío de aurora.
llegaste benévola, pura, triunfal,
derrotando a los agresores,
tú, ocaso de cadenas,
vencedora de la muerte,
infinita mirada
de indeleble amanecer,
hija del palomar de leones,
amparo de epopeyas,
jubiloso grito de bandera
de ecos encallecidos
nunca mudos.



Mohamed Ali Ali Salem nació en El Aaiún, Sáhara Occidental, en 1958. En los campos de refugiados impartía clases de español, y en los años ochenta se ocupó de la gestión de centros educativos de los campamentos. Participó en la antología de poetas saharauis También en el desierto crecen flores. Posteriormente escribió El oasis, monólogo que representó el Sáhara Occidental en el Festival de Teatro Tres continentes, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria. Es miembro constituyente del grupo de la Generación de la Amistad saharaui.

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Saleh Abdalahi



Verano

Mira aquel pájaro herido y desplumado de alas
que va cruzando el desierto con su garganta
de espejismo.
Mira aquel lagarto con su lengua de perro,
desecado bajo el sol, frente a su refugio.
Mira las gargantas de este árbol como
se asfixian de sed
y como sus labios se marchitan para abrazar la arena
cuando sopla la quimera de fuego en el desierto.
Escucha como hierven los metales en el vientre
de la tierra y como arde la arena de su funda
bajo los pies descalzos de aquel niño que llora.



Nosotros

En esta intemperante seguimos estando
nosotros, los de antes,
los que luchan con sus desnudos cuerpos,
contra las desgarradas muelas abrasivas del tiempo.
Los que apagaron sus agujereados
pechos y ataron sus manos
sobre el vuelo blanco de palomas.
Los que mueren, nacen, sueñan,
y, sobre todo, esperan arrancar
de las cenizas la identidad
de un corazón hecho ya fuego.



Saleh Abdalahi nació en 1971 y pasó su adolescencia en Cuba, donde cursó estudios de Dibujo Técnico. Al finalizar sus estudios, regresó a los campamentos, en los que trabajó varios años impartiendo clases de Formación Profesional. En la universidad cubana escribió sus primeros versos, y sus poemas han sido publicados en varias antologías de poesía saharaui. Es miembro fundador de la Generación de la Amistad saharaui. Actualmente reside en Barcelona.

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Zahra Hasnaui Ahmed



Miradas

(Dedicado a Fatimetu. Esta amiga tuvo que anunciar a su madre, al
amanecer, la caída de su cuarto hermano en batalla. La
aparentemente chocante respuesta de su madre: prepara el
desayuno y manda a los niños al colegio, la comprendí cuando
añadió, no permitiremos que hayan caído en vano.)
El alba gris, teñida de rojo, presagia lo peor.
Me miras inquisitiva, comprendiendo, aceptando.
Desgarrado el corazón, la expresión serena.
Tu huérfana lágrima contrasta con mi torrente
De dolor, tu calma con mi tempestuoso despertar.
Mis ojos claman: grita, llora, arranca este inmisericorde
Dardo lanzado por la ignorante ambición.
Los tuyos me abrazan, consolando, reconfortando.
Cual artesano temeroso de frágil obra, hueles, doblas, atesoras,
Con obstinada parsimonia, sus exiguas pertenencias en tu baúl.
Levántate, susurras, ya ha salido el sol.



Voces

A las voces saharauis
secuestradas en tumbas y cárceles
Quizá pienses que tu voz no me llega,
que el malvado siroco la rapta
antes de llenar mis sentidos.
Quizá sueñes que el eco es mudo
el espejo ciego y los versos
se acobardan.
Se agolpan tus clones,
y alborotados pugnan
por salir en blanco y
negro de mi garganta.
A veces escupo,
casi siempre embucho,
ira, sangre,
paz, tierra.
Quisiera encadenar
tus manos a las mías,
el techo oscuro
abrir a las estrellas.
Quisiera, los ojos,
limpiar de rabia.
Treinta voces,
Treinta veces,
repiten la historia,
porque nadie pudo,
nada puede domar
las voces que rozan el alma.

Zahra Hasnaui nació en El Aaiún, capital del antiguo Sahara Español. Tras la invasión marroquí se vio obligada a seguir estudiando en español en un instituto español a mil kilómetros de su ciudad natal. Llegó a Madrid para estudiar derecho, pero terminó licenciándose en Filología Inglesa en la Universidad Complutense. Después, se fue a los campamentos de refugia- dos de Tinduf, donde durante varios años trabajó en el departamento de programas en español de la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en España. Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006) y Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno — Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007)

Fuente: http://www.confinesdigital.com/conf15/poesia-saharaui.html

Una estrella polisaria

Un canto al sahara - Mohamed Embarek







Venías...



Venías...

Venías enterrando pañuelos,

cerrando llagas,

llenando los espejos de la noche

de rocío de aurora.



Llegaste benévola, pura, triunfal,

derrotando a los agresores,

tú, ocaso de cadenas,

vencedora de la muerte,

infinita mirada

de indeleble amanecer,

hija del palomar de leones,

amparo de epopeyas,

jubiloso grito de bandera

de ecos encallecidos

nunca mudos.


Mohamed Ali Salem

Disparen sobre el pianista - (Tirez sur le pianiste, François Truffaut, 1961)



















Se suele hablar de la "evolución" de un cineasta cuando se estudia cronológicamente su obra y se denota un progresivo perfeccionamiento en su técnica. En algunos casos, sin embargo, esta supuesta evolución va acompañada de un debilitamiento en el vuelo creativo del director o en una creciente estandarización de sus propuestas a las exigencias del público o de la industria, y en consecuencia, en un acotamiento a sus libertades y a sus inquietudes personales. En opinión de este cronista, Disparen sobre el pianista marca un antes y un después en la obra de Truffaut, que derivó en una disminución en la calidad de toda su filmografía posterior.
Truffaut traía viento en la camiseta luego del éxito de Los cuatrocientos golpes (1959), y su experiencia en los Cahiers ya lo ubicaba como figura clave en el movimiento de la Nouvelle Vague. Confiado y dispuesto a concebir en forma libérrima la película que a él le hubiese gustado ver fue que filmó Disparen sobre el pianista, que terminó siendo un desastre comercial. El público de su época no estaba preparado para recibir una película de estas características.
En primer lugar, Charlie Kohler, el protagonista (Charles Aznavour, que además de cantar actuaba muy bien), no era un típico antihéroe rudo y de armas tomar de los que abundan en la serie negra sino que se trataba de un sujeto tímido y atemorizado que rehuía a los problemas en lugar de enfrentarlos. Una suerte de anti-antihéroe o antihéroe al cuadrado, ya que ninguna gran hazaña se podía esperar de semejante personaje. Años después Truffaut explicaría: "(...) mis películas están casi siempre en contra de los hombres, y a los hombres no les gustan. (...) Los hombres detestan también La piel suave y La sirena del Mississippi porque dicen que la mujer es mucho más fuerte que el hombre y creen un error mostrar a Belmondo tan débil. Son hombres que tienen miedo, que son cobardes, que son más débiles que las mujeres. Yo veo así a los hombres, y los hombres lo detestan. Quieren ver a alguien que se les parezca, pero que sea mejor que ellos" .
Los secundarios también escapan a los estereotipos preconcebidos: una prostituta maternal y generosa, gángsters sociables y poco serios, un niño al que ni le importa haber sido secuestrado. A todos ellos les envuelve un aire de familia, personajes entrañables y queribles, típicos de Truffaut. Que la tragedia asome en un contexto tan agradable es por ende paradójico, y a su vez, doblemente trágico.
Además, otro aspecto poco común para la época son los continuos cortes en la narración, donde el director introduce en forma caprichosa situaciones que no parecen venir a cuento con el resto de la historia. En este sentido, se puede afirmar que Tirez sur le pianiste es la película de Truffaut que más se asemeja al cine de Jean-Luc Godard, y un ejemplo de libertad expresiva y de ruptura deliberada con respecto a las formas narrativas clásicas.
El cruce de policial negro y comedia satírica quizá haya descolocado a gran parte de su público, y el hecho de haber adaptado una novela de folletín, considerada "arte basura" por las élites artísticas, ya desde el vamos condenaba a la obra a ser destratada y a ser encumbrada sólo por algunos círculos cinéfilos.

El cineasta acobardado
En diciembre de 1960 Truffaut escribía un artículo en el que denunciaba la intervención de Roger Vadim en un film de Jean Aurel, La bride sur le cou (1961). Indignado, Vadim le devolvió el golpe con un juicio por difamación, que Truffaut acabó perdiendo. Este juicio derivaría más adelante en la división y desintegración del movimiento de la Nouvelle Vague.
El fracaso de taquilla de Disparen sobre el pianista y el juicio por difamación probablemente hayan desmoralizado a Truffaut, y desde entonces este aire lúdico particular no se ha vuelto a repetir en su obra. A partir de Jules et Jim (1962) sus films son más coherentes, lineales, y a mi parecer, menos arriesgados e irreverentes que Disparen sobre el pianista, una de las películas que mejor encarna el espíritu de la Nouvelle Vague .
Charlie es pianista en un bar de mala muerte, y al comienzo de la película su hermano, Chico, acude a pedirle ayuda porque está siendo perseguido por un par de gángsters; cuando éstos llegan al bar, Chico se escapa y ellos salen tras él. En cualquier película policial se haría un seguimiento inmediato de la persecución por las calles, pero Truffaut en cambio optó por continuar la escena dentro del bar filmando a Boby Lapointe (que además de actuar cantaba, por lo visto), interpretando una canción de su autoría que no tiene ninguna relación con la historia, aunque bien es cierto que el tono juguetón del tema se condice con el resto de la película.



Otra escena extraordinaria tiene lugar cuando Charlie, dirigiéndose a una audición, oye desde el pasillo un solo de violín ejecutado de forma impecable, a tal punto que lleva a inhibirlo de presentarse a la audición. Atemorizado, pretende retirarse, pero en ese mismo momento sale la violinista y se cruza con él, por lo que queda forzado a entrar a la sala. Para desconcierto del espectador, la cámara no sigue a Charlie sino a la violinista a través del largo corredor, y ésta se detiene en seco cuando siente los contundentes acordes de piano provenientes de la sala de audiciones. Luego de escuchar unos segundos la violinista sigue su rumbo, y el siguiente plano secuencia la muestra saliendo a la calle y caminando, con la música del piano inalterada, omnipresente. ¿Qué quiso decir Truffaut con estas secuencias? Ya sea que buscara que empaticemos con ella y sus frustraciones, o sugerir que el pianista era tan bueno que su música había quedado grabada en la cabeza de la chica, o tan solo darse el gusto de filmar a esta bella violinista en lugar de una aburrida audición, de cualquier manera la escena guarda una fuerza estética imponente.
A diferencia de Godard, quien probablemente nunca se lo haya propuesto, Truffaut ha sabido mantener un buen ritmo en esta sumatoria de caprichos personales que es Disparen sobre el pianista, alternando una y otra vez planos dinámicos y estáticos, introduciendo breves situaciones absurdas y risueñas, acentuando la tensión a medida que el relato avanza. El todo adquiere una tonalidad caótica, pero a su vez está provisto de una coherencia estética admirable, y la música inquieta de George Delerue juega un papel esencial a favor de la ciclotimia y la soltura del film.
Este híbrido que satiriza/homenajea al cine negro tiene sus correlatos en películas actuales de Tarantino, Guy Ritchie, los Coen o Shane Black, y los diálogos de los matones hablando de asuntos triviales recuerda, por ejemplo, a los de Travolta y Samuel Jackson en Pulp Fiction. Como Tarantino treinta años después, Truffaut evita la obviedad y el lugar común de hacer hablar a los gángsters sobre apuestas, contrabando, atracos, drogas u otras actividades ilegales, señalando la inevitable cercanía entre estos simpáticos outsiders y el espectador común.

Fuentes:
1) www.denmeceluloide.blogspot.com
2) www.videomaniaticos.com

Bobby Lapointe - Frambuesa


bobby lapointe - framboise
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sábado, 9 de octubre de 2010

FRANCOIS TRUFFAUT Y EL ROMANTICISMO
















Por Juan José Alsinet


Introducción

El propósito de este trabajo es poner en relación la obra del director de cine François Truffaut con los postulados del Romanticismo. Es decir, buscar que puntos en común hay entre el cineasta francés y el movimiento artístico e intelectual que se desarrolló principalmente en Europa desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX.

Primero estableceremos una serie de características generales de la obra de Truffaut con relación al Romanticismo y luego pasaremos a un análisis separado de cada una de sus películas.

El novelista y director de cine francés Alexandre Astruc afirma en el documental François Truffaut: Retratos robados que sólo en La Piel dulce Truffaut decidió apartarse de la tradición francesa de mesura representada en la figura de Voltaire. Este trabajo, así como también Sebastián Peroni, intentará refutar este concepto y demostrar la íntima relación entre Truffaut y el Romanticismo.

¿Por qué elegimos a Truffaut? Simplemente porque se trata de uno de los principales referentes de la nouvelle vague, el movimiento francés que revolucionó la concepción del cine a fines de los años cincuenta y principios de los sesenta, y del cual Truffaut fue uno de sus fundadores.

Cabe aclarar que el cine no existía cuando el Romanticismo estaba en su esplendor. Por lo que no puede hablarse de un cine romántico en esencia. Existe sí el género romántico, que se asocia a las películas que tratan una historia de amor. En lo que a este trabajo concierne, no bastará para que un film sea considerado romántico con que relate una historia de amor. Tendrá que ajustarse a una serie de postulados que son propios del Romanticismo. De no ser así hubiéramos elegidos a otros directores, mucho más emblemáticos del genero cinematográfico romántico como George Cukor, Nora Ephron o, en el ámbito francés, Claude Lelouch.

Una última aclaración. La principal relación la estableceremos con el Romanticismo literario. Por aquello de la correspondencia entre cine y literatura. Pero aquí no consideraremos en lo más absoluto la denominada novela popular romántica. Ese género hecho por y para mujeres, que en el fondo, nada tiene que ver con el Romanticismo.



Características generales de un estilo

La primera relación que surge entre el Romanticismo y Truffaut es el concepto de ruptura. El Romanticismo aparece para colocarse frente al Clasicismo. Representa la exaltación del espíritu, en oposición al frío precepto estatuido de antemano que ponía ante todo la gracia, armonía, medida, ritmo y ponderación. Supone una ruptura con una tradición, con un orden anterior y con una jerarquía de valores culturales y sociales.

La aparición de François Truffaut y de todos los representantes de la nouvelle vague (Jean Luc Godard, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette, Alain Resnais) marca un quiebre con el denominado cine clásico e inicia la modernidad para el séptimo arte. Se trata de un cine reflexivo, liberado de la rígida estructura de producción y, en consecuencia, más flexible respecto a las categorías estéticas que vertebran los filmes.

Por otra parte se ha dicho que todo el arte moderno deriva del Romanticismo ya que el concepto de libertad artística, originalidad y la auto expresión fueron los estandartes de los románticos. Este individualismo proclamado ve su correlato en la política de los autores que Truffaut sostuvo, primero como crítico en las páginas de Cahiers du Cinema, y luego en su carrera. La cual afirma que el director es el único responsable del filme, el verdadero autor de la obra de arte. Tal es así que Truffaut aseguraba que no existen películas buenas y malas, sino directores buenos y malos; y que la peor película de un buen director iba a ser siempre mejor que la mejor de un mal director.

El individualismo también lo podemos notar en los claros tintes autobiográficos de la obra de Truffaut que tiene en la serie Antoine Doniel, el personaje que se convertiría en el alter ego del director, su ejemplo más radical. Esto lo podemos relacionar con la tendencia de los autores románticos a desviar la mirada hacia sí mismos. El protagonista frecuentemente es el doble del autor, el cual penetra en su interior y describe sus sentimientos, como se ve claramente en la obra del escritor inglés Walter Scott.

Otra característica que podemos mencionar es el amor a la naturaleza que sentían los románticos. El placer que proporcionan los lugares intactos. Sin ser un paisajista como John Ford, Anthony Mann, Akira Kurosawa, Henry Hathaway o David Lean, Truffaut mostró una principal inclinación por los rodajes en exteriores, en contraposición con el cine de qualite que prefería los estudios y que él criticaba desde Cahiers du Cinema.

Para el Romanticismo es común la angustia. Es decir, ese sentimiento que jamás puede alcanzar su objetivo, porque no lo conoce y ni puede ni quiere conocerlo; se trata del mal del deseo. No por azar los personajes de las películas de Truffaut se mueven tendiendo a una meta tan absorbente como inalcanzable.

Párrafo aparte merecen las historias de amor que rodó Truffaut. Su concepción del amor es eminentemente romántica por su decidida asociación entre amor y muerte. Prevalece la idea de que el amor, de que el verdadero amor, conduce fatalmente a quienes lo padecen a un destino trágico. Si no acaba trágicamente, le sucede el desengaño o la desilusión. En el Romanticismo muy poco frecuente fue el amor erótico, que se complace en el gozo sexual y en su descripción. A esta tendencia también se sumó Truffaut.

Por último mencionaremos una característica aplicable tanto a Truffaut como a lord Byron, el poeta inglés y uno de los escritores más versátiles e importantes del Romanticismo. La clave de su popularidad es que cualquiera podía identificarse con sus héroes, desde el muchacho desilusionado en sus esperanzas hasta la joven desengañada en sus amores. Esta identificación entre el receptor de la obra y el héroe fue uno de los principios de sus éxitos.

Las películas

Los cuatrocientos golpes (Les quatre cents coups, 1959)

Ópera prima de Truffaut y carta de presentación de Antoine Doniel, el personaje que luego vería su historia continuada en un cortometraje y tres largometrajes más. Se trata de uno de los filmes emblemáticos de la nouvelle vague. Narra la historia de un chico, interpretado por Jean-Pierre Léaud, ignorado en su casa y con problemas en la escuela, pero en realidad remite a la propia infancia y adolescencia del director. La tesis principal del film a la Truffaut hace referencia: "La adolescencia deja un recuerdo placentero sólo a aquellos adultos que son incapaces de recordar" se ve reforzada por marcados contraste entre una existencia sometida y algunos bellos momentos, como las escapadas del protagonista con su amigo por las calles de Paris.

Los cuatrocientos golpes trata uno de los temas románticos por excelencia: la libertad. El romántico se concibe como un ser libre, el cual se manifiesta como un querer ser y un buscador de la verdad. No puede aceptar leyes ni sumisión a ninguna autoridad. Por eso Antoine Doniel luego de pasar por la cárcel y un establecimiento correccional por un delito insignificante, logra escaparse y cumplir su deseo de ver el mar. Sin embargo no se trata de un final feliz. Una vez que el protagonista mira a la cámara y la imagen se congela nos damos cuenta que su futuro es sumamente incierto y que está sujeto a múltiples interrogantes. Esta decisión por un final abierto se corresponde con el individuo romántico de los dilemas, que nunca trata de resolverlos.

Disparen sobre el pianista (Tirez sur le pianiste, 1960)

Adaptación de una novela de David Goodis, Disparen sobre el pianista, narra la historia de un pianista que toca en un bar y es perseguido por unos matones que buscan a su hermano. Además de ser un homenaje al policial negro americano de serie B, estamos en presencia de uno de los filmes más rupturistas de la carrera de Truffaut. Encontramos en él una mezcla de estilos y tonalidades que van desde el thriller y el film noir hasta la comedia y el romance. Esta fusión de géneros es una de las características del Romanticismo en literatura. Como también lo es, particularmente en poesía, la elección de dejar volar libremente la fantasía sin sujetarse a modelos ni normas. Lo importante es ser original y dejarse llevar por la inspiración y no imitar o elaborar trabajosamente las formas. En la película esto queda de manifiesto en el largo flashback que se introduce a mitad del metraje, en el insert de la muerte súbita de la madre del matón mentiroso o en la canción cuya letra aparece escrita mientras se canta.

Por último hay que decir que el protagonista se perfila como un antihéroe trágico, marcado por la fatalidad y la culpa. La relación entre amor y muerte está de manifiesto en el hecho que pierde fatalmente a dos amadas.

Jules y Jim (Jules et Jim, 1961)

Primera adaptación de Truffaut de la obra de Henri-Pierre Roché. Esta especie de triángulo amoroso entre dos amigos y una mujer a principios de siglo XX supone el primer filme de época para el director. Una revisión del pasado que repetirá varias veces en su carrera. Es rica en matices, como la presencia en el medio de la primera guerra mundial, y en sutilezas, como las miradas captadas casi al azar. Pero se destaca sobre todo la habilidad de Truffaut para transformar una historia de amor dulce e inocente en enfermiza y dolorosa.

Con respecto al Romanticismo podemos mencionar varias características. La idea de singularidad o peculiaridad fue poderosamente subrayada por los románticos por lo que respecta a los individuos. Todos los hombres son únicos e incompatibles. A este respecto es conveniente rescatar la crítica de esta película de Silvia Schwarzbock: "Es probable que exista un romanticismo y otro femenino y que los dos desdibujen por igual al sexo opuesto. Jules y Jim, entre otras cosas, aporta al cine una visión romántica sobre lo que es una mujer, un enigma indescifrable. En el filme, ese enigma se llama Catherine.(...) Es un enigma porque es única. Para los románticos, la mujer es inasible porque cada una es ella. Una mujer no se reemplaza con otra. (...) Pocas veces el cine logra mostrar lo concreto, lo singular, lo irrepetible, en lugar de algo abstracto y universal. Truffaut lo logró y se merece toda la gloria del mundo sólo por eso".

A su vez la figura que adopta la mujer para la literatura romántica también esta representada en la protagonista del filme, interpretada por Jeanne Moreau. Por un lado es vista como un ángel de amor, inocente, hermosa, fuente de ilusiones para el corazón del hombre; y, por el otro, puede ser un demonio, perversa, criminal y vengativa, que arrastra a la muerte y a la destrucción.

Por último hay que mencionar la relación con la célebre novela de Goethe Las desventuras del joven Werther, que exalta los sentimientos hasta el punto de justificar el suicidio por un amor no correspondido.

La piel dulce (La peau douce, 1964)

Aquí nos encontramos con una historia de amor y adulterio entre un escritor casado y una joven azafata que conoce en un viaje a Portugal. Es, a la vez, un retrato de un hombre simple y de conflictos simples. Con una leve desviación a la comedia, en lo que tiene que ver con todo el pasaje en el cual el protagonista se escapa con su amante a un pueblo donde va a dar una charla y trata de no ser descubierto. Truffaut reconoció que "da una idea muy antipoética del amor, como si fuera de alguna manera el reverso de Jules y Jim, su respuesta polémica".

Pero el destino trágico tampoco escapa al protagonista. "La secuencia final en apariencia abrupta y excesiva cierra sin embargo con una férrea lógica interna el más agudo y virulento análisis que haya realizado el director sobre la hipocresía de los comportamientos burgueses". Agregaríamos el único, ya que Truffaut no se especializó particularmente en la crítica de la burguesía, como si lo hizo su compañero generacional Claude Chabrol.

Fahrenheit 451 (ídem, 1966)

Faherenheit 451 es el primer filme en color de François Truffaut y el único que realizó en habla inglesa. Está basado en la novela homónima de Ray Bradbury. Describe una sociedad del futuro en la cual los libros son prohibidos. Los bomberos trabajan sólo para encargarse de quemarlos. El protagonista, interpretado por Oskar Werner, el Jules de Jules y Jim, es precisamente uno de ellos. El descubrimiento del placer de la lectura lo obligará a replantearse su situación. El filme posee excelentes ideas como los créditos recitados al principio, ya que no se puede leer; o las personas libros que han memorizado cada una un libro diferente para así asegurar la supervivencia de la literatura y que le dan al final un tinte lírico.

Se trata del único acercamiento de Truffaut a una temática fantástica, algo común para los románticos. Aunque aquí estemos más cerca de los postulados de la ciencia-ficción pesimista con 1984 de George Orwell como máximo exponente. Tal vez la película muestre el costado más oscuro de Truffaut. Pero también puede interpretarse como un acto de amor hacia los libros.

La novia vestía de negro (La mariée était en noir, 1967)

Nueva colaboración entre Truffaut y Jeanne Moreau, La novia vestía de negro, que parte de la novela de William Irish, cuenta la historia de una mujer que se dedica a asesinar a los hombres que mataron accidentalmente a su esposo el mismo día de su boda. Es un thriller y, a la vez, el más claro homenaje de Truffaut a Alfred Hitchcock, por quien sentía una profunda admiración. Las cinco víctimas son hombres comunes que intentan seducirla incapaces de prever su destino. El suspense está dado por saber de qué forma los va a matar. Es la única película de Truffaut en que la violencia ocupa un papel destacado, aunque está más sugerida que mostrada.

Nuevamente encontramos una latente relación entre amor y muerte. La protagonista de La novia vestía de negro mata, pero mata por amor. Esto da pie a "una misantropía feroz, el fondo de un pozo negro en el que se adivina que la soledad es irreversible y el amor un fruto demasiado precioso para ser real".

Besos robados (Baisers volés, 1968)

Tercer capítulo en la vida de Antoine Doniel, el protagonista de Los cuatrocientos golpes, ya que en el medio Truffaut realizó el cortometraje Antoine y Colette (Antoine et Colette, 1962) que era un segmento en el filme de episodios El amor a los veinte años (L’amour a vingt ans, 1962) y que narraba la primera historia de amor de Antoine. Aquí nos encontramos con el protagonista a los venticipico recién echado del servicio militar, buscando trabajo y cortejando a Christine. El tono de Los cuatrocientos golpes está totalmente olvidado, estamos en presencia de una comedia romántica que analiza la relación trabajo-amor y la irracionalidad del amor.

Como rasgo romántico podemos mencionar el gusto por lo grotesco y lo absurdo, dado en los extravagantes trabajos que el protagonista consigue: portero de edificio, detective privado (sic) y reparador de televisores; y las desgracias que en cada uno de ellos sufre. También la figura de Antoine Doniel se condice con la del héroe romántico, expresado principalmente en la configuración byroniana: apasionado, orgulloso, enamorado, perseguido por la fatalidad, escéptico, caballeroso y noble.

La sirena del Mississippi (La siréne du Mississippi, 1969)

Nueva adaptación de una novela de William Irish, La sirena del Mississippi narra una historia de amor enfermiza y dolorosa entre el dueño de una compañía de tabaco que vive en una isla, interpretado por Jean-Paul Belmondo, y una mujer que conoció por correo y con la cual se casa, pero que en realidad no es quien dice ser. Se destaca la progresión dramática, es decir, cómo el discurrir de las acciones pone de manifiesto los más oscuros sentimientos. La resolución es impactante, no por un acto de la muerte, sino por un acto de amor.

Nos encontramos ante otro estudio de la pasión por parte de Truffaut. Pero ante una pasión absolutamente irracional, ya que el protagonista sabe que su amada le mintió, lo engañó y lo estafó, pero aún así no deja de amarla. Ella, interpretada con la habitual belleza y frialdad de Catherine Deneuve, representa esa mujer perversa, criminal y vengativa que también aparecía en Jules y Jim.

El niño salvaje (L’enfant sauvage, 1969)

Segundo filme de época de François Truffaut y primero basado en una historia real. A su vez, significa un regreso al blanco y negro. Es la historia de un niño privado de todo contacto con la sociedad que es encontrado en un bosque y sometido a un proceso de educación en la Francia de fines del siglo XVIII. Como dato curioso, el propio Truffaut interpreta al doctor que toma bajo su cuidado al niño y lo somete al procedimiento de enseñanza y aprendizaje, que sin embargo deja de manifiesto las insalvables dificultades del lenguaje y la abstracción.

En esta película se toma de forma explícita la admiración hacia el primitivismo del buen salvaje, concepto heredado de Jean Jacques Rousseau. Y de alguna forma Truffaut se burla del privilegio de la razón ilustrada como más tarde lo haría Werner Herzog en un filme de temática parecida, El enigma de Kaspar Hauser (Jeder fur sich und Gott gegen alle, 1974).

Domicilio conyugal (Domicile conjugal, 1970)

Cuarto capítulo de la serie Doniel. Nuestro protagonista, siempre a las corridas, ahora está casado con Christine y sigue con sus extraños trabajos. Primero como vendedor de flores y después como controlador de modelos a escala de barcos que están en la maqueta de un puerto de una empresa constructora norteamericana. Mientras tanto nace su primer hijo. La película es un desfile de personajes y situaciones tan o más disfrutable que el capítulo anterior, no exenta de genialidad. También tiene un fondo dramático bastante profundo, ya que narra la historia de una infidelidad.

Prosigue el gusto por el absurdo y lo grotesco. Aquí representado en el excéntrico vecino del que todos sospechan que es un asesino hasta que lo ven en la televisión como cómico o en el exótico romance que tiene Antoine con una mujer japonesa. También está representada la idea del deseo de lo que no podemos tener, que el protagonista sufre más de una vez.

Como dato curioso podemos apuntar una frase de Antoine Doniel ante el nacimiento de su hijo con respecto a su futura profesión: "Va a ser escritor, será el próximo Victor Hugo". Como todos sabemos Victor Hugo es el principal referente de la literatura romántica francesa.

Las dos inglesas y el amor (Les deux anglaises et le continent, 1971)

Segunda adaptación que hace Truffaut de una novela de Henri-Pierre Roché, el autor de Jules y Jim. Estas historias de amor entre un joven francés, interpretado por Jean-Pierre Léaud, y dos hermanas francesas suponen una especie de corrección del filme anterior. Se impone ante todo un tono contenido, carente de adornos y florituras. Pero no exento de belleza y sentimiento. Por otra parte representa pasaje del siglo XIX al siglo XX respecto a la sexualidad. Por eso el énfasis en la perdida de la virginidad. Las escenas de sexo, bastante explícitas para Truffaut, están sin embargo lejos de los estándares de la época marcados por filmes como El último tango en Paris (Ultimo tango a Parigi, Bernardo Bertolucci, 1972) o Pasión obsesiva (Turks fruit, Paul Verhoeven, 1973).

Persiste la idea trágica del amor. Aquí representado en la enfermedad que cobra la vida de una de las hermanas. También está presente la noción de que el sujeto del deseo romántico inextinguible padece una fiebre fatal, pues el deseo nunca alcanzará su objetivo de fusión con el objeto.

Una chica linda como yo (Une belle fille comme moi, 1972)

Esta comedia, adaptación de una novela de Henry Farrell, narra la historia de un sociólogo que prepara una tesis y para ello entrevista a una mujer que está en prisión. Mezcla de Disparen sobre el pianista, con sus bares y canciones y La novia vestía de negro, con el retrato de una mujer criminal, Una chica linda como yo intenta ser graciosa y alegre. No podemos decir que lo logra porque su humor es más bien negro y satírico.

Como único rasgo romántico podemos distinguir la admiración a tipos marginales y rebeldes que no se integran. Se intenta entender al criminal. Toda esta actitud es fruto del respeto al individuo, a la persona.

La noche americana (La nuit américane, 1973)

Con este filme Truffaut ganó el Oscar a la mejor película extranjera. Puede interpretarse como un acto de amor hacia el cine ya que narra los avatares de la filmación de una película. El propio Truffaut interpreta al director que siempre responde preguntas. Jean-Pierre Léaud encarna a un enamoradizo actor. Lo cierto es que La noche americana es un conjunto de citas y referencias cinéfilas que van desde el conjunto de libros que pide el director donde aparecen nombres como Buñuel, Lubitsch, Godard, Hitchcock, Hawks y Bresson, hasta el sueño del propio director del niño que roba los afiches de El Ciudadano (Citizen Kane, Orson Welles, 1941).

La película funciona mejor en su primera parte, cuando adopta una de las formas típicas de la literatura romántica, la tragicomedia, con todos los problemas que aparecen durante el rodaje, que en su segunda parte cuando se centra en las aventuras amorosas del equipo.



La historia de Adele H. (L’histoire d’Adele H., 1975)

Isabelle Adjani interpreta la heroína más decididamente romántica de toda la carrera de Truffaut. El filme cuenta la verdadera historia de la mismísima hija de Victor Hugo que siguió a un hombre por medio mundo para que se casara con ella a mediados del siglo XVIII, para recibir a cambio desprecio e indiferencia. Estamos en presencia de otro estudio de la pasión y obsesión. Mezclando partes iguales de locura y orgullo. Pero nunca condenándola por ello.

En primer lugar hay que destacar la voluntad por el sufrimiento y esa complacencia por la enfermedad que constituye una característica importante del alma romántica. La salud y la felicidad eran consideradas aburridas y triviales, mientras que la enfermedad y la desgracia eran un sigo de personalidad genial. La protagonista parece enferma de amor. Por otra parte, en el amor romántico hay una aceptación de la autodestrucción, de la tragedia, porque en el amor se deposita la esperanza en un renacer. En la película el amor no correspondido funciona como camino a la degradación física, material y espiritual. Para terminar acotar que la resolución no es para nada complaciente.



La piel dura (L’argent de porche, 1976)

La vida de un grupo de niños en un pequeño pueblo francés, entre la escuela, la familia y los amigos, es retratada de forma magistral en esta historia que reúne drama, comedia y fantasía. Truffaut hace uso de una sutileza y delicadeza en el trabajo con los niños poco habitual. El resultado es un filme simple y bello.

La película no duda en tomar por asalto el verosímil fílmico en la mágica secuencia en que un bebé cae desde la ventana de un piso alto y no se hace el menor rasguño. Esto se puede vincular con la tendencia irrefrenable a escaparse fuera de las realidades, característica de toda la obra de Truffaut, para quien las películas son más armoniosas que la vida.



El amante del amor (L’homme qui aimait les femmes, 1977)

Esta comedia, sobre un hombre que recuerda sus aventuras amorosas con el propósito de escribir una novela, arranca con el funeral del protagonista, al que extrañamente concurren una gran cantidad de mujeres. Se destaca el ejercicio meta discursivo cuando los editores de la novela que ha escrito discuten sobre las contradicciones del protagonista. La película tiene un tono alegre y festivo al comienzo que va dejando lugar a otro más triste y melancólico en la última media hora.

El título no deja dudas, es toda una declaración de principios. El filme es un acto de amor hacia la mujer. Pero también lo atraviesa ese sentimiento trágico tan característicos de los románticos y de Truffaut. El motivo de la muerte del protagonista termina siendo anecdótico, lo importante es que muere.

La habitación verde (La chambre verte, 1978)

Adaptación de los relatos El altar de los muertos, Los amigos de mis amigos y La bestia de la jungla de Henry James, La habitación verde supone el tercero de los filmes de Truffaut protagonizado por él mismo, esta vez en la piel de un periodista viudo que vive una triste existencia por el recuerdo de los muertos en pequeño pueblo francés a fines de la década del 20 del siglo XX. Se trata de un estudio sobre la necrofilia, sobre el amor y miedo a la muerte. Es uno de los filmes más oscuros y góticos de Truffaut. Algo en lo que tiene que ver el director de fotografía Néstor Almendros por su particular tratamiento del color y la imagen.

Una de las caras del Romanticismo fue una zambullida en lo oscuro, lo bajo, lo lúgubre. El tema de la muerte estuvo siempre presente. Rechazaron ver en ella una satisfacción o una solución. Trataron de rebelarse contra ella. Por eso el protagonista "no entendía la necrofilia como una práctica pasiva, debida primordialmente a temas religiosos, tampoco como una obsesión fetichista, sino como la búsqueda de un ideal absoluto que confunde la vida con la muerte, y entender la misma como un acto de amor a los seres que le abandonaron".

El amor en fuga (L’amour en fuite, 1979)

Quinto y último capítulo de la vida de Antoine Doniel. Ahora divorciándose de Christine, de novio con Sabine y reencontrándose con Colette, su primer amor. La película está construida a partir de flashbacks de los cuatro capítulos anteriores cuya elección es inobjetable, está lo mejor de lo mejor. Sin embargo hay poco para contar, salvo que el protagonista pese al paso de los años no ha cambiado.

Podría interpretarse que el único rasgo romántico que tiene es la nostalgia que surge al observar todos los momentos más importantes de la vida de Antoine Doniel. Porque Truffaut no le reservó a su alter ego un destino trágico, como a la mayoría de sus héroes románticos.



El último subte (Le dernier métro, 1980)

Si La noche americana era un homenaje al cine, El último subte es un homenaje al teatro. En París ocupada por los nazis, un grupo de teatro intentara montar una obra. El director es un judío alemán que se esconde en el sótano del teatro. Truffaut no se destaca por los aspectos socio-políticos de sus historias. Por eso aquí su enfoque queda algo desdibujado. La historia de amor que nos ofrece es una de las más frías y desapasionadas de su carrera. Aunque esconde una sorpresa final.

Para resolver el triángulo amoroso en el que se ve envuelto la actriz que interpreta Catherine Deneuve, Truffaut opta, como en Los cuatrocientos golpes, por el final abierto. Pero a parte de eso, tal vez sea uno de sus filmes menos románticos ya que "la Deneuve representa un personaje de mujer burguesa que el romanticismo de otras películas de Truffaut no terminaría de asimilar"

La mujer de la próxima puerta (La femme d'à côté, 1981)

Esta historia de amor fou entre un entrenador de navegación y una escritora de libros para niños que se reencuentran como vecinos luego de años, ambos ya casados, tal vez sea la película más romántica de toda la carrera de Truffaut. Además de ser un categórico estudio de la pasión, que no excluye la violencia y la locura, es un filme rico en simbolismos y metáforas visuales a partir de pequeños detalles, que confirma la depuración de la técnica narrativa por parte del director.

El romántico ama el amor por el amor mismo, y este le precipita a la muerte y se la hace desear, descubriendo en ella un principio de vida, y la posibilidad de convertir a la muerte en vida: la muerte de amor es vida, y la vida sin amor es muerte. La resolución del filme lo muestra claramente. A su vez, no estamos en presencia de un amor racional y sometido al control de lo conveniente, sino un amor desatado, furioso y ciego, que tiene poco que ver con la realidad y que se ha convertido en un fenómeno subjetivo, de carácter posesivo y neurótico.

Truffaut reconocía que "el obstáculo entre los dos amantes no es aquí el peso de la sociedad, no es la presencia de los otros, ni siquiera la disparidad entre dos temperamentos muy distintos, sino, bien por el contrario su similitud". Esto se ve en la escena en que ambos intentan comunicarse por teléfono para arreglar una cita, pero al hacerlo al mismo tiempo les da ocupado.

Confidencialmente tuya (Vivement dimanche!, 1983)

Último film de Truffaut y retorno al blanco y negro Confidencialmente tuya es un thriller basado en una novela de Charles Williams sobre un agente de propiedades acusado de un crimen que no cometió, que tiene en su secretaria la única ayuda para resolver la verdad. Aquí Truffaut juega sobre seguro con la referencia hitchcoiana y la combinación con la comedia. De hecho la mezcla de géneros puede ser el único rasgo romántico del filme. Ya que nos ofrece el final más conformista y feliz de toda su carrera.

François Truffaut murió en 1984 de un tumor cerebral. Tenía 52 años. Atrás dejó 21 filmes que lo confirmas como uno de los autores más distinguidos de su generación.

Conclusiones

Como quedó demostrado existe una profunda relación entre la obra de François Truffaut y los postulados del Romanticismo. En la carrera del director existen películas de un Romanticismo radical y extremo como Jules y Jim, La historia de Adele H y La mujer de la próxima puerta. Otras de características nada despreciables como Disparen sobre el pianista, La sirena del Mississippi o La habitación verde. Pero como hemos visto en todos hay algún rasgo romántico. Es cierto que los aspectos políticos y religiosos han sido tratados de forma más bien elíptica en su obra a diferencia de los autores románticos. De hecho en La noche americana, bromea con ello, cuando un agente artístico le pregunta al director interpretado por Truffaut: "¿Por qué no hace un filme político?" Pero la balanza se inclina más hacia el lado del Romanticismo que al de la mesura.

También podemos afirmar que su carrera ha sido irregular, derivado del movimiento pendular que buscaba: trataba de balancear las ficciones de cierta adustez en el tono con otras más ligeras. Que la voluntad rupturista después de Disparen sobre el pianista estuvo prácticamente ausente. Pero no por eso su obra deja de tener importancia y trascendencia. (*)

(*) Fuente: Trabajo realizado por Juan José Alsinet en el contexto de la materia Principales Corrientes del Pensamiento Contemporáneo de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires en el año 2002.

Bibliografía

-Berlin, Isaiah, Contra la corriente, Unidad 3 PCPC Casullo.

-Brunet, Domingo, El Romanticismo, Atecier de Artes Gráficas Futuras, Buenos Aires, 1937.

-De Paz, Alfredo, La revolución romántica, Unidad 3 PCPC Casullo.

-Riambau, Esteve, El cine francés 1958-1998, Ediciones Paidós, Barcelona, 1998.

-Schenk, H.G., El espíritu de los románticos europeos, Unidad 3 PCPC Casullo.

-Enciclopedia Microsoft Encarta 97 © 1993-1996

Artículos de Internet

-El Romanticismo literario en www.geocities.com/poeticarte

-El Romanticismo en www.bibliotecavirtual.com.do/Literatura/ElRomanticismo

-El Romanticismo y El Romanticismo español en www.ale.uji.es

-El tránsito entre el clasicismo y la modernidad en www.geocities/comunicacionymedios/Reflexion/cine

-Dossier nouvelle vague en www.filmonline.com.ar/dossier/42

Fuente: http://www.temakel.com/cinetruffaut.htm

miércoles, 6 de octubre de 2010

Los olvidados (1950) - Luis Buñuel










Título: LOS OLVIDADOS
Año de producción: 1950
País: México
Género: Drama
Duración: 88 min.
Clasificación: Mayores de 18 años
Director: Luis Buñuel
Reparto:Estela Inda, Miguel Inclán, Alfonso Mejía, Roberto Cobo, Alma Delia Fuentes, Francisco Jambrina, Jesús Navarro, Efraín Arauz, Sergio Villarreal, Jorge Pérez, Javier Amézcua, Mario Ramírez, Ernesto Alonso, Victorio Blanco
Escrita por: Luis Buñuel, Luis Alcoriza
Música: Gustavo Pittaluga, Rodolfo Halffter
Fotografía: Gabriel Figueroa


Sinopsis:
El Jaibo, un adolescente, escapa de la correccional y se reune en el barrio con sus amigos. Junto con Pedro y otro niño, trata de asaltar a Don Carmelo. Días después, el Jaibo mata en presencia de Pedro al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran a la correccional. A partir de este incidente, los destinos de Pedro y de el Jaibo estarán trágicamente unidos.


Comentario:
Luis Buñuel ha sido, sin lugar a dudas, el realizador más importante del cine de habla hispana. Su trayectoria artística -32 películas filmadas en cincuenta años de carrera- es una de las más importantes y prolíficas de la cinematografía mundial. Los olvidados es considerada la película que volvió a colocar a Buñuel en la escena internacional, luego de que su impresionante debut fue seguido por dos décadas de relativa obscuridad.

El éxito comercial de El gran calavera (1949) motivó al productor Óscar Dancigers a proponerle a Buñuel una nueva colaboración, esta vez con mayores ambiciones artísticas. "Vamos a hacer juntos una verdadera película. Busquemos el tema."

Buñuel se le había adelantado, aunque su proyecto no pretendía ser más que un melodrama convencional. Junto con el escritor Juan Larrea, el director había escrito el argumento titulado "¡Mi huerfanito jefe!" sobre un niño vendedor de billetes de lotería. Al leerlo, Dancigers opinó que no estaba mal, pero que estaba dispuesto a hacer algo más serio: "una historia sobre los niños pobres de México."

Animado por el apoyo de Dancigers, Buñuel dedicó varios meses a investigar el ambiente y las condiciones de vida de los barrios pobres de la capital mexicana. La colaboración del escritor tapatío Jesús Camacho -mejor conocido como Pedro de Urdimalas- fue esencial para recuperar el habla popular mexicana en los diálogos de la cinta. Camacho había escrito los chispeantes y coloridos diálogos de Nosotros los pobres (1947) y Ustedes los ricos (1947) dos de las películas más célebres del cine mexicano.

Los olvidados es, por su temática y por la naturalidad de sus actores, una película engañosamente realista. Filmada durante el apogeo de la corriente neorrealista -que propugnaba por un cine casi documental en el que los actores fuesen gente común y los escenarios fueran reales- Los olvidados fue tomada equivocadamente como una cinta semejante a Roma, ciudad abierta (1945) de Roberto Rossellini o Ladrones de bicicletas (1947) de Vittorio de Sica.

Sin embargo, el filme de Buñuel mantiene muchos de los elementos que lo convirtieron en el cineasta surrealista por excelencia. Los olvidados es un filme acerca de la fatalidad del destino. Es una película sobre lo absurdo e irracional de la vida misma. Los deseos ocultos, los sueños y las pasiones son los elementos que mantienen vivos a los personajes del filme.

La cinta de Buñuel es, por otra parte, una de las aportaciones más importantes que ha dado Latinoamérica al cine mundial. Si el cine es considerado un arte, mucho se debe a la obra de genios como Luis Buñuel y a filmes como Los olvidados.

Fuentes:
http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/olvidados.html
http://www.taringa.net
http://www.muchocine.net/cartel/detalle_img/Los-Olvidados
http://guionoriginal.blogspot.com/2010/07/los-olvidados-1950-cinecritica.html

martes, 5 de octubre de 2010

James Hadley Chase






Nacimiento 24 de diciembre de 1906
Londres, Inglaterra
Defunción 6 de febrero de 1985
Corseaux, Cantón de Vaud, Suiza
Seudónimo James Hadley Chase
Ocupación Novelista
Nacionalidad Inglaterra
Período 1939 - 1985
Género Suspenso
James Hadley Chase, cuyo verdadero nombre era René Babrazon Raymond, (Londres, 24 de diciembre de 1906 - Corseaux, 6 de febrero de 1985), fue un escritor británico. Escribió también bajo los seudónimos James L. Docherty, Ambrose Grant, y Raymond Marshall.


1 Biografía
2 Trabajo como escritor
3 Obras
4 Referencias
5 Enlaces externos


Biografía
Chase, un londinense hijo de un coronel británico de la Armada Británica, cursó sus estudios en la King's School, en Rochester, Kent y más tarde estudió en Calcuta. Dejó su hogar a los 18 años y trabajó en tiendas de libros, como vendedor de enciclopedias para niños, y como un mayorista de libros antes de comenzar su carrera como escritor, con la cual escribió más de ochenta libros de misterio. En 1933, Chase se casó con Sylvia Ray, con quien tuvo un hijo.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue piloto de la Royal Air Force, logrando el grado de Líder de Escuadra. Chase editó el periódico de la RAF junto con David Langdon, y muchas de las historias que aparecieron fueron publicadas luego de la guerra en el libro Slipstream.[1] Escribió principalmente novela negra.

Chase se mudó a Francia en 1956 y luego a Suiza en 1961, viviendo en forma apartada en Corseaux-Sur-Vevey, al norte del Lago de Ginebra, desde 1974. Falleció allí, el 6 de febrero de 1985.

Trabajo como escritor
Tomando como base la cultura de la Gran Depresión en Estados Unidos (1929-1939), la prohibición y el crimen organizado durante este período, y luego de leer la novela de James M. Cain El cartero siempre llama dos veces (1934), decidió probar suerte como escritor de novelas de misterio. Había leído previamente libros sobre la gángster americana Ma Barker y sus hijos, y con la ayuda de mapas y un diccionario, escribió en seis semanas No Orchids for Miss Blandish. El libro tuvo mucha popularidad y se convirtió en uno de los mejores vendidos de la década. Fue llevado al teatro en el West End de Londres, al cine en 1948 y en 1971 fue reescrito por Robert Aldrich bajo el título The Grissom Gang.

Durante la guerra, Chase se inspiró para escribir su cuento corto The Mirror in Room 22, en el cual también se basó en el género de crimen y suspenso. El cuento se ambienta en una vieja casa, ocupada por los oficiales de un escuadrón. El dueño de la casa se había suicidado en su habitación, y los últimos dos ocupantes de la casa habían sido encontrados con una máquina de afeitar en sus manos y sus gargantas cortadas. El comandante dice que cuando había comenzado a afeitarse delante del espejo, había visto otra cara en el mismo. La aparición tenía la máquina a través de la garganta. El comandante dice "Uso una afeitadora segura, de lo contrario, habría tenido un grave accidente". La historia fue publicada bajo el verdadero nombre del autor en la antología Slipstream, en 1946.

En 1946, Graham Greene, quien era un gran amigo de Chase, seleccionó una de sus novelas, Más mortífero que el hombre (escrita bajo el seudónimo Ambrose Grant), para publicarla bajo la firma Bloomsbury.

Chase escribió la mayor parte de sus libros usando un diccionario de jerga americana, mapas detallados, enciclopedias, y libros de referencia sobre el bajo mundo americano. La mayor parte de los libros estuvieron basados en eventos que ocurrieron en los Estados Unidos, aunque él nunca vivió en ese país, excepto por dos breves visitas a Miami y a Nueva Orleans. En 1943, el autor de suspenso anglo-americano Raymond Chandler declaró que Chase había incluido secciones completas de sus trabajos en Blonde's Requiem.[2] El editor de Chase en Londres, Hamish Hamilton, obligó a Chase a publicar una disculpa en The Bookseller.

En varias de las historias de Chase el protagonista trata de hacerse rico cometiendo un crimen; un fraude de seguros o un robo. Sin embargo, el proyecto falla y termina en un homicidio y una investigación, en la cual el héroe se da cuenta de que nunca tuvo una oportunidad de salir de sus problemas. Las mujeres son generalmente fatales: hermosas, inteligentes y traicioneras; matan sin piedad si tienen que cubrir un crimen. Los argumentos se centran en familias disfuncionales, y el final suele justificar el título del libro.

A diferencia de las novelas de Agatha Christie, en casi ninguno de los libros el lector tiene que adivinar quién es el asesino. El lector sabe quién es desde el principio, y la trama de los libros radica en que Chase siempre mantiene al lector intrigado, preguntándose "¿qué sucederá ahora?".

En la mayoría de sus novelas, las mujeres desempeñan papeles importantes. El protagonista se enamora de ellas y asesina para complacerlas y poder conquistarlas. Sólo una vez que el crimen está consumado, el protagonista se da cuenta de que ha sido utilizado.

Chase es muy popular en Asia y en África. También ha tenido mucho éxito en Francia y en Italia, en donde más de veinte de sus libros han sido llevados al cine. La versión cinematográfica de su novela Eva, realizada en 1962 por Joseph Losey, fue producida por los hermanos Hakim. En la historia Stanley Baker interpreta a un escritor británico, Tyvian, quien está obsesionado con una fría femme fatale, Eve (Jeanne Moreau). Chase también ha sido muy popular en la Unión Soviética durante los años 1990 a 1993.

Obras
No hay orquídeas para Miss Blandish 1939
Los muertos quedarse mudo 1939
Él no lo necesito ahora 1939
Señora - Aquí está su corona 1940
La mala noticia de muñecas ( Doce grietas y una mujer ) 1941
Miss Callaghan viene a la pena 1941
Obtener una carga de este ( Cuentos ) 1941
Apenas la manera que se 1944
Eva 1945
Te voy a conseguir para este 1946
Requiem Blonde 1946
Hacer el cadáver a pie 1946
Más mortal que el macho 1946
De confianza, como el zorro (Canadá : Despiadado ) 1946
No es asunto mío 1947
Última página ( Juega en 3 actos ) 1947
La carne de la orquídea 1948
Miss Shumway agita una varita 1949
Uno nunca sabe con las mujeres 1949
La pata en la botella 1949
Estás solo cuando estás muerto 1949
Figura por ti mismo 1950
Poner sus entre los lirios 1950
Mallory 1950
En una sombra vana ( Nunca te fíes de una mujer ) 1951
Pero poco tiempo para vivir (Canadá : La camioneta ) 1951
¿Por qué escoger a mí 1951
Estrictamente por dinero en efectivo 1951
El dinero rápido 1952
El transgresor cuidado 1952
El shuffle doble 1953
Los hombres hacen las cosas 1953
Así por un sudario 1953
Voy a enterrar a mis muertos 1953
El golpe de bombeo 1954
Tigre por la cola 1954
Más segura muertos 1954
Misión a Venecia 1954
Misión a Siena 1955
Tienes que venir 1955
Usted lo encontrará - voy a arreglar 1956
Siempre hay un precio 1956
Los culpables tienen miedo 1957
Chocar y huir 1958
No es seguro para ser libre 1958
El mundo en el bolsillo 1958
tratamiento de choque 1959
¿Qué es mejor que el dinero 1959
Come Easy - ir fácil 1960
Un loto para Miss Quon 1960
lechón 1961
Prefiero seguir siendo pobres 1962
Un ataúd desde Hong Kong 1962
Dile a las aves 1963
El brillante mañana de verano 1963
El centro blando 1964
La forma en la cookie se desmorona 1965
Esto es de verdad 1965
Cade 1966
Usted mismo ha un acuerdo 1966
Ahora bien, mi linda ... 1967
Tener esta en mí 1967
Un oído en el suelo 1968
Se cree violentos 1968
El buitre es un ave paciente 1969
El olor del dinero 1969
Hay un hippie en la carretera 1970
Como un agujero en la cabeza 1970
¿Quieres seguir vivo ? 1971
Un as en la manga 1971
Sólo es cuestión de tiempo (pregunta simple de temperaturas ) 1972
Estás muerto , sin dinero 1972
Toc, toc ! ¿Quién está ahí ? 1973
Tener un cambio de escena 1973
Entonces, ¿qué me pasa ? 1974
Goldfish no tienen lugar donde esconderse 1974
El comodín de la baraja 1975
Creo que esto - le creo nada 1975
Hazme un favor - Drop Dead 1976
Tengo los cuatro ases 1977
Mi risa ocupa el último lugar 1977
Considérese muertos 1978
Una lata de gusanos 1979
¡No es posible 1979
Se puede decir que de nuevo 1980
Prueba esta otra para el tamaño 1980
Dame una hoja de parra 1981
Tener una buena noche 1982
Vamos a compartir un entierro doble 1982
No es lo mío 1983
Golpearlos donde más le duele 1984


Fuente: 1) http://es.wikipedia.org/wiki/James_Hadley_Chase
2) http://www.sanskritweb.net/chase/index.html