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lunes, 29 de noviembre de 2010

Alcohol, palos y balas en el penal de San Martín




SIGUE LA "FIESTA" PENITENCIARIA EN SAN MARTÍN
¡Sábados con todo: alcohol, balas y palos!


(AW) Pudo ser tragedia. No lo fue porque el guardia Walter Ontivero estaba tan borracho que erró todos los disparos. La denuncia realizada por los integrantes de centro de estudiantes "Azucena Villaflor" de la Unidad Nº 48, del intento de asesinato sufrido por Hugo Cabrera el sábado 20 de noviembre, tuvo su contracara de represión con golpes y palos a los estudiantes que se atrevieron a firmar. Sucios negocios de la corporación penitenciaria detrás de cada golpe.

Mario Cruz interno apaleado por agentes penitenciarios.



Por Reneé Isouec


San Martín, 29 de noviembre de 2010 (Agencia Walsh).- Ocurrió el sábado 20 de noviembre pasado. Hugo Cabrera, detenido en la Unidad Nº 48 de San Martín, se dirigía al sector de contenedores de residuos para llevar unas bolsas de basura. Era parte de su tarea habitual de mayordomía. Llegó entonces el alcalde mayor del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) Walter Ontivero totalmente ebrio. Sin motivo aparente comenzó a insultar a los gritos a Cabrera y casi simultáneamente cargó su pistola reglamentaria 9 mmm y comenzó a disparar. Cuatro o más disparos contabilizaron los testigos. Probablemente, la cantidad de alcohol ingerida más que la mala puntería del guardia asesino, salvó la vida de Hugo Cabrera, que huyó del lugar rápidamente junto a otros compañeros que se hallaban en la zona.

Hugo Cabrera cursa el primer año de la Carrera de Sociología en la sede que la Universidad de San Martín tiene dentro del penal. La solidaridad no se hizo esperar. El centro de estudiantes "Azucena Villaflor" realizó la denuncia y presentó un Habeas Corpus colectivo en defensa del compañero. El Ministerio de Justicia terminó echando del servicio al asesino borracho, Walter Ontivero o al menos eso se dijo. Lo cierto es que para el viernes 26 de noviembre pasado, Ontivero estaba todavía en la unidad y para no perder la costumbre amenazó a internos denunciantes



Fiebre de sábado por la noche

No es la primera vez que los guardias del SPB se emborrachan en servicio. No es la primera vez que disparan en forma indiscriminada. No es la primera vez que lo hacen en la Unidad Nº 48. Tampoco es la primera vez que los internos no se callan y denuncian lo que son sin duda delitos y graves violaciones a los derechos humanos.

Ya había ocurrido el sábado 28 de agosto de este año. Un guardia de apellido Ruiz, totalmente alcoholizado, comenzó a disparar desde la torreta de vigilancia contra internos y familiares que se encontraban de visita. Un herido con bala de plomo y una cantidad considerable de heridos con postas de goma fue el resultado de la balacera. Después sobrevino una ola represiva: balas de goma y palos en los pabellones.
El centro de Estudiantes, también entonces, denunció enérgicamente lo sucedido.

En esa oportunidad Juan Manuel Casolati, Secretario de Ejecución Penal de la Defensoría Gral. de San Martín, había declarado en una entrevista realizada por esta agencia que "Los fines de semana, los días viernes, hay pocos jefes, y los subalternos se drogan, se emborrachan, hacen fiestas, generan negociados con familiares de los detenidos para ingresar drogas y facas. Esto hace que sea la propia visita un polvorín a punto de estallar".

El mismo Casolati hizo referencia, en el escrito presentado para denunciar lo ocurrido con Cabrera a la jueza de Ejecución penal Nº 1, a la existencia de "Fiestas penitenciarias de fines de semana con agentes alcoholizados, ingesta desmedida de alcohol del personal penitenciario, participación de agentes femeninas y masculinos en las mismas, y finalmente ingreso de prostitutas a través de móviles del SPB (Chevrolet modelo LUV, patentes CYI 239 y ASF 630), un cóctel de irregularidades que ponen en peligro cierto e inminente la vida de quienes se encuentran alojados en el centro carcelario, además de amenazas e intimidaciones de agentes del SPB a los detenidos para que no denuncien."



La cofradía de los palos

Luego de que se denunciara lo que hizo el guardia Ontivero, la "cofradía de los palos" se puso en funcionamiento. Varios de los estudiantes firmantes del Habeas Corpus fueron reprimidos violentamente con el objeto de amedrentarlos para que dejen de denunciar.



No se trata sólo del "espíritu" corporativo que impera en el SPB que hace que, tanto oficiales como subalternos, protejan a quienes fueron sorprendidos públicamente en la comisión de graves delitos. Delitos que son habituales y que rara vez toman estado público. Se trata además, de proteger los "pequeños" negocios de los subalternos y los más grandes de los oficiales. Negocios que se incrementan en la medida en que se avanza en el escalafón.
Negocios que van desde el ingreso de drogas y de facas hasta acuerdos espurios con la provisión de agua potable y de comida. El penal está construido sobre terrenos del CEAMSE y el agua de las napas está totalmente contaminada. Los indispensables bidones ingresan en poca cantidad a los pabellones y prácticamente son racionados a los internos. Pero es sabido que el agua se compra en grandes cantidades o al menos eso se hace figurar.
Sin embargo hay que hacer notar que la red de agua potable pasa a solo 8 cuadras del complejo penitenciario. No sería demasiado costosa una obra que hiciera llegar el agua de red hasta las cárceles y ahorraría todos los meses, una inversión considerable en bidones. ¿Qué intereses impiden que la obra se realice? No hace falta ser demasiado perspicaz para darse cuenta.

Renglón aparte merece el acuerdo con la empresa de Catering "La Resaka" (seguramente elegida por su nombre) que prepara la comida de internos y del personal. La misma está denunciada por deficiente en cantidad y calidad. El acuerdo genera cuantiosas ganancias que son compartidas entre empresarios y autoridades penitenciarias.
¿Será por eso que jefes y hasta jueces "toleran" y hacen la vista gorda cuando se reprime hasta la obscenidad y en muchas ocasiones hasta la muerte? ¿Será por eso que incentivan y muchas veces ordenan (órdenes no escritas) hacer callar las voces de quienes pueden arruinar el negocio?
El negocio, para serlo, debe ser silencioso. La sociedad no debe saber lo que ocurre dentro de las cárceles. Las cárceles deben ser invisibles.


"Coches bombas" en acción

Jesús Cabral se encuentra detenido en la Unidad 48 de San Martín. Es uno de los estudiantes de Sociología que firmó el Habeas Corpus en defensa de Hugo Cabrera. Además Jesús Cabral ha sido el testigo clave para condenar al ex policía bonaerense Hernán Argüello a prisión perpetua por el asesinato del docente y dirigente gremial Ángel Alberto Marcos y a su novia Nancy Nolasco. Los dos fueron asfixiados mediante el terrorífico "submarino seco" a fines de 2005 en Del Viso, partido de Pilar.

Sobran motivos para que Jesús Cabrera sea depositario del odio corporativo uniformado. El pasado 10 de setiembre Jesús, había sido herido con facas por presos al servicio del SPB ("coches bombas" se denomina a estos internos que hacen el trabajo sucio a cambio de algún beneficio). Pocos días antes había firmado un Habeas Curpus colectivo por la represión ocurrida el 28 de agosto anterior.

El miércoles 24 de noviembre en horas de la tarde cuando se dirigía al pabellón donde se aloja, una patota de internos mandada por un jefe de apellido Saravia y por otro de apellido Bumarelli, intentaron atar y darle algunos puntazos a Jesús Cabral. La rápida intervención de otros internos en defensa del compañero impidió que el atentado se consumara. Los integrantes de la patota, ante la presión del resto del pabellón, terminaron confesando que habían sido mandados por los mencionados jefes penitenciarios. Todo lo sucedido fue visto desde la "matera" por el personal de guardia que tenía orden de dejar actuar. Trascendió que el director Mario Aranda llamó al pabellón con gran enojo porque las cosas no salieron como él pensaba.



"Esto te pasa por denunciar"

Eso le dijeron a Mario Cruz. A Mario Cruz lo molieron literalmente a palos. Lo hizo una patota integrada por 8 guardias penitenciarios. Esto ocurrió el jueves 25 de noviembre pasado en las puertas de los tribunales, dentro del móvil en el que había sido trasladado para comparecer. Mientras lo golpeaban, lo insultaban por haber firmado el Habeas Corpus y por "haber mandado en cana" al penitenciario Ontiveros.
De regreso al penal, en el sector de sanidad, el médico de turno tomó nota de las lesiones sufridas por Mario Cruz. Los guardias a su vez pretendían obligar a Mario Cruz a firmar un papel donde él afirmaba que sus lesiones se habían debido a una caída. "Si no lo firmás te vas castigado" le dijeron. Ante la negativa y en presencia del médico de turno Mario fue encerrado en una oficina y nuevamente golpeado.
Mario Cruz no firmó. El viernes 26 de noviembre lo trasladaron al penal de Florencio Varela. Mario Cruz es estudiante de la UnSaM. Hoy se está reclamando que sea devuelto a la unidad 48 para que pueda ejercer su legítimo derecho al estudio.



"Decile a Casolati que no nos importan las denuncias que haga contra nosotros"

Lucas Sebastián Santiso fue llevado al pabellón 12, conocido como los "buzones", el martes 23 de noviembre en horas de la tarde. Lucas también firmó el Habeas Corpus por Cabrera, pero lo acusaron de tener un teléfono celular entre sus pertenencias. Cuando intentó escribir la palabra "Apelo" en el parte acusatorio, no llegó a escribir más que "ape". Los guardias lo empujaron y comenzaron con el ritual de los golpes. Por la noche la saña penitenciaria mostró su rostro. Los golpes se multiplicaron al igual que los insultos y las expresiones que explicaban los motivos verdaderos de la bestial golpiza: "Esto te pasa por denunciero"; "Decile a tu defensor, Casolati, que a nosotros no nos importa lo que él haga, ni las denuncias que quiera hacer contra nosotros" gritaban los guardias. La sesión de golpes y palos continuó al día siguiente.



"En mi cárcel no entran ni viejas de Plaza de Mayo, ni zurdos"

Quien haya escuchado hablar a Mario Aranda, director de la Unidad Nº 48 de San Martín, lo habrá oído referirse al penal como SU cárcel. A tal punto que se puede llegar a pensar que la compró. Al parecer él así lo cree. Por eso no es de extrañar que obre como patrón de estancia. Ni que haya mandado los "coches bombas" para apuñalar al interno Jesús Cabral. Ni que esté detrás de toda la represión ilegal que se realiza dentro del penal. Al menos, y de eso no cabe duda, es el responsable.

Mucho menos extrañaría que dijese que "en SU cárcel no entran ni viejas de Plaza de Mayo, ni zurdos". Según dice un trascendido, eso dijo a los estudiantes del Centro Universitario cuando les entregó un escrito en el que los conminaba a no suscribir (y manifestaba su oposición) el convenio entre el centro de estudiantes y una fundación para que quienes cursaran la carrera de sociología y gozaran del beneficio de salidas transitorias pudiesen salir a realizar trabajos comunitarios en barrios carenciados. La reacción de Aranda habría sobrevenido cuando se enteró que una Madre de plaza de Mayo había sido invitada al acto de firma del mencionado convenio. Paradójicamente el centro de Estudiantes de los internos de la Unidad Nº 48 lleva el nombre de Azucena Villaflor, madre secuestrada y desaparecida el 10 de diciembre de 1977, fundadora de Madres de Plaza de Mayo.




AGENCIA DE COMUNICACIÓN RODOLFO WALSH


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REPRESIÓN EN EL PENAL DE SAN MARTÍN
Máquinas de matar

(AW) Cómo descargar lo visto, lo escuchado, lo silenciado. Cómo borrarse de las retinas las marcas de los cuerpos marcados por la saña de las bestias que destilan odio. Hambrientos de sangre.


Por Reneé Isouec

Marcas en la espalda, en el pecho, en las piernas, en los brazos, en la cara, en la cabeza.
Zumbidos en los oídos que quedaron ensordecidos largo tiempo con el dejo atroz de los golpes esparcidos, parte a parte, hasta abarcar el todo.
¿La razón? La de las bestias, que no son irracionales, ubicarlos allí los convertiría en inimputables. Sus mentes planean los golpes, planifican las torturas, establecen los tiempos, las formas, los fondos. Saben lo que hacen. Quieren lo que hacen. Son absolutamente conscientes de sus acciones. No son locos. Son Asesinos.

Un nuevo episodio de violencia extrema se vivió en la Unidad Número 48 del Penal de José León Suárez. Tres pibes fueron molidos a palos.
Este tipo de práctica es habitual en los penales, en todos, sean del SPB o del SPF; este tipo de acciones cobardes y constantes son el modus operandi de un sistema que así está fabricado, para operar de este modo.

Se desconoce la cantidad de pibes que mueren, todos los días, dentro de las cárceles de la Argentina. Los suicidan, todo el tiempo. Y luego ni siquiera aparecen en las crónicas rojas de los medios torcidos. Se les entrega una bolsa con el cuerpo a la familia y a llorar al cementerio. ¿Las causas de esas muertes? Hay varios recursos en los que saben caer: Suicidio. Enfrentamiento entre los mismos internos. Paro cardíaco no traumático.
En el caso de los suicidios reales no se menciona el camino que el mismo Servicio Penitenciario construye para que el final sea, irremediablemente ese, los conducen, muchas veces, a tomar esa decisión, los llevan a la muerte. Sea por decisión propia, o por la del hambre de muerte de los carceleros.

Tres caras. Tres cuerpos marcados. Tres historias de vida. Que tal vez la cercanía del abrazo, la sonrisa regalada o el mate compartido, hacen que sienta aún más ese dolor. Sé que muchos pibes se mueren en la oscuridad de una celda, ahora mismo, mientras escribo, alguno estará rozando la muerte, tras el gris hermético de una cárcel del sur, o mezclándose con el ruido de aviones despegando, aquí más cerca, o sumidos en el olor nauseabundo de un basural cercano, a sólo unas cuadras de esta cómoda silla desde la que escribo, o vomito.
Esas tres caras no son anónimas para mí, nunca más lo serán, como cada uno de esos pibes que SOMOS TODOS. Esos tres cuerpos que fueron apaleados yo los abracé, los abrazo, jueves a jueves. Esas miradas son mías ya, desde que decidimos mirarnos una vez. Y es por esto, tal vez, perdón, que la impotencia se agiganta, y el dolor carcome hasta la suerte de estar acá, simplemente usando la palabra como fusil potente que los toque.
Es que quiero matarlos, deseo su dolor, desde el rincón más puro y sano que pueda tener, les deseo más que aquello que provocan, les deseo el sufrimiento como espejo de sus vidas. Pero mi trinchera es tan corta y vaga. Una hoja virtual que me permite extirpar algo de todo aquello que tengo dentro. Desnaturalizar la vuelta a casa como si esto fuese natural. No lo es. Nunca lo será. No puede serlo. No debe. ¿Qué sentido tendría el cruzar ese muro, si una vez de este lado, se olvida el gris hermético y el olor a miedo que se respira?

Nosotros Somos Todos no es sólo una consigna. Nosotros, Somos Todos.






AGENCIA DE COMUNICACIÓN RODOLFO WALSH


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UNIVERSIDAD EN CÁRCELES

Disparen contra los que estudian



(AW) Un nuevo ataque a los estudiantes privados de su libertad. El Centro de Estudiantes Azucena Villaflor presentó un Habeas Corpus preventivo ante la posibilidad de traslados masivos. Un compañero ya sufrió ese castigo por haber denunciado al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Este hecho sumado al reciente ataque al Centro Universitario Devoto (CUD) habla de una política penitenciaria contra quienes estudian.







Por Reneé Isouec

San Martín, 29 de noviembre de 2010 (Agencia Walsh).- El centro de estudiantes "Azucena Villaflor" del Centro Universitario San Martín (CUSAM) de la Universidad de San Martín que funciona en la unidad penitenciaria Nº 48 ubicada en la localidad mencionada, presentó un recurso de Habeas Corpus Preventivo, firmado en forma colectiva. La presentación tiene por objeto preservar el derecho que tienen los internos a estudiar, ante el trascendido del trasladado progresivo del 80% de la población de la unidad a otros penales, debido a una reestructuración.

La noticia habría emanado del propio director del penal, Mario Aranda, quién le habría comunicado a la directora académica del CUSAM Gabriela Salvini, que la decisión era "orden de la superioridad".

Hasta el momento los estudiantes no han recibido comunicación escrita al respecto. De confirmarse los dichos de Aranda se correría el riesgo de violar los derechos de decenas de personas que cursan Sociología en el CUSAM y/o asisten a los numerosos talleres que allí se dictan.

Gabriela Salvini manifestó públicamente su preocupación ante la posibilidad de que la medida comunicada por Aranda, se haga efectiva. Lo hizo el miércoles 24 de noviembre, durante el acto de entrega de diplomas del curso de alfabetización de los internos de Unidad Nº 48. Allí defendió el derecho a estudiar de quienes están privados de su libertad.

Es de destacar que el curso de alfabetización lo llevan adelante internos alfabetizadores y estudiantes de sicopedagogía de Universidad de San Martín a través de un voluntariado. En el penal no existe escuela primaria, ni secundaria, a pesar de contar con instalaciones edilicias para hacerlo.

El director del complejo penitenciario norte, que abarca a las unidades Nº 46, 47 y 48 de San Martín, Claudio Molina, le habría expresado a Salvini, con el objeto de llevarle tranquilidad ante su preocupación sobre posibles traslados, que sólo serían trasladados aquellos internos que tuviesen mala conducta.

El reciente traslado de Mario Cruz a la Unidad Nº 31 de Florencio Varela (ver nota "Sábados con todo: alcohol, balas y palos") demuestra qué entiende el servicio penitenciario por mala conducta. Para ellos Mario Cruz obró con "mala conducta" al denunciar el intento de asesinato del compañero Hugo Cabrera y la fenomenal golpiza recibida por él mismo debido a la denuncia.

Ocurre que lejos de pensar la educación como un medio de posible inserción en la sociedad de quienes padecen la terrible situación de privación de la libertad, para el Servicio Penitenciario estudiar representa un peligro.

Quienes estudian no sólo son peligrosos por los conocimientos académicos que adquieren y las herramientas de defensa legal que incorporan. Son peligrosos porque se organizan, porque crean sus centros de estudiantes, porque generan acciones conjuntas y solidarias. La solidaridad molesta. Por eso los golpes, la represión y los traslados. El servicio penitenciario necesita dividir, generar conflictos permanentes entre quienes padecen la cárcel. Necesita generar el terror que inmoviliza, crear el ambiente de indefensión total del preso. Necesitan que el preso no hable. Que no piense. Solo así sus sucios negocios son posibles.

El reciente ataque el Centro Universitario Devoto (CUD) y lo que ocurre hoy en San Martín deben leerse en ese marco.










AGENCIA DE COMUNICACIÓN RODOLFO WALSH

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Boletín Para la libertad

Voces que atraviesan los muros y las rejas

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Por qué

Porque la prisión murada nació con el capitalismo para control y disciplinamiento de los sectores sociales oprimidos.

Porque la cárcel es un depósito de seres condenados al aniquilamiento de su condición humana.

Porque los hombres y mujeres que la padecen, invariablemente, habitan el territorio de la pobreza y la rebeldía.

Porque no podemos derribar los muros y las rejas, pero sí atravesarlos con las voces de tantas compañeras, de tantos compañeros, quienes se hallan sentenciados al silencio y al olvido.

Porque de este modo podemos compartir con nuestros lectores, sus denuncias, sus tristezas y sus sueños, es que la Agencia Rodolfo Walsh promueve este sitio de expresión.

Porque las razones que nos impulsan, en conjunto, provienen del mismo dolor y de la misma terquedad en emprender el vuelo hacia un horizonte de justicia y libertad

Fuente: www.agenciawalsh.org

miércoles, 24 de noviembre de 2010

lunes, 22 de noviembre de 2010

Jimi Hendrix with the Rolling Stones / Rocks Off Message Board - Thanks...

Rolling Stones & Muddy Waters- I'm a man

Muddy Waters Plays the Blues 1981

John Lee Hooker: Boom boom

John Lee Hooker: Boom boom

John Lee Hooker - Hobo Blues

king crimson - 21st century schizoid man

Pink Floyd The Wall - Pink Floyd - Comfortably Numb

Goodbye Blue Sky

PINK FLOYD - ANOTHER BRICK IN THE WALL (subtitulado)

EL PAIS › UN EMPLEADO DE LA EX LINEA ROCA CUENTA COMO SE ORGANIZO LA PATOTA QUE ASESINO A MARIANO FERREYRA


Hospital trabaja como guarda-tren en la estación Llavallol.


“Con Favale llegaron veinte barrabravas”
Jorge Hospital, de la lista opositora a Pedraza, señala al Gallego Fernández y a Pablo Díaz como responsables de la patota. Advierte sobre el papel clave de Alberto Carnovale, que aún no fue indagado.






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Por Adrián Pérez

“Habrán pensado que se trataba de un choque entre Chacarita y Nueva Chicago: un muerto en un baldío que nadie reclama, nadie se entera y, si alguien sale herido, no se atiende en el hospital público por su prontuario.”

Jorge Darío Hospital es un empleado de la ex línea Roca. Recibe a Página/12 en la intimidad de su casa y describe pacientemente el entramado de responsabilidades, el accionar y la metodología que utiliza la Unión Ferroviaria (UF) en el armado de los grupos violentos, como el que asesinó a Mariano Ferreyra el 20 de octubre pasado. Hospital acusa a Juan Carlos “Gallego” Fernández y a Pablo Díaz como responsables de las patotas. Señala a Alberto Carnovale, guarda-tren de Constitución, como reclutador de Gabriel “Payaso” Sánchez, que integró la patota. Dice que un testigo que declaró en la causa le advirtió que Héctor Hourcade (jefe de Transporte de Ugofe en la ex línea Roca) estuvo en la estación Avellaneda y considera que si se cita a declarar a Aldo Amuchástegui podría avanzarse en el “desarme de la patota”, por ser éste “uno de los líderes” del grupo de choque que partió de los talleres de Remedios de Escalada. Menciona, además, a “tipos pesados” como Gustavo Daniel Alcorcel, Marcelo “Petiso” Suárez, Jorge Krzaczkowski y Miguel Toreta. Y denuncia a Amuchástegui, Alcorcel y Suárez como las personas que lo patotearon durante una actividad política en el acceso a los talleres de Escalada.

Hospital trabaja como guarda-tren en la estación Llavallol, es miembro de la agrupación Causa Ferroviaria Mariano Ferreyra y milita hace diez años como opositor a la oficialista Lista Verde, la que conduce José Pedraza. Desde ese espacio viene denunciando el manejo discrecional del personal por parte de la UF. Los ingresos, afirma, son “digitados” por el Gallego Fernández y Pablo Díaz, “quienes reclutaron barras bravas de clubes de la Zona Sur, como Banfield y Racing, matones y miembros de unidades básicas”. Los trabajadores reciben ascensos “en función de su militancia en la Lista Verde” o “su relación con las unidades básicas”, cuestión que “no se vincula con calificaciones o antigüedad”. Por ese motivo, las vacantes “nunca se publican”.


El “fenómeno” de la patota

El guarda-tren explica que el fenómeno de la patota se originó hace tres años, cuando Ugofe comenzó a operar en la ex línea Roca. A partir del “clientelismo” en la selección del personal, cada delegado “metió su propia tropa” al ferrocarril. Dice, además, que esas tropas responden a “un grupo selecto vinculado con Díaz, el Gallego Fernández y alguien que todavía no ha sido indagado: Alberto Carnovale”. Este último, guarda-tren de Constitución –no volvió a tomar servicio desde la emboscada en Barracas–, es miembro de la Comisión de Reclamos del gremio, junto con Díaz, y goza de licencia en el servicio para realizar actividades gremiales. Para el guarda-tren de Llavallol, la exclusión de mujeres es un indicio de los fines que perseguía el grupo de choque de la UF. “No fueron a hacer una manifestación de ferroviarios opuestos al corte de vías. Fueron a armar un grupo de choque, por eso no reclutaron compañeras”, remarca.

“Carnovale fue el reclutador del Payaso Sánchez; lo sé porque integra su círculo áulico en Constitución”, destaca. El militante de Causa Ferroviaria sostiene que, además de Carnovale, Díaz contó con el apoyo de los delegados de los talleres de Remedios de Escalada en el armado de la patota. Trabajadores del sector evasión en Plaza Constitución también fueron convocados, pero la mayoría se abstuvo de participar porque “sabían de qué se trataba. Sólo quedó el grupo más incondicional a la burocracia”.

Más allá de los ochenta ferroviarios licenciados de sus tareas en Escalada, Hospital indica que otros trabajadores reclutados por Carnovale partieron de Constitución. Y agrega dos datos significativos: que, junto a Favale, “llegaron alrededor de veinte barrabravas de Defensa y Justicia, en una formación diésel, desde Florencio Varela”, y que un testigo que ya declaró en la causa le contó que Héctor Hourcade (jefe de Transporte de Ugofe en la ex Línea Roca) estuvo el día del ataque en la estación Avellaneda.

“En Escalada se dijo que (Aldo) Amuchástegui había estado en la primera línea con Favale, pero al día siguiente (los delegados) hicieron una reunión y se abroquelaron para que lo poco que había trascendido dejara de filtrarse”, comenta Hospital y afirma que si se cita a declarar a Aldo Amuchástegui podría avanzarse en el “desarme de la patota”, por ser “uno de los líderes” del grupo de choque que partió de los talleres. La columna vertebral se completa con “tipos pesados” como Gustavo Daniel Alcorcel y Marcelo “Petiso” Suárez. En la segunda línea, el guarda-tren ubica a Daniel González, actualmente detenido por las amenazas a los periodistas de C5N, a “otro tipo importante en la estructura” como Jorge Krzaczkowski –a quien se ve, en las imágenes tomadas aquel día, sobre las vías en Avellaneda– y a Miguel Toreta.


Apriete en Escalada

Hospital se acercó el 14 de septiembre a los talleres de Remedios de Escalada para repartir volantes y difundir la situación de los trabajadores despedidos y tercerizados. Días atrás, Leonardo Franzin habló sobre ese episodio ante Página/12. Aquel martes, quince minutos antes de las 16, una empleada administrativa de Escalada se acercó al personal de seguridad ubicado en el acceso a los talleres. Hospital iba a comenzar el reparto de los volantes de su agrupación. La orden fue clara: el ferroviario no debía traspasar la línea de ingreso porque “podía haber problemas”. Minutos después, la advertencia se materializó. “Seis personas empezaron a empujarme y me decían que me retirara de la puerta”, sostiene. Lo llevaron a empellones hasta una pared, cerca del túnel que comunica el taller con los andenes, donde le arrebataron los volantes. Como dudaron en bajarlo al túnel, Hospital aprovechó para retirarse hacia las plataformas. Luego regresó a la puerta para repartir los boletines. “Frente a los compañeros del taller, (los delegados) eran unas señoritas, no se animaron a repetir la patoteada”, recuerda. Amuchástegui, Alcorcel y el Petiso Suárez fueron de la partida en el grupo de apriete.

Hospital asegura que la emboscada en Barracas fue un intento por “desmontar el reclamo de los trabajadores” sobre la base de “exterminar militantes”. Su afirmación se apoya en el accionar de las barras bravas. “Habrán pensado que se trataba de un choque entre Chacarita y Nueva Chicago: un muerto en un baldío que nadie reclama, nadie se entera y, si alguien sale herido, no se atiende en el hospital público por su prontuario –compara el ferroviario–. Pero mataron a un militante de la FUBA y del Partido Obrero, a un joven que era parte de una organización que no iba a dejar pasar este crimen.”

A millones de años luz de las patotas sindicales, la hija de Hospital corre en el fondo de la casa y juega con su perro. El militante advierte que la violencia es una cuestión inherente a la supervivencia de una dirigencia gremial que avaló las privatizaciones y fue cómplice de la entrega del país. Por último se refiere a la escala de responsabilidades y destaca que “no se trata solamente de obtener una condena por su participación” en el crimen sino que es necesario “desmontar la influencia y el poder de esos sectores en el manejo de los negociados que venimos denunciando”.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-157325-2010-11-22.html

Polushko Pole...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Historia de la revista "Humor"








Karina Micheletto

Parece un imposible: en la Argentina existió una revista cultural que llegó a vender 330 mil ejemplares. No sólo eso: lo hizo enfrentando a la dictadura militar, redoblando la apuesta, diciendo desde el humor lo que nadie creía que toleraría la censura, con tapas que caricaturizaban a los generales de turno. Con el tiempo, aquel fenómeno que fue la revista Humor se volvió artículo de colección, presente en Parque Rivadavia y en cuanta plaza de reventa exista. Ahora el director de aquella publicación, Andrés Cascioli, con la colaboración de los periodistas Oche Califa y Juan Carlos Muñiz, editó el libro La revista Humor y la dictadura, donde recopila lo mejor de aquellos años de Humor. La antología, publicada por Ediciones Musimundo, sirve para hacer un repaso por los temas y protagonistas de la historia argentina reciente, muchos de los cuales sólo tenían cabida en la revista. También por las firmas que circulaban por Humor, un seleccionado que incluía a Alejandro Dolina, Osvaldo Soriano, Juan Sasturain, Enrique Vázquez, Santiago Kovadloff y Aída Bortnik, entre muchos otros. Y, por supuesto, por los guionistas y dibujantes, los motores de la revista, según se encarga de aclarar Cascioli: además de las tapas de Cascioli, las tiras de Grondona White, Meiji, Tabaré, Tomás Sanz, Trillo y Altuna, Ceo, Aquiles Fabregat, entre otros (Vida interior, La clínica del Doctor Cureta, Las puertitas del Señor López o El cacique Paja Brava, por citar algunos clásicos), quedaron asociadas a la revista.

La cuidada edición de La revista Humor y la dictadura (500 páginas en tapa dura) trae una yapa interesante: la reedición del famoso número 97, secuestrado por la dictadura en enero de 1983. "Nicolaides explicó por qué la tapa era ofensiva: él aparecía caricaturizado sobre una patineta, cayéndose con la Justicia atrás. Y en el juicio dijo que era imposible que un general de la Nación no domine una patineta", cuenta Cascioli. En su estudio de Retiro, el responsable de aquellas tapas, que en los '60 hizo la colimba "de dibujante" ("tenía que dibujar gratis para los milicos. Me llevaban al departamento y me pedían el cuadro que querían. Y, claro, yo prefería hacer eso a marchar", recuerda), aclara que fueron los dibujantes y humoristas los hacedores de Humor. "Los primeros que pusimos la cara, que nos jugamos el cuero, fuimos los dibujantes. Fabre era el único que no era dibujante, pero estaba de nuestro lado, era guionista. Después se sumaron los periodistas", marca. "Yo les abrí las puertas un poco a pedido de la gente, porque las cartas de lectores insistían en que les diéramos espacio a los que tenían que denunciar cosas. Primero fueron los lectores los que escribían y después los periodistas. Ese fue el orden, pese a que a algunos no les guste."

El otro punto sobre el que Cascioli sienta postura es por qué la dictadura toleró una revista como Humor: "Ahora algunos periodistas se atreven a decir que la dictadura necesitaba una revista así. ¿Qué necesitaba? ¡La dictadura estaba loca! En una reunión en Casa Rosada, Harguindeguy tiró una Humor en la mesa y dijo: 'Tenemos que matarlos a todos'. Ahora muchos se autojustifican porque mientras nosotros hacíamos Humor, ellos no hicieron nada. Otros hablan por ignorancia, porque eran nenes, estaban leyendo Billiken o Humi, si tenían padres más despiertos".

–Tampoco es verdad que lo único que ocurría dentro de la cultura era Humor.

–No, claro, había muchas manifestaciones. Y donde ponían avisos y trataban de comunicarse con sus espectadores era en Humor. Alguna vez juntamos a los perseguidos por la dictadura en un recital de tres días, para molestar a Palito Ortega –un empleado de la dictadura, tenía un trabajo en Canal 13 que se lo daba Massera–, que había traído a Frank Sinatra. Frank Sinatra estuvo piola, no fue a la Casa de Gobierno: tuvieron que ir los tres dictadores a saludarlo a su camarín.

–¿En qué momento se dio cuenta de que con Humor pasaba algo importante?

–Cuando empezamos a recibir cuarenta cartas por día de todo el país. Y cuando nos dimos cuenta de que podíamos seguir avanzando, aun sabiendo cómo había reaccionado Harguindeguy. Cuando teníamos un problema volvíamos atrás y usábamos a la farándula. Después volvíamos a los militares, mezclándolo con la farándula, y así. Era pensar todo el tiempo cómo se podían decir las cosas, cómo gambetear a la censura, ése era nuestro trabajo. Y después algunos como Viuti o Fontanarrosa traían lo que les rechazaban por autocensura en Clarín, por ejemplo.

–Respecto del famoso secuestro del número 97, llama la atención que antes hubieran pasado tapas más comprometidas.

–Es que se cansaron. Entre los militares había un grupo que insistía todo el tiempo en prohibirla y otro grupo que lo paró. En octubre del '82 intentaron cerrarla, y los que se opusieron fueron los políticos (en el libro se reproducen las cartas que algunos como Alfonsín, Luder o Cafiero mandaron al Ministerio del Interior). En el '83 no aguantaron más y fueron a secuestrar cualquiera, la que tocó. Se logró imprimir 100 mil ejemplares, y 200 mil que iban al interior fueron parados por la policía. Después presentamos un recurso de amparo y cuando lo ganamos se los reclamamos a la policía. Los habían vendido todos.

–¿Cómo?

–En el '95 un taxista me confesó que había sido uno de los policías que secuestró la publicación, y que fue testigo de cómo se vendía la revista, iban los mismos policías a vender. Así que le agradezco a la policía que se haya preocupado por la libertad de prensa (risas). Humor no era una revista de izquierda ni comunista. Era una revista que defendía los derechos humanos y la democracia. Nunca alabamos a Fidel ni al Che Guevara, ni nos jugamos por la izquierda internacional. Decíamos lo que pasaba.

–La tendencia en todo caso era radical.

–No, para nada. Nosotros apoyamos a Alfonsín porque los preferíamos a Luder y Lorenzo Miguel y porque considerábamos que estaba más cerca de la democracia. Pero en la revista había muchos peronistas: Mona Moncalvillo, Dolina, José Pablo Feinmann, Alvaro Abós…

–Transmitían una imagen de familia, donde nombraban hasta al cadete. ¿Era realmente así?

–Era muy divertido hasta que empezó a complicarse.

–Se refiere a la última etapa.

–Sí. Durante el menemismo tuve grandes problemas afuera y adentro. Porque el menemismo se metía en todos lados. Te multaban, te metían gente, publicaba y no te pagaba… Le gané un juicio a María Julia Alsogaray y yo pagué las costas, porque ella se declaró insolvente.

–¿Evalúa como un error haber seguido adelante en esa última etapa?

–Cometí muchos errores. Todos creían que yo estaba lleno de plata, pero todo lo que gané lo puse en revistas. Cuando vino la debacle traté de pararla, hice libros, inventé de todo. Pero no se puede luchar contra más de treinta juicios que me hizo Menem. Cuando cerró Humor, tenía un edificio que valía más de un millón de dólares, que pasó a manos del síndico que tenía que pagar. Estaba la plata para pagarles a todos. Yo terminé hipotecando mi casa. La pasé muy mal.
Fuente: http://www.paginadigital.com.ar
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Aquiles Fabregat




En la redacción. Fabregat (izquierda) junto a Cascioli y Tomás Sanz.


Uruguayo. Fino e incisivo humorista, periodista de fuste, colaborador de LA REPUBLICA
A los 72 años murió Aquiles Fabregat
El humorista uruguayo Aquiles Fabregat falleció a los 72 años en Buenos Aires, dando fin a una extensa y prolífica carrera. Colaborador de LA REPUBLICA durante muchos años, fue el responsable de la revista Berp y del suplemento Palabras Cruzadas editados por nuestro matutino.


En la redacción. Fabregat (izquierda) junto a Cascioli y Tomás Sanz. Aunque era uruguayo, Fabregat (Fabre), desarrolló la mayor parte de su trayectoria en Argentina encabezando el staff de la legendario revista Humor. Entre sus creaciones más recordadas resaltan "Vida interior", "El romancero de Eustaquio" o "El cacique Paja Brava", historietas que la revista Berp, de LA REPUBLICA, supo publicar.

Tomas Sanz, ex director de la revista Humor, medio en el que se desempeñó durante varios años, destacó en una columna para el sitio web de Clarín que Fabregat era "un tipo culto en el buen sentido, de fino humor combinado con una certera sensibilidad popular [...] Parafraseando a Güiraldes, diría que quien quiere a los caballos tiene que ser buena persona. Y él lo fue".

Por su parte, en el matutino argentino Página 12, su sobrino Eduardo Fabregat bajo el título "Desde esa infausta noche, le dicen Eustaquio el Descentrado" , escribió una emotiva nota que LA REPUBLICA en acuerdo con Pagina 12 reproduce a continuación:

"Lo saben los miles y miles de personas que la consideraron una lucecita entre tanta oscuridad: desde 1978, desde aquella primera tapa con Menotti de Hoz afirmando que "el Mundial se hace cueste lo que cueste", la Humor fue religión, código compartido, ceremonia en el kiosco de revistas y guiño secreto en el transporte público, donde todos se cuidaban muy bien de 'leerla de ojito' porque, como advertían los cabezales de sus páginas, eso provocaba males inenarrables. Pero ese orgullo intelectual, ese orgullo semipúblico ­nada de ese tenor podía hacerse muy público en la era de los asesinos de uniforme­ estaba acompañado de un orgullo privado, familiar: uno de los que conducía ese hito periodístico, ese respiro entre el plomo, era Aquiles Fabregat. Mi tío Aquiles.

Nacido en la República Oriental del Uruguay el 15 de febrero de 1938, mi tío Aquiles murió ayer por la mañana.

Es una extraña, dolorosa instancia. Un trago espantoso, esto de escribir la necrológica de alguien tan cercano, que tanto tiene que ver con que, bueno, con que uno esté escribiendo en la redacción de un diario. La pluma de mi tío Aquiles me inspiró a sentarme frente a una máquina de escribir, la Olivetti que aún conservo y que quizá termine llevándome a mi propia tumba. La figura de Aquiles, periodista de la vieja escuela, reinventor de formas en un tiempo en que nada se reinventaba sino que se destruía, cristalizó esta vocación, esta necesidad de curtir el oficio. Y ese registro personal tuvo una satisfacción extra ayer, cuando empezaron a aparecer los mensajes en Facebook y en Twitter, palabras que lo tienen tan presente como si a la Humor no la hubiera asfixiado el menemato hace casi veinte años. Personas entregando mensajes de reconocimiento, de amor, de tristeza por la pérdida y a la vez felicidad por todo lo que leyeron con su firma al pie, por los cuadritos en dupla con Tabaré, por aquellas mañanas de radio En ayunas con Jorge Guinzburg y Carlos Abrevaya.

Esta página no es porque Aquiles fue mi tío. Esta página es porque el que murió es una de las figuras grandes del periodismo rioplatense, de las que dejan huellas imborrables.

De pocas pulgas, melómano incurable, coleccionista de vinilos que cuidaba hasta la obsesión; con un dominio intuitivo del poder del 'mensaje' a través de su experiencia publicitaria en Montevideo, con una tremenda capacidad para absorber cultura pero no expresar ese conocimiento con desdén por el otro, Aquiles disparó desde su escritorio en la calle Piedras artículos en los que su extraordinaria ironía, el juego con el lenguaje hacían de cada texto una aventura, un placer siempre renovado. Guardaba meticulosamente los libros y artículos de predicciones de supuestos adivinos, oráculos y videntes, para hacerse un venenoso festín cada enero o febrero repasando ese aquelarre para incautos del año anterior. Deschavaba en La ruta de los corsarios a los bolichones infectos de Buenos Aires que horadaban el estómago y el bolsillo del consumidor. Contribuía a la recolección de la lista de Los Insufribles que siempre despertaba nuevos aportes en los lectores. Y de su Olivetti salía una de las piezas de humorismo más efectivas, en las que la situación se repetía con leves variaciones, pero era su lenguaje, la puesta en escena, lo que las convertía en uno de los pasajes más esperados de Humor: el Romancero del Eustaquio, esa saga del desprevenido ciudadano de atildado aspecto y cuidada verba, que se aventuraba por los andurriales del conurbano para terminar siempre en manos de esos negrazos "de dos metros de altura y similar circunferencia", cochambrosos, con somorgujos escarbándoles matas de pelo similares al alambre, de ojos enrojecidos y un "Berp!" como lacónica respuesta. Algunos años después nació la versión ilustrada por Tabaré, pero ya esas treinta líneas de puro texto alcanzaban para partirse de risa.

Aquiles, el Tío Aquiles, tenía el diccionario como libro de cabecera y sabía hacer un uso integral de él. No aprendía las palabras para cancherear, sino porque para él escribir debía ser un acto de riqueza para el que redactaba y para el que leía. Con semejante vocabulario disponible, conformarse con sólo un puñado de términos era berreta, perezoso, pobre. Las palabras eran su tesoro, le permitían un artístico malabarismo con el lenguaje, una manera siempre elegante de meterse en el tema que fuera. Amén de darle material para que, en Humor & Juegos o Cruzadas, brillara como eximio crucigramista, provocando otra vez la risa con definiciones enigmáticas o delirantes, o exprimiéndole los sesos con ese Dificilongo con el que, como en sus notas periodísticas, exigía al lector. Recordándole que la mediocridad es lo más fácil pero no lo más recomendable, que ­como citó tantas veces­ la inteligencia humana tiene límites, pero la estupidez no.

Quiero vivir menos pero más, escribió una vez.

Desde mis primeras notas publicadas, escuché la frase "¿Qué sos de Aquiles?" cientos de veces. Y nunca fue una molestia, sino el recordatorio y el orgullo de tener como iniciador en el periodismo a un nombre ilustre, a alguien que hizo algo indeleble en un medio donde se han hecho muchas cosas.

En ésta y en otras redacciones, esa cosa del apócope llevó naturalmente a que los compañeros a menudo me llamen Fabre. Siempre me pareció un apelativo razonable pero prestado, porque Fabre hay uno solo. Pero también, de algún modo, a partir de ahora cada vez que suene el "Fabre" mi tío Aquiles estará un poco más vivo. Esa interpretación tampoco es necesaria, claro: todo lo que hizo, las incontables carcajadas del Eustaquio, el Nada se pierde, las rimas del cacique Paja Brava en SexHumor, la inventiva y la audacia que puso en juego para ser parte de ese staff legendario que le hizo el aguante a la dictadura, alcanzan para que su nombre tenga una presencia que ni la muerte puede diluir.

Adiós, Tío Aquiles. Y gracias por todo".
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Aquiles Fabregat, humorista legendario que dejó su huella
Por:Tomas Sanz, Ex Director De La Revista Humor
Era uruguayo y tenía 72 años, aunque casi toda su trayectoria la hizo en Argentina. Con Aquiles compartimos publicaciones, a veces fulminadas por la intolerancia, y en todas dejó huellas de su estilo.
Un tipo culto en el buen sentido, de fino humor combinado con una certera sensibilidad popular (también en el buen sentido). En los primeros tiempos de la travesura-aventura que empezó siendo la revista Humor , aportó singulares vetas, espacios y hallazgos de enorme complicidad con los lectores; cuyas respuestas, enseguida contadas por cientos, fueron uno de los indicios de que la idea funcionaba. Por caso, el Romancero del Eustaquio , finalmente un clásico. Un relato de lenguaje pulcro -y así era el suyo, cualquiera fuese el tema- que súbitamente chocaba con el absurdo de situaciones en que el caballeresco personaje sufría el acoso sexual de burdos patanes de arrabal. Otro ingeniosa creación fue Vida Interior , con dibujos de Tabaré, donde espantosas bacterias desarrollaban temas de la actualidad política y social.
El Cacique Paja Brava (historieta que -no hoy, claro- podía haber exigido un espacio de protección al menor) fue una muestra de picardía que, de paso, revelaba otra de las virtudes de Aquiles: versificador infalible, que en segundos armaba una cuarteta bien rimada, y que parecía influido por alguna lejana tradición de payadores, orientales o de esta orilla. Tal vez por eso su peinado liso, esa circunspección uruguaya mezcla de ciudad y campo, un aire a lo Zitarrosa, a quien conocía y admiraba. Amó tanto a Vivaldi como a Gardel. Y gozó en la arena de Palermo.
Parafraseando a Güiraldes, diría que quien quiere a los caballos tiene que ser buena persona. Y él lo fue.

Fuentes:
1) www.larepublica.com.uy
2) www.clarìn.com.ar
3) seniales.blogspot.com

miércoles, 10 de noviembre de 2010