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sábado, 1 de mayo de 2010

Noches de nieve


Noches blancas

Luchino Visconti
(1957)


Realizado por Luchino Visconti, el film se basa en la novela del mismo título (1848) de Fedor Dostoyevski. Se rueda en plató al aire libre montado en Cinecittà (Roma). Gana el León de plata de Venecia, 3 Nardo d'Argento (actor, escenografía y música). Producido por Franco Cristaldi, se estrena el 6-IX-1957 en el Festival de Venecia.

La acción tiene lugar a lo largo de 4 noches de comienzos de invierno en una localidad portuaria de Italia, similar a Livorno (Toscana), en 1956/57. Mario (Marcello Mastroianni) es un modesto oficinista, soltero, que se topa en la calle con Natalia (Maria Schell). Mantienen una larga conversación, que repiten las tres noches siguientes. Él lleva poco tiempo en la ciudad y es de carácter solitario y melancólico. Natalia es joven, huérfana, soñadora, inmadura, ingenua y frágil.

La película desarrolla un drama con acotaciones de misterio y fantasía, que se enmarca en una atmósfera irreal y onírica. El escenario está hecho de calles húmedas, desoladas, sombrías, con rincones lúgubres y extrañas construcciones ruinosas. Las noches son largas y frías. Pueblan el lugar prostitutas, chulos, noctámbulos y personajes que se ocultan en la noche. La historia mezcla realidad, sueño y fantasía. Visconti manifestó que deseaba que el relato fuera a la vez real e irreal, objetivo e ilusorio. El inquilino (Jean Marais) en ocasiones parece un vampiro: viste de negro, aparece de noche y domina a la chica. Ella suma obsesiones, ternura y desequilibrios emocionales. La secuencia del baile es salvaje, erótica y ostenta un cierto aire visual dantesco. La obra se sitúa entre el neorrealismo de las primeras obras del realizador y la depurada estilización de sus últimos films.

El film constituye un notable experimento de cine poético en el sentido propio y más recio del término. A las imágenes líricas, los diálogos añaden el tono superior que se desprende de los valores de inocencia, honestidad, altruismo, hermandad, solidaridad, etc. Por lo demás, realiza un estudio serio, sosegado y profundo, de la soledad humana, que ahoga a los dos protagonistas, pese a su conversación y mutua interacción. La inquietud que se asocia a la soledad queda subrayada con los breves paseos de ambos, los intentos de escapar uno del otro, las búsquedas mutuas, los extravíos y sus reencuentros.

La música, de Nino Rota ("El padrino", 1973), sugiere sentimientos románticos, melancólicos y de intriga. Añade el rock "Thirteen Woman", de Bill Haley, que acompaña el baile, y una referencia operística ("El barbero de Sevilla", Rossini). La fotografía, en B/N, de Giuseppe Rotunno ("El gatopardo", 1963), crea imágenes de fuerte contraste, con predominio de tonos oscuros y luces irreales. Dedica un guiño de simpatía a Silvana Mangano, protagonista de "Mambo" (R. Rossen, 1955). Es excelente la interpretación de Mastoianni y notable la de Maria Schell.

Fuente: http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/392984.html

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