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domingo, 10 de octubre de 2010

Poesía saharaui - Lucha y resistencia en el Sahara occidental












Nueva literatura hispano africana en castellano un ensayo y una antologia inedita en la argentina reflejan la actualidad y la obra de la “generacion de la amistad saharaui”
La poesía en lengua española del Sahara Occidental, antigua colonia española todavía en proceso de autodeterminación —que ha vivido azotada por la guerra durante más de tres décadas y aun pesa en los cajones de la sección de descolonización de las Naciones Unidas— constituye junto a la literatura de Guinea Ecuatorial, el más dinámico exponente de la nueva literatura Hispano Africana. La poesía Saharaui, poesía de lucha y resistencia en un sentido amplio, responde a una serie de necesidades y circunstancias políticas que han marcado la vida de aquellos antiguos beduinos españoles que bruscamente dejaron de serlo y fueron lanzados al vacío de la historia. >>>

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La nueva poesía Saharaui es una poesía que, desde los márgenes, lucha por construir su propia identidad. Es un arma cargada de futuro, como dijo Celaya, que nace de las gargantas doloridas, secas y sangrientas de un grupo de escritores forjados en el exilio de tres estaciones sin ocaso.

En 1976, mientras la dictadura española esperaba conmocionada la muerte de Franco, el último soldado español abandonó el Sáhara Occidental, sin dar la oportunidad de organizar el referéndum de autodeterminación que la ONU, y el pueblo saharaui, demandaban desde hacía años. Desde el norte y desde el sur, Marruecos y Mauritania respectivamente, ávidos por ensanchar sus fronteras, se aprovecharon de la debilidad de España para enviar sus ejércitos a ocupar un vasto territorio, desértico y poblado por menos de 100.000 saharauis, pero de enorme riqueza natural. La ONU se opuso a la ocupación pero no hizo nada para detenerla, y el flamante movimiento de liberación saharaui, Frente POLI- SARIO, no pudo detener el avance de sus poderosos vecinos. En pocos meses, miles de saharauis murieron o desaparecieron, y alrededor de la mitad de la población nativa fue desplazada. Hoy, más de tres décadas después, aquellos refugiados y sus familias, casi doscientos mil, aun viven en el duro exilio de los campamentos de Tindouf, en la vecina Argelia.

En 1982, como respuesta a las victorias del POLISARIO en el campo de batalla, con Mauritania ya retirada del territorio y Marruecos arrinconado en el norte, Rabat diseñó una nueva estrategia para ampliar su poder sobre la región: la construcción de seis muros militares con los que progresivamente fue ampliando su control sobre porciones mayores de desierto. En total, hoy hay 2.700 kilómetros de muros en el Sahara Occidental, que protegidos por 130.000 sol- dados marroquíes y rodeados de varios millones de minas, parten la antigua colonia española en dos. Al oeste, dos tercios de desierto bajo control marroquí. Y al este, un tercio bajo control del POLISARIO y su autoproclamada Republica Árabe Saharaui Democrática (RASD), estado hispanohablante exiliado en los campamentos de Tindouf y reconocido por la Unión Africana y la mayoría de países Latinoamericanos. Los campamentos de refugiados son más que campamentos de refugiados donde languidecen miserias y deseos; son la sede de un estado en exilio, de un nuevo proyecto de ciudadanía Saharaui, trazado para llenar el vacío que dejó apresuradamente España al abandonar sus responsabilidades como colonizador.
Dentro de los campamentos de refugiados, donde por necesidad los saharauis han construido una compleja estructura institucional, que incluye un sistema de educación y atención médica público y universal, el castellano ocupa una posición de mucha importancia. En contraste con sus vecinos francófonos, la República Saharaui se presenta como país hispanohablante, y promueve una identidad híbrida, de tradiciones hispanas, árabes, africanas, e islámicas. Es en este contexto único en el que surge la nueva poesía saharaui en español, una poesía que rompiendo con las formas literarias tradicionales saharauis, mira más al mundo Hispano que a la tradición árabe. De hecho, las relaciones entre la exiliada república y América Latina son de suma importancia; a fines de los 70 y a principios de los 80, miles de adolescentes saharauis atravesaron el océano para estudiar la secundaria en Cuba, en internados de la Isla de la Juventud, para después pasar a las universidades de la isla grande. Miles de niños y niñas saharauis crecieron y se educaron en el Caribe. Y los versos de Martí, y la Generación del 27, y Neruda, y Benedetti, y tantos otros, volvieron con ellos al desierto, a su segunda estación de exilio.





Los niños y adolescentes que fueron a estudiar en Cuba volvieron a los campamentos como una nueva tribu, casi como una nueva tribu urbana que amenazaba las rutinas hegemónicas que marcaban la vida diaria de los que habían quedado atrás. Los Cubarauis consiguieron empleo en el Gobierno Saharaui, en hospitales, en escuelas, pero la situación se volvió frustrante ante la falta de medios y, sobre todo, de progreso político: estancamiento del proceso de auto-determinación, negociaciones interminables e intentos por parte del gobierno de Rabat para influenciar el censo electoral que la ONU entonces elaboraba. La situación de ni guerra ni paz abierta con el alto de fuego oficial de 1991 fue minando progresivamente el ímpetu inicial.
La mayor parte de los poemas de esta selección fueron escritos por poetas que vivieron este contexto político. Bajo ese contexto surgió la “Generación de la Amistad”. Son hombres y mujeres que nacieron en los 60 y 70, y han conocido la guerra, el exilio, el desierto y el Caribe, frustraciones en los proyectos de construcción nacional y, recientemente, una segunda emigración a España, donde muchos viven y trabajan hoy en día.

Su poesía, recogida en las antologías Bubisher (2001), El Aaiún (2006), Un
Dreiga (2007) y en versión bilingüe (castellano — inglés) en 31. A Bilingual Anthology of Saharawi Resistance Poetry in Spanish (2007), retoma la larga historia de literatura oral del pueblo saharaui, pero entra en diálogo con la tradición en lengua española de intervención política y poética. Son escritores que se formaron con la poesía de José Martí y su modernismo con fines nacional- políticos. Sus estudios fueron contemporáneos con el auge de la poesía de compromiso social de poetas — también exiliados — como Mario Benedetti y Juan Gelman. Y se muestran conscientes de los debates y polémicas sobre la poesía política; por ejemplo, las palabras de Jean Paul Sartre en ¿Qué es la literatura? sobre la imposibilidad de una auténtica poesía comprometida y la respuesta crítica de Theodor Adorno, y su larga investigación de la potencia política del arte en su Teoría estética. Bajo esa tensión surgen sus versos.
Los lectores hallarán dos tendencias en la poesía de la Generación de la Amistad: poemas micro-políticos, que se enfocan en la vida, sufrimiento, y esperanza del/a poeta; y los macro-políticos, que representan más explícita- mente los reclamos nacionales, y en los cuales se vislumbra la función diplomática de la poesía. En otras palabras, en esta nueva poesía saharaui en español que aquí presentamos, se cruzan los ejes lírico y épico: el desarraigo, la frustración, el deseo, y la literatura, y la voluntad política para construir una nación se retuercen en unos versos que, a veces, queman como la arena del Sahara al mediodía.



Selección de poemas

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Ali Salem Iselmu




Tiris

Si llegas alguna vez
a una tierra lisa y blanca
acompañada de inmensas estatuas negras
y el andar pasivo de camellos y beduinos,
recuerda que existe una tierra sin amo y sin dueño,
espejo y alma de todo ser inocente.



M i e d o

Tengo miedo de tu miedo
Porque hace aflorar mis lágrimas
y me sujeta a tus pensamientos.
Tengo miedo de tu miedo
Porque es el otoño que vislumbra
las gotas espesas de mi cuerpo.
...Y en mis andares peregrinos
entendí,
que de la inspiración de mis versos,
nace tu miedo.



Translation

Poesía, poetry.
Le dije yo en inglés.
Él no me entendió.
Le dije University of Leeds,
Bubisher, versos fuego y esperanza.
Él no me entendió.
Le dije poetry in Spanish.
Translation in English.
Escuchó mis versos.
Y me dijo:
Welcome to the United Kingdom.



Ali Salem Iselmu nació en 1970 en Dajla-Villa Cisneros, en el Sahara Occidental. Tras la invasión marroquí y mauritana huyo a los campamentos de refugiados del Tinduf, donde pasó su niñez. Posteriormente fue a Cuba, donde se licenció en Periodismo por la Universidad de Santiago. A su vuelta a los campamentos se incorporó al departamento de español de la Radio Nacional Saharaui, donde trabajó varios años. Actualmente vive en España. Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Añoranza (Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, 2002), Bubisher (Editorial Puentepalo, 2003), Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006), Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno — Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007). Acaba de publicar su primer poemario en solitario: La música del siroco (Um Draiga, 2008).

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Bahia Mahmud Awah



Un poema eres tú

Una mujer entre rejas
gritó:
¿Qué es un poema?
Y un poeta desde su exilio
le respondió:
Eres tú.
Nosotros, la fuerza,
la razón
de un verso y un poema.



Los libros

Los libros me hablaron de nefastas
e injustas guerras.
También me enseñaron
cómo odiarlas,
cómo repudiarlas.
Los libros
me condujeron a las entrañas
de mi siglo.
Porque he visto
poetas jornaleros,
poetas jardineros,
poetas cristaleros.
Poetas
que avivan las letras
donde el cielo abraza
la inmensidad de los desiertos.
Pero también he visto
que la palabra
de un poeta jardinero
equivale al precio
de un tulipán en Constantinopla.



E s p erando en el camino

Más de treinta años saludando
el paso indiferente
de muchas caravanas
que no se fijaban
en mi rostro ya dilatado por los
años de espera.
Nadie dijo,
pobre confinado en la inmensidad
de su espera.
Tampoco supieron decirme
muerto
en el camino.
Al paso de sus caravanas les agito
mis firmes brazos
convencido
y seguro como una estatua de la libertad
que los tiempos no han podido derribar.



Bahia Mahmud Awah nació en 1960 en la región sur de Tiris, Auserd. Después de estudiar seis años en Cuba, regresó a los campamentos donde dirigió las programaciones en español de la Radio Nacional saharaui durante cuatro años. Hizo estudios de periodismo y teoría de la traducción en España y trabajó en proyectos de difusión de noticias y cultura. Participa en las actividades del grupo de cultura saharaui Suerte Mulana y es miembro fundador de la Generación de la Amistad saharaui.

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Chejdan Mahmud



Mi parto

Nací, y con orgullo, en el desierto.
Pero:
como carnada en un anzuelo.
...
en las quimeras de un reparto.
Y:
Morí al día siguiente sin nada.
Renací,
sobreviví al engaño.
A la otra mañana, mordí una alga,
¡Agh! me estremecí,
sentí que me sabe extraño,
mas, comí. Y,
lloré
quizás: para que el sol se detenga.
La sangre corría agitada
por mis venas traslúcidas.
El cordón umbilical ardía
como un brasero enojado.
Un vecino de corazón maligno,
vio un sedal y quiso llevarlo.
Yo me encogí. Tal vez
ya no seré dueño de mi legado.
Y no sé
si puedo serlo para luego



Todo lo transforma la poesía.

Yo hice poesía de mis indefinidos andares; con eso, tejiendo como pude, elaboré esta poesía que, no es más que el souvenir para un amigo. Aunque, sea aquel: infiel, traidor o, hermano.
Haciendo poesía se establece el vínculo necesario, humano y, se enlazan caminos que después pueden o no, divergirse y, eso, depende de la madre o de Dios.
Mi poesía es dulcemente amarga, que inevitablemente aró su camino.
Yo lo anduve descalzo y, por eso me detuve para escribir, porque ya me dolían las ampollas de los pies. Bendita atención. Ahora sé que no me he fijado en lo que había en los bordes de mi camino, pero eso me consuela, porque al menos, no me distraje.
Desde la piedra vencedora de los tiempos inmemoriales, se hace consciente la fuerza de la humildad. No me peguéis hermanos míos, que la guerra es descabellada desde siempre y, sé que seguimos invocando aún la tiranía de la ofensa.
Los caminos de Dios son infinitos: reza el Corán.



Chejdan Mahmud nació en el Sahara Occidental en el año 1972, y de niño tuvo que huir a los campamentos de refugiados de Tinduf. Realizó en Cuba sus estudios universitarios, licenciándose en Filología Hispánica. Desde 1997 vive en España.
Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Bubisher (Editorial Puentepalo, 2003) y Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006), Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno – Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007). Actualmente trabaja en un poemario provisionalmente titulado Espera, me han dicho.

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Ebnu (Mohamed Salem Abdelfatah).



Los colores de la espera

Una alfombra desvencijada
cubre el extraño suelo.
Un par de sandalias
esperan el largo viaje.
Y en la pared una bandera.
Colores comunes trazados
sobre una tela blanca.



Postrera blancura que nos devuelve

las ásperas caricias de la tierra.
La blancura de los huesos ausentes.
Sangre que se coagula en las voces
estremeciendo las piedras,
que nos separan de la oscuridad de los vivos.



Tormenta

Para ver
una tormenta
sólo tienes
que asomarte
a los ojos de un niño.
El siroco
se levanta
envistiendo
los cuatro costados
de su pequeño corazón.



Sobrevivir a La guerra

Quién dijo
que se terminó la guerra.
Quizá para los muertos.
Sobrevivir a la guerra
es llevar acuestas el cuerpo ausente.
Y el corazón emboscado en una batalla
lleno de gritos que nos congelan el alma.



Mohamed Salem Abdelfatah, Ebnu, nació en Amgala, Sáhara Occidental en 1968. Es licenciado en Lengua española y Literatura por el Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río, Cuba. Comenzó a escribir poemas a principios de los años noventa; La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha publicado, bajo el título Voz de fuego, sus poemarios Amgala, Versos de arena, y Los caminos que nos faltan. Acaba de publicar un nuevo poemario, Nómada en el exilio.

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Limam Boicha



Un beso

¡Qué enigma entre las aguas!
El apellido. (Nicolás Guillén)
Un beso,
solamente un beso,
separa
la boca de África
de los labios de Europa.



Yo bebí los versos de la madera

En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.
Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.
En su mano colocó
una lisa madera,
castaña de rostro bello.
Con tinta de carbón
empapaba su fina pluma.
Escribía versos
en la memoria de la madera.
Después de las lecciones
vertía agua en la poesía.
Un caudal de versos descendía.
«Tómatelo todo-dijo-
para que fecunde tu mente».
En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.
Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.



Limam Boicha nació en el Sáhara Occidental en 1972 y a los diez años fue a estudiar a Cuba, donde estuvo trece años, hasta acabar sus estudios de periodismo. Trabajó cuatro años en la Radio Nacional saharaui. En 1999 se fue a España y actualmente reside en Barcelona. Sus versos han sido incluidos en las antologías Bubisher, Añoranza, y Treinta y Uno — Thirty One. En 2004 publicó en Las
Palmas de Gran Canaria su libro de poemas, Los versos de madera.

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Luali Lesham



Rebelde

Un día cualquiera me revelaré
contra los oráculos,
que me asignan mañanas sin sol,
que se niegan a augurar mis huellas
en el próximo amanecer,
borran mi nombre de los atardeceres
del universo,
rifan mi corazón en una subasta de
vidas probables.
Un día cualquiera me revelaré contra
mi especie,
y volaré junto a los pájaros
y como los pájaros
me sacudiré en el cielo
este polvo condenatorio
que ahoga la vida.



El tiempo va

El tiempo va, siempre va
dejando callos en las manos
de la historia.
Los años se precipitan
como perlas de un rosario
sobre la ya longeva memoria
del exilio.
La providencia talla
nuestros pasos de mañana
en un camino sin brazos,
sin flores en los bordes,
y sin ti en el horizonte.
El tiempo va, siempre va
arrastrando las cicatrices del hacia un norte apoteósico.
Los días sobrevuelan, sin ruido,
como aves de rapiña,
el techo de este hogar sin raíz
donde anida el sueño de nuestros
El tiempo va, siempre va.



Luali Leshan nació a finales de 1971 en Aalb Ergad (Las dunas del sueño), en la región de Tiris. Su primera infancia está marcada por el estallido del conflicto del Sahara y la diáspora del exilio. Junto a su familia llegó en 1975 a los campamentos de refugiados de Tinduf. Continuó su formación en Cuba por imperativos del exilio. Después de 15 años de estancia ininterrumpida en Cuba, en 1997 se licenció en Letras. De vuelta a los campamentos trabajó como periodista en las emisiones en castellano de la Radio Nacional Saharaui durante varios años, antes de emigrar a España. Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Añoranza (Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de las Islas Baleares, 2002), Bubisher (Editorial Puentepalo, 2003) Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006), Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno — Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007).

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Mohamed Ali Ali Salem



No olvido

No olvido, compañera, la inminente presencia
de días atrapados,
de amaneceres mutilados
en la lóbrega garganta
de las noches de exilio.
Ni mis años,
temprano vividos
y roturados en mis calles natales
añoradas hasta la demencia.
Mi tierra,
lugar de donde vengo,
a donde voy.
Encadenada nación,
razón de mi diáspora,
de mi lucha,
de mis pasos y mis alas
que no cesan:
porque se saben esperadas.



Venías

Venías...
venías enterrando pañuelos,
cerrando las llagas,
llenando los espejos de la noche
de rocío de aurora.
llegaste benévola, pura, triunfal,
derrotando a los agresores,
tú, ocaso de cadenas,
vencedora de la muerte,
infinita mirada
de indeleble amanecer,
hija del palomar de leones,
amparo de epopeyas,
jubiloso grito de bandera
de ecos encallecidos
nunca mudos.



Mohamed Ali Ali Salem nació en El Aaiún, Sáhara Occidental, en 1958. En los campos de refugiados impartía clases de español, y en los años ochenta se ocupó de la gestión de centros educativos de los campamentos. Participó en la antología de poetas saharauis También en el desierto crecen flores. Posteriormente escribió El oasis, monólogo que representó el Sáhara Occidental en el Festival de Teatro Tres continentes, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria. Es miembro constituyente del grupo de la Generación de la Amistad saharaui.

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Saleh Abdalahi



Verano

Mira aquel pájaro herido y desplumado de alas
que va cruzando el desierto con su garganta
de espejismo.
Mira aquel lagarto con su lengua de perro,
desecado bajo el sol, frente a su refugio.
Mira las gargantas de este árbol como
se asfixian de sed
y como sus labios se marchitan para abrazar la arena
cuando sopla la quimera de fuego en el desierto.
Escucha como hierven los metales en el vientre
de la tierra y como arde la arena de su funda
bajo los pies descalzos de aquel niño que llora.



Nosotros

En esta intemperante seguimos estando
nosotros, los de antes,
los que luchan con sus desnudos cuerpos,
contra las desgarradas muelas abrasivas del tiempo.
Los que apagaron sus agujereados
pechos y ataron sus manos
sobre el vuelo blanco de palomas.
Los que mueren, nacen, sueñan,
y, sobre todo, esperan arrancar
de las cenizas la identidad
de un corazón hecho ya fuego.



Saleh Abdalahi nació en 1971 y pasó su adolescencia en Cuba, donde cursó estudios de Dibujo Técnico. Al finalizar sus estudios, regresó a los campamentos, en los que trabajó varios años impartiendo clases de Formación Profesional. En la universidad cubana escribió sus primeros versos, y sus poemas han sido publicados en varias antologías de poesía saharaui. Es miembro fundador de la Generación de la Amistad saharaui. Actualmente reside en Barcelona.

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Zahra Hasnaui Ahmed



Miradas

(Dedicado a Fatimetu. Esta amiga tuvo que anunciar a su madre, al
amanecer, la caída de su cuarto hermano en batalla. La
aparentemente chocante respuesta de su madre: prepara el
desayuno y manda a los niños al colegio, la comprendí cuando
añadió, no permitiremos que hayan caído en vano.)
El alba gris, teñida de rojo, presagia lo peor.
Me miras inquisitiva, comprendiendo, aceptando.
Desgarrado el corazón, la expresión serena.
Tu huérfana lágrima contrasta con mi torrente
De dolor, tu calma con mi tempestuoso despertar.
Mis ojos claman: grita, llora, arranca este inmisericorde
Dardo lanzado por la ignorante ambición.
Los tuyos me abrazan, consolando, reconfortando.
Cual artesano temeroso de frágil obra, hueles, doblas, atesoras,
Con obstinada parsimonia, sus exiguas pertenencias en tu baúl.
Levántate, susurras, ya ha salido el sol.



Voces

A las voces saharauis
secuestradas en tumbas y cárceles
Quizá pienses que tu voz no me llega,
que el malvado siroco la rapta
antes de llenar mis sentidos.
Quizá sueñes que el eco es mudo
el espejo ciego y los versos
se acobardan.
Se agolpan tus clones,
y alborotados pugnan
por salir en blanco y
negro de mi garganta.
A veces escupo,
casi siempre embucho,
ira, sangre,
paz, tierra.
Quisiera encadenar
tus manos a las mías,
el techo oscuro
abrir a las estrellas.
Quisiera, los ojos,
limpiar de rabia.
Treinta voces,
Treinta veces,
repiten la historia,
porque nadie pudo,
nada puede domar
las voces que rozan el alma.

Zahra Hasnaui nació en El Aaiún, capital del antiguo Sahara Español. Tras la invasión marroquí se vio obligada a seguir estudiando en español en un instituto español a mil kilómetros de su ciudad natal. Llegó a Madrid para estudiar derecho, pero terminó licenciándose en Filología Inglesa en la Universidad Complutense. Después, se fue a los campamentos de refugia- dos de Tinduf, donde durante varios años trabajó en el departamento de programas en español de la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en España. Ha participado en las antologías de poesía saharaui contemporánea Aaiún, gritando lo que se siente (Universidad Autónoma de Madrid, 2006) y Um Draiga (Diputación de Zaragoza, 2007) y 31. Treinta y uno — Thirty one. A bilingual anthology of Saharawi resistance poetry in Spanish (Sombrerete, 2007)

Fuente: http://www.confinesdigital.com/conf15/poesia-saharaui.html

Una estrella polisaria

Un canto al sahara - Mohamed Embarek







Venías...



Venías...

Venías enterrando pañuelos,

cerrando llagas,

llenando los espejos de la noche

de rocío de aurora.



Llegaste benévola, pura, triunfal,

derrotando a los agresores,

tú, ocaso de cadenas,

vencedora de la muerte,

infinita mirada

de indeleble amanecer,

hija del palomar de leones,

amparo de epopeyas,

jubiloso grito de bandera

de ecos encallecidos

nunca mudos.


Mohamed Ali Salem

Disparen sobre el pianista - (Tirez sur le pianiste, François Truffaut, 1961)



















Se suele hablar de la "evolución" de un cineasta cuando se estudia cronológicamente su obra y se denota un progresivo perfeccionamiento en su técnica. En algunos casos, sin embargo, esta supuesta evolución va acompañada de un debilitamiento en el vuelo creativo del director o en una creciente estandarización de sus propuestas a las exigencias del público o de la industria, y en consecuencia, en un acotamiento a sus libertades y a sus inquietudes personales. En opinión de este cronista, Disparen sobre el pianista marca un antes y un después en la obra de Truffaut, que derivó en una disminución en la calidad de toda su filmografía posterior.
Truffaut traía viento en la camiseta luego del éxito de Los cuatrocientos golpes (1959), y su experiencia en los Cahiers ya lo ubicaba como figura clave en el movimiento de la Nouvelle Vague. Confiado y dispuesto a concebir en forma libérrima la película que a él le hubiese gustado ver fue que filmó Disparen sobre el pianista, que terminó siendo un desastre comercial. El público de su época no estaba preparado para recibir una película de estas características.
En primer lugar, Charlie Kohler, el protagonista (Charles Aznavour, que además de cantar actuaba muy bien), no era un típico antihéroe rudo y de armas tomar de los que abundan en la serie negra sino que se trataba de un sujeto tímido y atemorizado que rehuía a los problemas en lugar de enfrentarlos. Una suerte de anti-antihéroe o antihéroe al cuadrado, ya que ninguna gran hazaña se podía esperar de semejante personaje. Años después Truffaut explicaría: "(...) mis películas están casi siempre en contra de los hombres, y a los hombres no les gustan. (...) Los hombres detestan también La piel suave y La sirena del Mississippi porque dicen que la mujer es mucho más fuerte que el hombre y creen un error mostrar a Belmondo tan débil. Son hombres que tienen miedo, que son cobardes, que son más débiles que las mujeres. Yo veo así a los hombres, y los hombres lo detestan. Quieren ver a alguien que se les parezca, pero que sea mejor que ellos" .
Los secundarios también escapan a los estereotipos preconcebidos: una prostituta maternal y generosa, gángsters sociables y poco serios, un niño al que ni le importa haber sido secuestrado. A todos ellos les envuelve un aire de familia, personajes entrañables y queribles, típicos de Truffaut. Que la tragedia asome en un contexto tan agradable es por ende paradójico, y a su vez, doblemente trágico.
Además, otro aspecto poco común para la época son los continuos cortes en la narración, donde el director introduce en forma caprichosa situaciones que no parecen venir a cuento con el resto de la historia. En este sentido, se puede afirmar que Tirez sur le pianiste es la película de Truffaut que más se asemeja al cine de Jean-Luc Godard, y un ejemplo de libertad expresiva y de ruptura deliberada con respecto a las formas narrativas clásicas.
El cruce de policial negro y comedia satírica quizá haya descolocado a gran parte de su público, y el hecho de haber adaptado una novela de folletín, considerada "arte basura" por las élites artísticas, ya desde el vamos condenaba a la obra a ser destratada y a ser encumbrada sólo por algunos círculos cinéfilos.

El cineasta acobardado
En diciembre de 1960 Truffaut escribía un artículo en el que denunciaba la intervención de Roger Vadim en un film de Jean Aurel, La bride sur le cou (1961). Indignado, Vadim le devolvió el golpe con un juicio por difamación, que Truffaut acabó perdiendo. Este juicio derivaría más adelante en la división y desintegración del movimiento de la Nouvelle Vague.
El fracaso de taquilla de Disparen sobre el pianista y el juicio por difamación probablemente hayan desmoralizado a Truffaut, y desde entonces este aire lúdico particular no se ha vuelto a repetir en su obra. A partir de Jules et Jim (1962) sus films son más coherentes, lineales, y a mi parecer, menos arriesgados e irreverentes que Disparen sobre el pianista, una de las películas que mejor encarna el espíritu de la Nouvelle Vague .
Charlie es pianista en un bar de mala muerte, y al comienzo de la película su hermano, Chico, acude a pedirle ayuda porque está siendo perseguido por un par de gángsters; cuando éstos llegan al bar, Chico se escapa y ellos salen tras él. En cualquier película policial se haría un seguimiento inmediato de la persecución por las calles, pero Truffaut en cambio optó por continuar la escena dentro del bar filmando a Boby Lapointe (que además de actuar cantaba, por lo visto), interpretando una canción de su autoría que no tiene ninguna relación con la historia, aunque bien es cierto que el tono juguetón del tema se condice con el resto de la película.



Otra escena extraordinaria tiene lugar cuando Charlie, dirigiéndose a una audición, oye desde el pasillo un solo de violín ejecutado de forma impecable, a tal punto que lleva a inhibirlo de presentarse a la audición. Atemorizado, pretende retirarse, pero en ese mismo momento sale la violinista y se cruza con él, por lo que queda forzado a entrar a la sala. Para desconcierto del espectador, la cámara no sigue a Charlie sino a la violinista a través del largo corredor, y ésta se detiene en seco cuando siente los contundentes acordes de piano provenientes de la sala de audiciones. Luego de escuchar unos segundos la violinista sigue su rumbo, y el siguiente plano secuencia la muestra saliendo a la calle y caminando, con la música del piano inalterada, omnipresente. ¿Qué quiso decir Truffaut con estas secuencias? Ya sea que buscara que empaticemos con ella y sus frustraciones, o sugerir que el pianista era tan bueno que su música había quedado grabada en la cabeza de la chica, o tan solo darse el gusto de filmar a esta bella violinista en lugar de una aburrida audición, de cualquier manera la escena guarda una fuerza estética imponente.
A diferencia de Godard, quien probablemente nunca se lo haya propuesto, Truffaut ha sabido mantener un buen ritmo en esta sumatoria de caprichos personales que es Disparen sobre el pianista, alternando una y otra vez planos dinámicos y estáticos, introduciendo breves situaciones absurdas y risueñas, acentuando la tensión a medida que el relato avanza. El todo adquiere una tonalidad caótica, pero a su vez está provisto de una coherencia estética admirable, y la música inquieta de George Delerue juega un papel esencial a favor de la ciclotimia y la soltura del film.
Este híbrido que satiriza/homenajea al cine negro tiene sus correlatos en películas actuales de Tarantino, Guy Ritchie, los Coen o Shane Black, y los diálogos de los matones hablando de asuntos triviales recuerda, por ejemplo, a los de Travolta y Samuel Jackson en Pulp Fiction. Como Tarantino treinta años después, Truffaut evita la obviedad y el lugar común de hacer hablar a los gángsters sobre apuestas, contrabando, atracos, drogas u otras actividades ilegales, señalando la inevitable cercanía entre estos simpáticos outsiders y el espectador común.

Fuentes:
1) www.denmeceluloide.blogspot.com
2) www.videomaniaticos.com

Bobby Lapointe - Frambuesa


bobby lapointe - framboise
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